domingo, 6 de febrero de 2011

cap 33 parte IV.esqueletos al descubierto

Capitulo 34 parte IV

Esqueletos al descubierto.

Londres Inglaterra.

La luz de la luna ilumina tenuemente a los numerosos carruajes que hacen fila para entrar a la residencia Landcastle, esta noche de luna llena se celebra el vigésimo primer cumpleaños del joven Erick Landcastle, por lo cual en las últimas semanas debido a los preparativos de tan honrosa celebración la casa Landcastle ha bullido en actividad.

Se ha invertido semanas enteras para la preparación del banquete, se han enviado invitaciones a las familias de mayor renombre de la sociedad de toda Inglaterra, no se ha escatimado en gastos, se ha contratado a los mejores músicos y para la ocasión se ha dispuesto la vajilla de porcelana china, copas de cristal cortado y cubiertos de plata, los cuales las mucamas han pasado horas puliendo, mientras algunos sirvientes se han esmerado por pulir y sacar brillo a cada rincón del salón de baile, y algunos mas han decorado el salón con sedas de todos los colores y colocando grandes arreglos florales que embellecen las esquinas de toda la casa, todo es lujo y glamour, aquello sin duda promete ser una noche esplendorosa y llena de grandes sorpresas.

Las farolas alumbran tenuemente el camino, pero aun así logran llegar sin dificultades a su destino, ahora que están a las puertas del majestuoso salón de baile, esperan que el sirviente anuncie su llegada.

Solo los separa las gruesas puertas de madera ornamentadas con vistosos vitrales, aunque las puertas están cerradas se filtra una gran cantidad de cotilleos que son escuetamente disfrazados por la música de la orquesta.

-¡sir William Albert White, y familia!- anuncia con voz clara el hombre.

Después de que el sirviente los anuncie, se abren frente a ellos las puertas.

Poco a poco sus ojos van captando todo aquello a lo cual teme más que a un león hambriento.

Por el salón desfilan varios sirvientes distribuyendo copas de champagne y charolas con bocadillos, decenas de mujeres elegantemente ataviadas con vaporosos vestidos de seda y organza, merodean por la pista de baile, escondiendo sus sonrisas coquetas detrás de un emplumado abanico, aun desde aquella distancia puede ver claramente como algunos "caballeros" no disimulan sus miradas codiciosas en cuanto, sus ojos se clavan en algunos de los inauditos escotes, ver aquello le parece mas salvaje y primitivo que las mayoría de las tribus que hay en áfrica, pero sabe que no puede convencer de aquello a la tía abuela.

Ver aquel panorama hace que su cuerpo, su mente y sus pies se agiten nerviosos tratando de sacarlo de ahí, todo su ser desea salir corriendo, pero se dice así mismo, que puede soportarlo, debe soportarlo, por sus hermanos debe hacerlo, por lo que se cuadra de hombros y trata de poner su mejor sonrisa.

Resignado y preparado para soportar la velada, envuelve la pequeña mano que descansa sobre su brazo, aquel pequeño gesto es una vieja costumbre, algo que inconscientemente hace cuando asiste a eventos sociales, y de alguna manera siempre que lo hacia, había encontrado el animo y apoyo necesario para soportar la velada, pero ahora algo ha cambiado, pues no recibió aquel ligero apretón en respuesta, sin saber que es lo que esta mal, lentamente baja la mirada.

Lentamente sus ojos descienden sobre su hombro hasta toparse con una cabellera negra azabache, confuso, lentamente recuerda que la que va prendada de su brazo no es Candy sino la pequeña Annie, solo en este momento se percata de cuanto hecha de menos a su hermana, aquello lo hace dudar, no se siente capaz de hacerlo, esta por hacer caso a sus instintos y salir corriendo de ahí, cuando justo a sus espaldas suena la voz autoritaria de la tía abuela.

‒!William! no es propio de un joven de buena familia hacer esperar a sus anfitriones.

La voz de la tía abuela en vez de instarlo a entrar, solo logra aumentar sus deseos de salir corriendo, todo su cuerpo esta preparado para hacerlo, pero instintivamente sus ojos vagan y se posan en la pequeña chica que se escuda en su cuerpo, ver a Annie en aquella situación, lo hace sentir miserable, no puede soportar verla, le duele demasiado, tanto, que sus ojos buscan huir de aquella imagen por lo que gira la cabeza hacia otro lado, pero aquel movimiento lejos de ayudarlo, le permite ver el rostro compungido de Stear, el chico lleva el cabello revuelto, las gafas un poco torcidas y las manos un tanto sucias, verlos tan lastimosos e infelices lo hace sentir miserable pues sabe que les ha fallado.

Contrito, pesaroso y totalmente derrotado esta por desistir en su lucha pues siente que todo es inútil, lentamente baja la mirada, esta por retroceder cuando una voz retumba en su interior.

"!No huyas!, no es propio de ti, tu que siempre fuiste mi orgullo y mi fortaleza, no huyas ahora, no, en el momento en que tus hermanos mas te necesitan, acaso no me prometiste velar por su felicidad?, no te rindas ahora, no me falles, no les falles y no te falles a ti mismo Albert, puedes hacerlo."

Suspira hondo y lentamente vuelve a mirar a sus hermanos y le basta mirarlos para saber que no hay nada que desee mas, que hacer desaparecer esa mirada triste del rostro de Annie y que Stear vuelva a ser el chico bromista e ingenioso y que deje de comportarse como un inventor desquiciado, mientras piensa esto, por un momento se queda en silencio solo observándolos y poco a poco logra entender, que ahora es el momento en que debe esforzarse por cambiar la situación y hacer caso a sus mas profundos instintos, en especial a aquel que siempre ha tenido, el de cuidar y proteger a sus hermanos, ya que es algo que le debe a sus hermanos y así mismo, si quiere llamarse su hermano, reconociendo la responsabilidad que el amor a su familia le impone después de cobrar fortaleza y animo dice.

‒!Vamos Annie!

‒emm…

No tiene siquiera tiempo de responder cuando Albert ya la esta arrastrando al interior del pomposo salón de fiestas de la familia Landcastle, asistir a una fiesta así hubiera sido perfecto en otra época, ¿pero ahora?, entrar en aquel salón le parecía lo mismo que ponerse la soga al cuello, como era posible que la Tía Abuela los hubiera arrastrado a una fiesta cuando nadie tenia que celebrar, que acaso no veía como sufría Albert, con tan solo tener que vestir aquella corbata que parecía asfixiarlo y ni que decir de Stear que parecía tan perdido y extraviado en su mente, que ni siquiera había notado que lleva los lentes torcidos y un poco sucios, ¡dios aquello era horrible! pero que hacer cuando ella misma es un desastre, es tan tonta y débil, saberse tan inútil, patética y desprotegida, solo la hacen darse cuenta de lo niña que es, ¡por dios no lo soporta! Tiene que salir de ahí.

Pero su cuerpo no puede escapar, por lo que temerosa y titubeante en cada uno de sus pasos, poco a poco, se ve descendiendo por las elegantes escaleras del brazo de Albert, a medida que descienden, puede distinguir a la familia Grandchester y los Cornwell, al pie de la escalera presentado sus saludos a los anfitriones, en poco tiempo se reúnen con ellos para intercambiar saludos.

-Lady Elroy que placer verla.- dijo la duquesa la cual iba del brazo de su hijo mayor Henry.

-¡duquesa de Grandchester! como siempre es un placer verla a usted y a su encantadora familia.-respondió la tía abuela

-joven Cornwell, señorita patricia un placer verlos.- dice la duquesa.

Annie se escuda en el cuerpo de Albert, sabe que es el momento, en que debe cambiar de escolta y prenderse del brazo de Archie, pero se siente tan temerosa y tan poca cosa que se oculta tras el brazo de Albert mientras procura no mirar a Archie presenta sus saludos.

-¡Annie que agradable verte!- dice Archie mientras trataba de sonar natural, después de esbozar una sonrisa tímida y se reúne con Stear que estaba unos pasos más atrás.

Creía que la presencia de Archivald Cornwell haría sonreír a Annie, pero aquello no fue lo que esperaba, pues Archie después de saludar a Annie se había reunido con Stear para discutir un asunto, en el cual solo intercambiaron unas cuantas palabras para después disculparse y ambos salir con rumbo al jardín.

En cuanto vio desaparecer a Archie entre decenas de personas respiro aliviada, pero sin embargo al mismo tiempo sentía un dolor agudo en el pecho, sin saber que hacer, lentamente busco la mano de Patty pues sabia que aunque ella misma necesita consuelo no era tanto como el que necesitaba Patty, ya que sin lugar a dudas, su amiga esta muy dolida, pues ella luce un peinado nuevo pero Stear apenas la había mirado, sin ser capaz de hacer o decir algo para reconfortar a Patty, ambas se quedaron en silencio mientras observaban a la Tía Abuela y Albert intercambiar palabras con la familia Grandchester.

-¡en que chica tan encantadora, te has convertido Alison! no lo crees así William?.- dice la tía abuela mientras observa a la hermosa castaña que tiene enfrente envuelta en un hermoso vestido color verde oliva y un peinado nuevo que afina y destaca sus delicadas facciones.

-amm este, si eres una chica muy bella, Alison.

-Gracias sir White..- dice Alisonsonrojada por las palabras de Albert.

-William no puedes dejar pasar una oportunidad como esta, tienes bailar con la señorita Grandchester.- con un ligero golpe del abanico la tía abuela lo insta hacer algo que sin lugar a dudas no quiere hacer y no es que desprecie a Alison, sino que simplemente no le apetece bailar con ninguna de las chicas presentes, ya que ninguna es lo que busca o necesita.

Sabiendo que no puede negarse, con una sonrisa le extiende la mano a Alison al tiempo que le dice.

-me harías el honor de concederme esta pieza.

Bajo la mirada amenazante de su madre, Alison sabe que no tiene escapatoria, por lo que con una sonrisa acepta la invitación de Albert.

Alison y Albert se unen a las decenas de parejas que ya danzan por la pista, dejando atrás a Annie y Patty que en ese momento son invitadas a bailar por Henry y Arthur Grandchester.

Bajo la mirada inquisidora de la tía abuela Annie y Patty aceptaron la invitación de los hermanos Grandchester, por lo que se unieron a la pista dejando atrás a las dos mujeres que seguían hablando amenamente.

-hace tiempo que no la veía duquesa.- dijo la tía abuela mientras observaba el baile.

-si es verdad, he estado un tanto ocupada con los arreglos para la próxima temporada, he tenido que invertir todo mi tiempo para preparar a Alison y la señorita Patterson, ya que el duque la ha tomado como su protegida, y ya que representaran a la familia Grandchester debo asegurarme de que brillen en sociedad, y apropósito no he pensado en lazar a sociedad a Annie?

-mmmm eso es una buena idea pero Annie, desde hace dos años esta comprometida en matrimonio con el joven Archivald Cornwell.

-oohh sin duda es un chico excelente, pero siendo Annie una chica tan bella, seguro le lloverían las propuestas, si estuviera disponible, claro esta, pero en fin será una pena para algunos jóvenes herederos.

- si un pena realmente.- dijo miranda Elroy mientras se planteaba ante si la posibilidad de anular aquel compromiso.

Como era que había terminado aceptando acompañar a su madre a tan pomposo baile, bien, era verdad que era uno de los eventos del año, pero el realmente no estaba de humor para fiestas, no cuando lo único que quería, era que su padre recobrara la salud y se hiciera cargo de los negocios para que el pudiera salir en busca de Candy, el amor de su vida.

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Fiel a la educación que había recibido habían llegado temprano y habían presentado sus saludos a los anfitriones, y ahora llevando a su madre del brazo recorrían el salón saludando a cuanta persona se cruzo en su camino, llevaba un rato dando vueltas alrededor de la pista y en cada vuelta miraba hacia la puerta esperando que por ella aparecieran sus amigos o viera la posibilidad de salir de aquella pomposa fiesta, pero hasta ahora no tenia éxito en ninguna de las dos cosas, por lo que resignado y con una sonrisa fingida caminaba por el salón llevando a su madre del brazo, la cual aun era una mujer hermosa y el orgulloso la mostraba tal cual joya.

Los minutos pasaban tan lentamente que le parecían horas, esta era que su decima vuelta? Realmente no lo sabía y no le importaba, solo quería encontrar en cada rostro que observaba a su paso, el de alguno de sus amigos y escuchar que tenían noticias de Candy, pero hasta ahora no había rastro de ellos.

Estaba por excusarse y salir unos momentos al jardín cuando en su camino se toparon con Elisa y su madre.

-oohh Anthony querido!- dijo Elisa.

-¡Joanne que gusto verte aquí querida!- dijo Silvia Leagan mientras entrelaza su brazo con el de su madre.

El por su aparte esbozo una mueca como saludo a las Leagan, a lo cual su madre le dirigió una mirada de reprimenda pero el por su parte no esta dispuesto a tolerar a Eliza.

Su madre seguía caminando del brazo de Silvia Leagan mientras hablaban de la salud de su padre, el las seguía de cerca, apenas se habían dado unos cuantos pasos cuando la señora Leagan le dijo.-

-Anthony, querido no te preocupes por tu madre, yo cuidare de ella y así no tienes que escuchar una charla aburrida de mujeres, porque mejor no bailas con Eliza?

Aquella propuesta le apetecía tanto como comer ajenjo, era tanto su desagrado que no pudo evitar que se viera reflejado en su rostro a lo cual su madre le dirigió una mirada seria mientras le dice.

-Si Anthony, se un caballero y baila con Eliza!-

-jajajaja.- Elisa se mofaba de el y buscando provocarlo envolvió su brazo con el suyo para después decirle.

-Si vamos Thony, se un caballero y mostrémosles como es que se debe bailar a estos pueblerinos.- y sin darle tiempo Eliza lo arrastra a la pista de baile.

En medio de giros y pasos al compas de la música fue capaz de distinguir a Annie, Patty y Albert, supuso que su martirio acabaría pronto, solo debía resistir un poco mas.

Trataba de mantener distancia entre Eliza y su cuerpo, pero cada vez le resultaba más difícil y más cuando aquella pelirroja se esforzaba por acercarse cada vez más, en silencio y con la mirada clavada en la nada, solo seguía el compas de la música y como si se moviera por inercia.

Percibiendo la expresión ausente de Anthony, Eliza se propuso a cambiar de plan pues veía que Anthony permanecía impávido ante las curvas de su cuerpo, así que le dijo.

-que bien que has dejado el encierro Anthony, ya es tiempo que te olvides de Candy y empieces a vivir.- dijo mientras volvía a tratar de acercarse un poco mas.

Estaba decidido a no caer en las provocaciones de Eliza, por lo cual le dijo.

-si lo que tu digas Eliza.

No ser tomada en serio le molesto aun mas, ya que no había quien pudiera burlarse de ella y vivir para contarlo, enfada le dijo.

-¡solo un tonto como tu! puede seguir enamorado una mujer como ella, yo te lo dije una y otra vez, Candy es una falsa, pero tu fuiste el único tonto que no vio, que ella prefería las miles de libras de Grandchester y no tus besos y caricias.

Aunque el comentario lo molestaba, pero estaba decidido a no caer en la trampa de Elisa, por lo que solo entorno los ojos y siguió bailando.

-mmm no me crees, pues ya me darás las razón cuando ellos regresen de su viaje de bodas y veas que para ella no eres mas que el pobre idiota que la espera aquí, mientras ella se revuelca con Grandchester.-ante su comentario nota como el cuerpo de Anthony se tensaba, ¡bingo! había dado en el clavo por lo que después de soltar una risa burlona prosiguió.

-¡no creerás que ella sigue siendo virgen!, no cuando ya han pasado casi cinco meses desde que casaron, además de que te olvidas que Terrance es su esposo, eso le da todos los derechos para poseerla ¡cuantas veces quiera!, mientras que tu estas aquí sufrie…

Elisa no pudo terminar de hablar cuando Anthony se detuvo y con los puños a los costados y los ojos entrecerrados le dijo.

-ha sido un placer bailar contigo, ahora si me disculpas debo marcharme.- después de hacer una leve reverencia y sin decir mas se dio la vuelta y la dejo en medio de la pista.

Gracias al cielo, la polka o era un vals lo que bailaban?, no importaba que era sino que por fin había terminado y con ello también se acabo el veneno de Elisa, aunque había tratado de no caer en la trampa, no había podido evitar que la legua afilada de Elisa hubiera vertido, poco pero suficiente veneno en sus heridas, por lo que en este momento camina sin rumbo fijo, llevando las manos en puños y con el corazón zumbándole en los oídos, lentamente se abre paso entre las personas para llegar al jardín, en cuanto estuvo lejos de la fiesta y se percata de que estaba solo, deja salir su frustración, estrellando una maseta contra el tronco de un árbol y le permite a su garganta liberar un poco de lo que le comprime los pulmones.

-¡maldición Candy! Ya no puedo esperar más.

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No muy lejos de ahí se encontraban Stear y Archie, hablando acerca de uno de los nuevos inventos de Stear y como este podría serles útil para encontrar a Candy.

-he hecho los cálculos y he decidido empezar a hacer un nuevo detector de mentiras.- decía Stear mientras sacaba del bolsillo de su chaqueta un pequeño bosquejo de lo que seria su nuevo invento.

-Y estas seguro que esta vez funcionara, porque no quiero sentir que la cabeza me estalla otra vez.- dijo Archie mientras se llevaba un mano a la cabeza.

-va a funcionar ¡tiene que funcionar!

-solo espero que así sea, sino tendremos que idear otro plan para obtener la información que deseamos de la Tía Abuela.

-¡hare lo que sea necesario! pero ya no podemos seguir esperando, mi hermana esta allá afuera con ese arrogante, solo sabe dios lo que estará padeciendo.

-¡te juro que si ese maldito arrogante la dañado, yo mismo la matare! pero por ahora será mejor que pongamos manos a la obra, dime que necesitas, veré que puedo conseguir.

-bien veamos necesito una bomba hidráulica, un carburador, un cautín, alam….

Estaba a la mitad de su lista cuando un estruendo no muy lejano los interrumpió, y el grito que siguió, era procedente de una voz que claramente identificaban por lo que decidieron averiguar.

Caminaron entre los arboles unos cuantos metros cuando frente a ellos aparecían los vestigios de lo que fuera una maceta de porcelana y no muy lejos de ahí, frente a ellos un rubio furibundo y desesperado.

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La música por fin terminaba y después de hacer una leve reverencia daba las gracias a Henry Grandchester, mantenía una sonrisa en el rostro pero esta preocupada y deseosa de tomar a Patty y salir en busca de Anthony, pues aun en pleno baile se había percatado de las miradas airadas de Anthony hacia Eliza, de hecho creyó que le arrancaría la cabeza en plena pista, verlo tan alterado era extraño por lo que se dijo que era necesario encontrar a los chicos, y lo detuvieran antes de que Anthony hiciera alguna locura, por lo que se acerco a Patty y su acompañante.

-Patty me apetece un refresco, ¿me acompañas?.- dijo mientras entrelazaba su brazo con el de su amiga la cual solo asintió con la cabeza.

-si nos disculpan caballeros.- dijo mientras se aleja con Patty.

Aunque dejarlas ir solas era una descortesía por su parte, no se molestaron en ser caballeros y mucho menos cuando observaron que se acercaba a ellos Elisa Leagan y Julia Blackwood, que sin lugar a dudas eran objetivos mas interesantes que las dos chicas que se acaban de marchar.

Con una sonrisa en los labios observaba a Elisa mientras esta se acercaba, el no podía evitar mirarla cuando esta pavoneaba las caderas, le era algo hipnótico, y en cuanto su perfume almizclado lo golpeo, su deseo por ella aumento y cuando la tuvo lo suficientemente cerca entrelazo su brazo con el de ella y se acerco a susurrarle algo al oído a lo cual ella solo respondió con una risa maliciosa para después marcharse juntos hacia la terraza del salón, dejando solos a Arthur y Julia, los cuales ya se encaminaban a la pista de baile.

Por fin la música había cesado, aunque ciertamente bailar con Alison no le fue un suplicio como lo había pensado, por fin terminaba su deber por lo que ahora regresaba con la tía Abuela y la duquesa de Grandchester, llevaba de la mano a Alison cuando con la mirada busco a Annie y a Patty, podía verlas a la distancia intercambiando palabras con los hermanos Grandchester para después alejarse en dirección opuesta a la que se encontraba, aquella situación lo hace fruncir el entrecejo, ya que no es propio de un caballero dejar marchar solas a dos hermosas chicas, aunque ciertamente debe reconocer que prefiere ver a su hermana lejos de Henry Grandchester, no sabe porque pero hay algo que le desagrada en esos chicos, por lo que decide que después de dejar a Alison con su madre ira en busca de las chicas.

Se abría paso entre decenas de parejas y mujeres, buscaba con la mirada entre los rostros de las jovencitas, el rostro de Annie, cuando en su camino vislumbro a Eliza tomada del brazo de Henry Grandchester, los cuales salían hacia una de las zonas solitarias de la mansión, ahora que veía a la pelirroja recuerda la expresión tormentosa e irritación que mantenía Anthony durante el baile mientras sujetaba a aquella pelirroja, el de primera mano sabia lo desagradable e irritante que podía ser Eliza por lo que se dijo que tal vez debería hablar con el, tranquilizarlo y saber que fue lo que dijo Elisa que le resulto tan molesto.

Se había decidido arreglar su situación familiar y sus amigos también era parte de su familia.

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Ambos se quedaron sin palabras en cuanto se encontraron con Anthony, lucia tan fuera de si, que dudaban acercarse, después de unos momentos Stear decide llamarlo.

-Anthony?

Pero no hay respuesta, Anthony solo permanece con las manos vueltas puños y con los ojos llameantes, su mirada es tan fiera que amenaza con destruir a cualquiera que se cruce en su paso.

Ignorando por que Anthony esta tan molesto, Archie se aventura a cercarse a el y pone suavemente una mano sobre su hombro mientras le pregunta.

-que sucede?, ¿que ha pasado?.

Siente la presencia de Archie en su hombro, pero el contacto y sus palabras son para el como una puñalada, por lo que con un movimiento brusco se des afana de el y estalla en carcajadas.

-jajajaja.- se ríe pero su risa es tan amarga que suena mas bien como un grito de dolor y agonía, es una risa tan falsa que con tan solo escucharla sus amigos se estremecen y solo pueden mirarlo extrañados.

"Sus amigos pregunta que, que le pasa, como si no supieran que es lo que aflige su alma y tortura su corazón," tan solo recordar su desgracia, hace que en sus venas arda lo poco de cordura que el queda por lo que estalla en una risa amarga, supone que eso es mejor eso que dejar salir el grito de dolor que asfixia su pecho, "siente como sus amigos lo miran extrañados, pero era que acaso no podían entender que esta por volverse loco, de hecho ya había enloquecido de dolor y desesperación," piensa mientras todo su ser tiembla en agonía, ya no puede contener mas sus sentimientos, por lo que sin que pueda impedirlo su corazón grita lo que esta cansado de contener.

-que, que me pasa? Me pasa que estoy harto, estoy desesperado, la incertidumbre de no saber de Candy me esta carcomiendo el alma, ¿saben lo que es pasar día y noche pensando en ella y saberla tan lejos?,¿Saben lo que es que tu vida se detenga porque tu razón para existir se ha ido?,¿sabes lo que es pasar tus noches en vela mientras tratas de huir de los pensamientos, de los sueños, de lo que ella puede estar sufriendo a manos de ese idiota, lo saben?, no, no lo saben, no saben lo que es cerrar tus ojos y oírla llamarte, una y otra vez y sentirte tan inútil porque no puedes ayudarla, me esta matando no saber donde esta, Me desgarra en lo mas profundo de mi ser saber que esta con otro contra su voluntad, ¿Saben lo que es eso?, no, no pueden saberlo por que nadie la ama como yo.

Todo su ser tiembla y su pecho se agita mientras respira entrecortadamente, sus nudillos están blancos, su rostro esta rojo de ira y desesperación pero nada es tan intimidante y doloroso al mismo tiempo que la expresión de sus ojos, de ser de un azul cálido y transparente, se han tornado en una mezcla turbia en la cual se ha extinguido el brillo que los caracterizaba solo para dejar ver en ellos, su dolor, su desesperación, su agonía y su irritación por no tener a Candy.

Las palabras de Anthony son reflejo de su dolor pero al mismo tiempo les parece algo injusto y ofensivo para con su propios sentimientos y sufrimientos y el primero en expresar su irritación es Archie.

-Así que crees que eres el único que sufre? pues te equivocas, sabes lo que ha sido para Stear y Annie? Tal vez ellos no la amaban en el mismo plano que tu, pero es su hermana, ¡la aman y la quieren de vuelta!, así que no nos vengas con el ¡pobrecito de Anthony es el único que sufre! por que son patrañas, ¡todos sufrimos por ella¡

La reacción colérica de Anthony no se hace esperar por lo que responde acaloradamente.

-¡no me vengas con eso¡ y no te escudes en Stear y Annie, dilo como es, con todas sus letras, ¡tu también te enamoraste de Candy!.-tal declaración hace que Archie se quede perplejo y boquiabierto.

- si, claro que lo se y desde hace mucho, me di cuenta por la forma en que la mirabas, ¡no soy tonto! Así que mejor di que crees que soy injusto contigo, porque tú también amas a Candy, no es así Archie?

Archie aprieta las manos en puños a sus costados, tratando de contener los deseos de golpear en la cara a uno de sus mejores amigos, pero aun en el fondo sabe que es verdad lo que dice Anthony, por lo que reconoce que es momento que le haga frente sus sentimientos, solo que ninguno de los chicos se ha percatado de la presencia de tres pares de ojos que observan la escena ocultos entre los arboles cercanos.

-¡no!, no lo niego, mi alma se adhirió a la de ella en cuanto la conocí, de no haber aparecido tu en su vida, ella tal vez pudo haber sido mía y nada de esto estaría pasando.- exaltado, respira entrecortadamente mientras su corazón late agitadamente en su pecho, pero por fin sea quitado un peso de encima.

-¡ja!, ¿Que yo arruine tus planes, dices?, por que no te das cuenta que para ella nunca fuiste mas que un amigo.

-¿crees que no lo se? No me recuerdes algo que se perfectamente..- grita exasperado Archie

- ella nunca te correspondió, pero tu no pudiste olvidarla, y te conformaste como un perro con migajas, te contentabas con quedarte cerca de ella y ser su amigo, pero después de un tiempo, eso ya no te bastaba, verdad Archie? tenias que estar mas involucrado en su vida, y decidiste usar a Annie y hacerle la corte y ¿tu crees que yo soy injusto?

Si Archie y Anthony hubieran sabido que sus palabras provocarían la ruptura de un corazón, tal vez nunca lo hubieran dicho pero ya es muy tarde, pues ocultas entre arboles cercanos se encuentra Annie y Patty.

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Annie siente como unas lagrimas cálidas bajan por su rostro, mientras su corazón cae en picada por un precipicio, uno que nunca vio pero que siempre estuvo a sus pies, conforme los latidos de su corazón se sofocan por el dolor, puede sentir e incluso oír como su corazón se hace añicos al impactarse contra el fondo de aquel precipicio, esta por derrumbarse ahí mismo, cuando una mano la sujeta por el codo y le dice al oído.

-¡valor Annie! Ten valor pequeña.

Annie agradecida y perpleja por el apoyo recibido, busca con los ojos aun nublados por las lagrimas el rostro de Albert, su hermano, en cuanto lo tiene cerca se hecha sus brazos mientras dice entre leves sollozos.

-¡el no me ama, no me ama Albert, nunca lo hizo!.

-oohh pequeña cuanto lo siento.- le susurra al oído Albert mientras flota su espalda suavemente.

Siente el corazón dolorido por la pena que embarga a su hermana, la abraza fuertemente como si quisiera que sus brazos la protegieran de todo ese dolor, pero sabe que es inútil el daño esta hecho y ahora debe defender los sentimientos heridos de Annie por lo que mira al trio de chicos que se encuentran unos cuantos metros mas allá.

Reconoce la voz y la cabellera rubia del chico que esta de espaldas a ellos, sin lugar a dudas se trata de Anthony, y frente a el, a unos pasos mas allá se encuentra Archie con los ojos desorbitados y un poco mas atrás se encuentra Stear, su hermano, el cual mira en este momento mira con ojos asesinos a Archie, percibiendo la manera en que debe sentirse Stear, decide a intervenir antes de que los chicos lleguen a los golpes además de que necesita que le expliquen lo que acaba de oír, por lo cual le entrega a Annie a Patty, y les dice a las chicas.

-es mejor que vuelvan a la fiesta con la Tía Abuela.- ambas lo miran con los ojos anegados de lagrimas, incapaces de moverse, aun siguen petrificadas por lo que ha pasado, viéndolas tan afectadas piensa que debe llevarlas de vuelta, cuando llegan a sus oídos la voz de Stear seguida de un sonido grave, aquello lo hace cambiar de parecer por lo que les dice.- vamos pequeñas es hora de que se marchen.-

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No puede creer lo que escucha, siempre había sabido que Archie se había fijado en Candy pero el creyó que era algo del pasado, creía que los sentimientos de Archie habían cambiado cuando comenzó a cortejar a Annie, pero saber que solo utilizo a su hermanita para estar cerca de Candy, lo hace enfurecer y sentir indignación por aquel que el creía su mejor amigo, se siente tan molesto que sus manos se vuelven puños y sin que pueda ser algo para refrenar sus impulsos lo llama.

-¡Archie!.- sin que Archie tenga tiempo de pensar o responder, el puño de Stear se impacta en su rostro haciéndolo tambalear, por lo que se sujeta del árbol cercano para no caer, se lleva la mano al rostro mientras mira con ojos entornados a Stear que en este momento le dice.

-como te atreviste?, como fuiste capaz?...

-¡cállate Stear! Tu menos que nadie, puede recriminarme algo….

-claro que puedo, Annie es mi hermana..- dice Stear mientras se dispone a golpearlo de nuevo

-al igual que Patty es mi hermana, y déjame decirte que tu no has sido el flamante caballero que se supone que eres, ¡la has ignorado por completo!, sabes el daño que le has hecho?

las palabras de Archie lo hacen detenerse en seco, sabe que sus palabras son verdad, ha dejado de lado a Patricia, la ha descuidado, pero jamás creyó que con eso le hiciera daño, sintiéndose culpable solo puede bajar las manos mientras da una patética pero sentida excusa.

-no era mi intensión…..-

-si, se que no era tu intensión, pero le has hecho daño con tu indiferencia, ¿sabes? la pobre se paso todo el día arreglándose y ¿sabes porque? Solo para llamar tu atención, pero tu ni siquiera la miraste, ¿como crees que me hace sentir eso?, ver a mi hermana mendigando por un poco de tu atención cuando tu solo te dedicas a jugar con tus inventitos.

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Estaban por marcharse cuando su nombre salió a colación en medio de la discusión que mantenían Stear y Archie, la mención de su nombre la dejo paralizada, no podía creer que su hermano estuviera al tanto de su dolor, en ese momento quiso salir corriendo y taparle la boca, pero no podía moverse, solo podía sentir como se desbordaban las lagrimas sobre sus mejillas, creía que lo había engañado pero ahora se da cuenta de que había fallado por completo, ingenua, solo había estado engañándose a si misma, creía que Archie estaba demasiado enfrascado en su propio dolor para darse cuenta de lo que pasaba con ella, pero ahora sabe que no es el fantasma que cree, sabe que por lo menos su hermano la ve.

-¡márchense ahora!- la voz de Albert la saco de su ensimismamiento y el ligero empujón que les propino las hace moverse torpemente mientras vuelven al interior.

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Un pesado y tenso silencio cae sobre los chicos, los cuales se miran entre si con desconfianza, pues están heridos, se han apuñalado el uno al otro y ahora no pueden evitar mirarse con enojo y culpabilidad al mismo tiempo, después de unos segundos Stear dice.

-yo me he portado como un loco con Patty y lo lamento, pero eso no te daba el derecho para usar a Annie.-dice Stear mientras mira con recelo a Archie.

-lo cierto es que ninguno de los dos tenia derecho a destrozar dos corazones.- los chicos miran sorprendidos al rubio que se planta frente a ellos y perplejos solo pueden llamarlo.

-¡Albert!

Percibe las miradas de asombro de los chicos sobre el, había escuchado toda la discusión y en este momento no puede evitar mirar con irritación y decepción a dos de ellos, con respecto a tercero no sabe que sentir, su situación es diferente y no logra entenderla por completo, por lo que decide mirarlo con curiosidad.

-no puedo creer lo que han hecho, me siento tan decepcionado de ustedes y realmente siento pena y dolor por las dos chicas que ahora deambulan por el jardín con el corazón roto.

Las palabras de Albert hacen que los ojos de Stear y Archie se abran como platos mientras abren la boca sin poder articular palabra.

-¡noo!.- dice Stear

-Si, lamento decirlo pero Annie y Patty escucharon todas y cada una de sus palabras y ahora vuelven a la fiesta con el corazón hecho trizas, ¡felicidades chicos!, lograron destruir dos corazones, y déjenme decirles que no necesitaron la ayuda de nadie, lo hicieron muy bien ustedes sol….- aun esta hablando cuando Stear y Archie salen disparados detrás de las chicas, tal vez fue duros con ellos pero necesitaba hacerlos despertar, esta molesto con ellos pero no puede reprimir la sonrisa que se asoma en sus labios en cuanto los ve perderse entre los arbustos cercanos.

En cuanto las palabras Albert se registran en su cerebro, suena una alarma en su interior y que le es imposible ignorar y ahora cada uno de ellos sale disparados tras las chicas aunque ninguno sabe que es lo que harán o detrás de quien van.

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En el salón de baile, Alison gira una y otra vez el anillo que lleva en la mano, a su lado se encuentra Amanda Patterson, la cual mira con ojos de ensueño a las numerosas parejas que danzan en la pista, sabe muy bien que la chica espera de manera ansiosa que alguien la saque a bailar, y ella espera que alguien lo haga pronto pues comienza a sentirse desesperada pues la chica no deja de mover el abanico al ritmo de la música, como desea que regresen Annie y Patty, pues ellas le harán mas soportable la velada.

Después de que bailara con Albert, nadie se le había acercado y lo agradecía enormemente, pero comenzaba a aburrirse de la cháchara incesante de Amanda, se pregunta donde estarán Annie y Patty, con la mirada las busca en los alrededores, pero en su recorrido su mirada se encontró con la mirada de un hombre, al cual reconoce como Robert Weston, corta inmediatamente el contacto pero es muy tarde ya que el le ha sonreído y ahora se dispone a acercarse a ella, alarmada por el hecho de que Robert Weston se acerca a ella, se pone de pie, toma la mano de Amanda y se excusa con su madre.

-¡madre! Iremos a buscar un refresco.- sin esperar la respuesta de su madre da media vuelta y arrastra con ella a Amanda.

Respira aliviada cuando alcanzan el salón de refrigerios, toma un vaso de limonada mientras Amanda se encamina a la pista de la mano de Edward Holmes.

Sabe que no puede volver con su madre ahora, y la verdad no le apetece hacerlo por lo que decide tomar un poco de aire fresco y se encamina a la terraza.

Es un día soleado y la terraza se encuentra desierta, todos parecen estar adentro en el salón disfrutando del baile, agradeciendo de la soledad del momento respira profundamente el aroma de las lilas de la señora Landcastle, maravillada por el fragante aroma de las flores, esta por inclinarse y cortar algunas, cuando llega a sus oídos, un ruido, de hecho mas bien parece un gemido, extrañada por el ruido, camina por la terraza hasta que llega a un recodo en el que le permite ver a escasos metros a una pareja ocultos entre los arboles cercanos, aunque están lejos puede ver claramente las manos del hombre meterse debajo de las faldas de la mujer mientras su rostro se esconde entre los pechos de ella, nunca había visto algo así, por lo cual no puede apartar los ojos, sigue mirando hasta que reconoce a los protagonistas de tal escena, se trata de Elisa Leagan y Henry, su hermano, con las mejillas arreboladas decide marcharse antes de que su hermano la vea y se meta en problemas.

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Ahora que se encuentra solo con Anthony y se gira para mirarlo a los ojos, pues hay muchas cosas que aclarar.

Anthony continua exaltado, su mirada es desafiante y su corazón late desbocado mientras mira al rubio frente a el, el cual lo mira con una extraña mezcla entre curiosidad y lastima al mismo tiempo, no puede soportar ser objeto de lastima de parte de Albert, por lo que cierra las manos en puños y se dispone a marcharse cuando Albert lo detiene.

-¡no! espera Anthony, quiero preguntarte algo..

Ya estaba de espaldas cuando Albert lo detuvo, por lo que irritado cierra los ojos mientras se vuelve y con voz irritada le dice.

-Que es lo que quieres saber? ¿Quieres que te diga? ¿que yo y Candy nos amábamos y nos vimos separado por las intrigas de la tía abuela? ¿O quieres que te cuente lo frustrado y desesperado que me siento porque Candy esta con otro en contra de su voluntad y no puedo salir a buscarla? ¿Es lo que quieres saber?

-cálmate Anthony, así no puedo entenderte y menos ayudarte, se que estas molesto a causa de Elisa…

-esto no tiene que ver con Elisa, se trata de Candy y de mi, que no entiendes nosotros nos amábamos pero nos vimos separados por las intrigas de la tía abuela.

-no entiendo que tiene que ver la Tía Abuela en esto?

-¡ella nos separo!, Candy y yo éramos novios, lo manteníamos en secreto pero de alguna manera ella se entero y como yo no tenia los medios suficientes para salvar de la ruina a la familia, engaño a Candy, le hizo creer que yo la había engañado y que esperaba un hijo con Luisa y es por eso que ella acepto casarse con Grandchester.

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Camina hacia el jardín, tratando de olvidar lo que ha visto, ha clavando la vista en la vegetación, y tratando de despejar sus pensamientos pronto se adentra en el jardín, sigue caminado hasta que a sus oídos llegan las voces de dos hombres, una la reconoce, se trata de Albert, el hermano de Annie, la otra voz no puede identificarla, aunque siente curiosidad sabe que escuchar una conversación ajena es de mala educación y esta por marcharse, cuando a sus oídos llega el nombre de Terry, su hermano, y sin que pueda evitarlo se oculta detrás de un árbol a escuchar la conversación, pero desde aquel Angulo solo puede ver el rostro de Albert, mientras que el otro chico permanece fuera de su vista.

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-yo no sabia nada, menos que tu y ella se amaran, yo sabia que ella no se caso enamorada pero nunca imagine algo así, pero ahora ya es tarde ella se ha casado, debes olvi..

-¡olvidarla nunca!, ella se ha casado pero nunca es tarde para dos personas que se aman, como ella y yo lo hacemos, estoy decidido a buscarla y huir con ella.

-si ese es tu plan por que no lo has hecho?.- pregunta Albert.

-¿crees que no me muero de ganas por salir y buscarla? ¿Crees que no me vuelvo loco con cada minuto que paso lejos de ella?, me atormenta día y noche lo que pueda pasarle a manos de Grandchester, Estoy desesperado por que me estoy muriendo por salir a buscarla pero no puedo marcharme, no cuando la estabilidad de mi Familia depende del que yo me haga cargo de los negocios.

Albert mira fijamente a Anthony, puede ver en sus ojos el dolor y su desesperación, lo mira fijamente mientras se pasa una mano sobre el cabello tratando de entenderlo, por un lado el mejor que nadie puede entender lo que es querer estar en otro lugar pero las responsabilidades te atan a un escritorio pero por otro lado no le agrada lo que dice Anthony de Terry a lo cual el dice.

-yo conozco a Terry y se que el no le haría daño a Candy…..

-discúlpame pero yo no puedo creer eso, no cuando el nos descubrió el día de su boda, Candy y yo pretendíamos fugarnos pero el lo descubrió y…. el…. se la llevo… a la fuerza...-no puede evitar que sus manos se cierren nuevamente en puños mientras dice esto ultimo con los dientes apretados.

Ahora lo sabe todo, pero sin embargo no sabe que hacer, por un lado tanto Anthony como Terry son sus amigos, no puede actuar a favor de uno sin traicionar al otro, la situación es tan complicada que por un momento piensa que seria mejor no saber nada, suspira pesadamente mientras analiza la situación.

Si todo lo que le ha dicho Anthony es verdad, la Tía abuela vendió a Candy al mejor postor y el lo había permitido, que ciego había sido, como pudo fallarle a Candy de esta manera, el nunca debió permitir esa boda, sabia que Candy no estaba enamorada, debía asegurar la felicidad de su hermana y el se contento con saber que tendría todo cuanto necesitaba, que idiota, como pudo permitir que la Tía Abuela la usara de esa manera, pero ya es tarde, lo hecho, hecho esta, ahora debe tratar de remediar la situación.

Se siente entre la espada y la pared, o entre Terry y Anthony mejor dicho, que hacer? No lo sabe realmente, pero sin lugar a dudas debe sopesar con cuidado la situación ya que lo que esta en juego es la felicidad de Candy, conoce a Terry y sabe que es un buen chico, pero también conoce lo arrebatado y el mal genio que suele tener, asi que no puede evitar preguntarse si realmente Terry puede hacer feliz a Candy, por otro lado también conoce a Anthony sabe que es un chico dulce y sincero, pero se pregunta si eso será suficiente para hacer feliz a Candy, sabe que no hay respuesta para ninguna de sus preguntas solo puede cerrar los ojos y rezar que la decisión que ha tomado sea la correcta.

El silencio hace que los segundos parezcan horas, Anthony empieza a creer que Albert no lo ayudara y que solo ha perdido su tiempo por lo que esta por marcharse cuando Albert habla de nuevo.

-que Terry me perdone pero creo que es lo mejor.- dice Albert en voz baja mientras vuelve a mirar Anthony a los ojos.- la situación es complicada pero tratándose que es la felicidad de Candy la que esta juego, es justo que se te de la oportunidad que otros te negaron, si quieres encontrar a Candy, !vete ahora, no pierdas mas tiempo!.

No puede creer lo que escucha, de verdad Albert piensa ayudarlo, esta por gritar de felicidad cuando recuerda la cadena que lleva atada.

-pero si yo me voy, que pasara con mi familia?- pregunta rogando al cielo que Albert haya pensado en algo.

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Escondida donde esta, puede oír perfectamente la conversación, no puede creer lo que escucha, pero se había visto obligada a guardar silencio mientras permanecía oculta, incluso tuvo que morderse la lengua para no salir en defensa de su hermano cuando ese idiota lo acusaba de dañar a Candy, ella lo conocía y sabia que Terry no era capaz de lastimar a una mujer, que se creía ese Anthony?, estaba loco mas que loco si cree que puede ir a buscar a Candy y huir con ella? No, eso no puede pasar, esta segura de que Terry ama a Candy, sino nunca se hubiera casado con ella.

No puede creer lo que sus oídos escuchan, no, no puede Albert traicionar de esa manera a Terry, se supone que su amigo, esta furiosa, si alguna vez le simpatizo Albert ahora lo detesta, desea salir y darle un buen golpe, de hecho esta por hacerlo, cuando escucha que alguien se acerca de su lado, desea escuchar lo que traman Albert y ese tal Anthony, pero si se queda la descubrirán y no podrá ayudar a Terry, así que es mejor que se marche, con sumo sigilo vuelve sobre sus pasos, dejando a solas a tres hombres.

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Continuara….

Próximo capitulo los Andley.

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