Un amor inesperado
Capitulo 13 la boda.
Después de firmar el contrato matrimonial, Terry y Candy regresaron al salón donde una gran multitud los esperaba para que abrieran el baile, por lo que Terry tomo a Candy entre brazos y comenzaron a bailar al ritmo de un vals que tocaba la orquesta.
Terry no podía hablar, le resultaba difícil controlar su respiración y hablar al mismo tiempo al tener a Candy demasiado cerca.
Candy respiraba con dificultad no podía concentrarse en lo que hacia, teniendo los ojos de Terry mirándola fijamente, pero tampoco podía dejar de ver esos ojos azul zafiro con vetas verdes. ¡Vetas verdes! !Esos eran los ojos que veía en su sueño!, no, no podía ser ella no lo amaba, amaba a Anthony, y el tampoco la amaba para el era solo un deber que debía cumplir.
De pronto la música se interrumpió y empezó otra melodía, de tras de Terry apareció Albert que esperaba bailar con su pequeña hermana, por lo que cambiaron de pareja, Albert bailaba con Alison.
-esta segura que deseas casarte Candy?
Candy solo asintió con la cabeza.
-Candy mírame a los ojos y dime que es lo que quieres.
Candy levanto la mirada que había mantenido hacia el suelo y le dijo a Albert.
-Estoy segura que quiero casarme con Terry, Albert.
Lo dijo con tanta seguridad que hasta ella misma lo había creído, bueno de pronto lo creía, estaba seguro de eso, era lo que quería.
Así que Albert no hizo más preguntas, ya que sabía dos cosas.
Una que Terry amaba a Candy, y dos que Candy no lo amaba de la misma forma pero solo seria cuestión de tiempo, conociendo a Candy y Terry, pronto se enamoraría de el y lo amara como el ya la amaba.
El resto de la fiesta paso así bailando con Terry y sus hermanos, la fiesta fue un éxito aunque no todos la pasaron bien, en un rincon estaban los Leagan que se retorcían en su propio veneno, bueno al menos Eliza, por que Neal se retorcía en licor como de costumbre, por lo que se marcharon temprano ya que no podían armar un alboroto, pero no se quedarían con las manos cruzadas.
Llego la hora de despedirse y volver a casa por lo que Candy y Terry se despidieron, con un cálido beso en la mejilla y con promesa de verse mañana.
Candy estaba como en un trance después de ese beso de Terry que aun le cosquillaba la piel. Se preparaba para dormir mientras contemplaba por primera vez el anillo de compromiso que llevaba en el dedo. El diamante era en forma de corazón y en el fondo tenia un tono azul como los ojos de Terry, esperaba sentirlo como una pesada carga en su mano, pero no lo era, era tan liviano. Suspiro al solo recordar cuando Terry lo coloco en su mano, por lo que con ese pensamiento se acostó en la cama y se quedo profundamente dormida.
Candy despertó cuando dorothy entro en su habitación con su desayuno, por lo que se levanto y tomo su desayuno, estaba agotada, le dolían los pies, había bailado demasiado, después de desayunar tomo un relajante baño con diferentes esencias, se quedo en el agua hasta que la piel de los dedos y las plantas de los pies se le arrugaron como pasas, después de salir de la bañera, Dorothy la atavió con un vestido de terciopelo azul, dejo sus rizos libres, estaba lista para salir, pero antes de salir dorothy recordó algo.
-oh candy encontré esto en tu vestido ayer
Candy tomo lo que dorothy le daba, era la cigarrera del mocoso malcriado, era verdad se había quedado con ella.
-gracias dorothy
Dorothy salió de la habitación, mientras Candy jugaba con la cigarrera que tenía entre manos.
-que hare dorothy, debo devolvérsela o no?
-dorothy?
Dorothy no estaba, así que tomo la cigarrera y la introdujo en el bolsillo de su vestido, y tomo la armónica que era de su padre, por lo que Candy bajo al jardín deseaba tomar un poco de aire libre, y ya que no parecía haber nadie a la vista, por que no subir a un árbol, era buena en eso, empezaba a trepar el árbol cuando una voz masculina, la interrumpió.
-¡tarzan pecoso!
Por poco Candy se cae del árbol pero logro sostenerse, hizo una mueca de disgusto, pero sigo trepando el árbol hasta que alcanzo una rama gruesa en la cual sentarse.
-mi nombre es candy White y no respondo a ningún otro, mocoso engreído.
-pues pareces una mona pecosa trepando un árbol, quieres una liana?
-mocoso insolente, que quieres?, vete no quiero verte.
-y quien dijo que venia a verte, no eres tan importante para mi.
Eso era mentira, la mentira mas grande que podía decir y aun así podía decirlo con un cinismo increíble.
-entonces a que viniste?
-devuélveme mi cigarrera.
-no te devuelvo nada. Terry Grandchester.
-vamos devuélvela, antes de que te arrepientas.
-no te tengo miedo, Mocoso insolente.
-ya veras tarzan pecoso.
Terry comenzó a trepar el árbol, por lo que Candy giro atreves del tronco del árbol y comenzó a descender por el otro lado, pero Terry fue mas rápido que ella por lo que ya la esperaba debajo del árbol.
-para ser una mona eres lenta, te gane.
-no te di ventaja, no me ganarías ni dormida.
-eso lo veremos, pronto, pero por ahora devuélveme mi cigarrera.
Terry la tenia contra el árbol, la tenia encerrada entre el árbol, su cuerpo y sus brazos, candy trataba de huir de el pero solo conseguía pegarse mas y mas al árbol, y solo conseguía tener el rostro de Terry mas y mas cerca, podía sentir y oler su aliento, olía a menta mezclado con algo mas.
Candy se llevo la mano al bolsillo del vestido pretendía devolvérsela y librarse de todo esto.
-toma, aquí esta.
Candy la coloco entre su rostro y el de Terry, no sabia lo que había sacado de su bolsillo, estaba demasiado nerviosa.
-esto no es lo que quiero, ni siquiera es mía.
-que? Ohh, es lo único que te daré, no volverás a ver tu cigarrera, además es mi instrumento favorito.
-así que tratas que te de un beso indirectamente?, no necesitabas hacer tanto teatro, pecosa, solo pídelo ......... además pronto hare mas que besarte.
Terry se acerco aun mas a Candy, pero esta rehuyó de el tratando de arrebatarle la armónica que sostenía Terry en un mano.
-ssssiiii no la quieres dámela.
-esta bien no te enojes, tarzan pecoso, la tocare para ti.
Con eso Terry se separo de Candy, se sentó a la sombra del árbol y comenzó a tocar la armónica, candy se sentó en césped frente a el, disfrutando de lo que tocaba Terry cuando escucho la voz de Annie.
-¡Candy¡!Candy¡
-¡uy¡ debo irme, en vez de fumar toca la armónica, adiós.
-Tarzan pecoso y entremetido.
Candy se levanto y hecho a correr hacia la casa, donde la buscaba Annie y la tía abuela, debían ver a la modista y a quien sabe cuantas mas personas y cosas tendría que ver hoy, esto solo era un preludio de lo que seria los próximos días.
Los días pasaron rápidamente, en un abrir y cerrar de ojos, días en los cuales veía muy poco a Terry, donde solo a veces se dirigían el saludo o una mirada, ella no sabia en que ocupaba Terry sus días pero ella se la pasaba ocupada con los arreglos y detalles de la boda o atendiendo las visitas de Alison que eran a diario, la seguía a todas partes, con la modista, el zapatero, el joyero, y de compras, en una sus salidas se toparon con Eliza.
-vaya, vaya si tenemos aquí a las dos huerfanitas, por lo que veo gastando la fortuna de Terry, son…
-no te atrevas a insultarnos Eliza, o lo lamentaras.
-el que lo va lamentar va a ser Terry por casarse con una perdida y regalada como tu.
Plafft, Eliza no vio venir la mano de Candy, la abofeteo en pleno rostro.
-no soportare que una mujer de tu calaña me llame de es manera.
-maldita, te matare, como te atreves, eres una zorra,
Plafft esta vez la abofeteo Alison. Que conocía bastante bien a Eliza y la clase de mujer que era, pues sabia que era una de las mujeres con las que solía revolcarse su hermano Henry.
Candy y las demás ignoraron la pataleta que armo Eliza después de ser humillada por Candy y Alison, aun tenían demasiadas cosa que hacer para perder el tiempo con alguien como ella
Pronto el día llego, dorothy, Charlotte, Sophie, ayudaron a Candy en su arreglo para el gran día, pasaron toda la mañana, Annie seria una de las damas de honor junto con Alison y Patricia, llevarían vestidos de raso y corsé de organza azul cielo, todas estaban listas, entrarían a ver a Candy, por lo que decidieron entrar las tres juntas haberla, se prepararon y giro la perilla con su mano enguantada.
Candy parecía estar envuelta en una nube de encaje ingles, lino, seda y tul blanco, parecía un ángel, era un vestido hermoso, llevaba un ajustado corsé de encaje blanco, delgados tirantes de gasa era lo único que cubría sus hombros, en el cuello llevaba un collar de perlas que habían pertenecido a su madre, le recogieron el cabello y colocaron pequeñas horquillas con diamante incrustados que habían sido un regalo de Alison, y un velo que la misma tía abuela le había confeccionado, llevaba guantes de satín blancos que le presto patty, la liga que llevaba a media pierna era de color azul, esa se la había dado Annie, sostenía en las manos un ramo de rosas blancas como las que Anthony solía llevarle cada mañana y las cuales en estas ultimas semanas había extrañado demasiado.
Las chicas miraban a Candy, con ojos dilatados, era mas de lo que se habían imaginado, se habían quedado sin palabras, por que no había ninguna que pudiera describir a cabalidad como lucia Candy.
-Y Bien como luzco?
-oh Candy estas hermosa.
Annie abrazo fuertemente a su hermana provocando que esta por poco comenzara a llorar, hasta que algo las interrumpió.
-basta Annie arruinaras el vestido de Candy.
La tía Abuela inspecciono de pies a Cabeza el arreglo de Candy y de las Chicas.
-bien luces hermosa Candy, *"Ahora, si me disculpan quisiera hablar a solas con Candy"
Cuando Candy se hubo quedado sola con la tía abuela, ésta se sentó en un sillón cercano y con voz cansina procedió a dar un discurso que en su larga vida había tenido que repetir a cada una de las mujeres White que habían estado bajo su tutela, incluida la madre de Candy.
-Es costumbre que antes de la boda, la madre informe a la hija acerca de los deberes que una mujer adquiere con el matrimonio. Sobra decir que siendo tú guardiana recae en mí esa responsabilidad. Te ruego que me escuches en silencio y sin hacer preguntas.
Candy bajo la mirada para contener la risa. Hubiese querido que la tía abuela se ahorrase sus lecciones, pero no deseando ofenderla se limitó a obedecerla. La anciana continuó por un buen rato describiendo con un cierto aire de disgusto los deberes maritales. Candy no pudo evitar preguntarse por qué la intimidad de una pareja de casados debía de efectuarse del modo en que la tía abuela decía. Era como sí todo contacto debiera verse como una mera necesidad de la condición matrimonial que requería realizarse a oscuras, sin ruido, con premura y vergüenza. Incapaz de adivinar lo que la joven pensaba, la señora continuó su discurso hasta que consideró que había cubierto los puntos principales. Finalmente, haciendo una pausa para secarse con un pañuelo la ligera capa de sudor que le había aparecido en la frente, se puso de pie abruptamente.
- ¿Tienes alguna duda? – preguntó de rutina.
- No – musitó Candy aún con la mirada perdida en la alfombra.
- En ese caso, me retiro. Haré que Albert venga para escoltarte.
Candy sentía que la descripción acartonada y hasta desagradable de los deberes maritales que había hecho la tía abuela podía realmente explicarle el misterio de la unión de un hombre y una mujer. Debía haber algo más, algo tan hermoso como cálido. . . algo que se pareciera a lo que sentía por Anthony. . . algo que le hubiese gustado descubrir al lado de él.
Dando un suspiro de tristeza la joven se volvió a contemplar en el espejo.
"Deja de soñar, tonta." se dijo una vez más, "Dadas las circunstancias no te hace nada bien pensar en estas cosas."
Un suave golpe en la puerta hizo que Candy dejara de lado sus pensamientos. Seguramente era Albert que había llegado por ella.*
-estas lista prince….
Albert se quedo sin palabras al contemplar a su pequeña y querida hermana, Candy estaba demasiado nerviosa, no había pensado en lo que había hablado con la tía abuela, sin duda tenia miedo, no se sentía preparada para lidiar con algo así, de pronto le templaban las piernas sentía como si el piso a sus pies se movía, y se movía pero no era el piso, eran sus pies que caminaban a un lado de Albert, su cuerpo y su mente estaban actuando por separado, por lo que pronto se vio dentro de un carruaje adornado con flores blancas y corceles blancos, tanto el carruaje y los caballos llevaba la insignia Grandchester.
Llegaron a la iglesia, solo esperaban por Candy, todo mundo estaba en su lugar, el coro, sus damas de honor que estaban frente a ella acompañadas de Stear, Archíe, Charlie, este ultimo amigo de Terry que había llegado un día antes para la boda de su mejor amigo del colegio San Pablo, Terry la esperaba junto al altar, y estaba el sacerdote detrás de Terry, por lo que sonó la marcha nupcial anunciando que la novia estaba aquí, las muchachas comenzaron a desfilar delante de ella y ella no sabia que pasaba con su cuerpo parecía como si anhelara estar junto a Terry, pero en su mente había miedo, dudas, no sabia si seria capas de llegar hasta ahí y decir.
-si acepto.
Todo fue un vertiginoso suceso, esto no tenia ni pies ni cabeza, de un momento a otro su voz y su lengua habían cobrado vida propia y había tomado los votos y hecho juramento ante dios de amar a Terry hasta el día de su muerte, pero desde el momento en que llego al altar no había hecho otra cosa que ver los ojos de Terry, y su mente y sus deseos de huir quedaron anulados, ya no podía moverse, su cuerpo se había negado a cualquier reacción que no fuera quedarse ahí junto a Terry.
Para Terry tampoco fue diferente, ciertamente tenia miedos, dudas de ser capaz de cuidar y proteger a Candy como ella se lo merecía, aun había tanto que quería hacer antes de casarse, de pronto sentía ganas de tomar a Candy y salir huyendo y llevarla lejos donde el no fuera hijo de un noble, y ella uno fuera un chica de sociedad y entonces vivirían un noviazgo normal como debían haberlo tenido, pero al verla entrar en la iglesia y verla caminar, tan segura y decidida, su mente quedo en blanco, todo pensamiento se disolvió en esas esmeraldas cuando la tuvo frente a el, y el calor que sentía la tomarla de la mano aunque estuviera enguantada lo mantenían fuera de si, su mente estaba en blanco pero en su lengua parecían estar escritos sus votos, y la palabra.
-si acepto.
-los declaro Marido y Mujer puede besar a la novia.
Terry levanto el velo de candy se acerco a ella y la beso, fue un beso breve pero en que puso toda su alma y corazón.
Candy estaba estupefacta, parecía que el corazón le iba estallar, latía demasiado deprisa, cada nervio de su cuerpo le hormigueaba, ese beso, aunque fue corto nadie la había besado con semejante ternura y cuidado y nadie había despertado esa reacción en ella, ni siquiera Anthony.
-¡viva los novios! ¡Viva los novios!
En medio de aplausos y demás Candy y Terry salieron de la iglesia y se dirigían a la residencia Granchester donde tendría lugar la fiesta.
*************************************************************************************
Mientras candy se casaba, Anthony llegaba a su casa a buscarla, ya eran demasiado días sin verla, necesitaba ver esos ojos, para saber que seguía vivo, y sobretodo le inquietaba saber si Candy aun lo amaba.
Toco en la casa White, pero nadie le abrió, no pensaba irse hasta que una vecina le informo.
-si buscas a la familia White, deben estar en la iglesia.
-la iglesia?
-si hoy se casa Candy.
-Que? No, no puede ser verdad, con quien se casa?
-Con el hijo del duque de Grandchester, deben….
Anthony dejo con la palabra en la boca a la mujer, hecho a correr hacia la iglesia, debía detener a Candy, si de algo estaba seguro es que el la amaba, y que ella alguna vez lo había amado así que haría todo lo posible para impedir esa boda.
Cuando llego a la iglesia, era demasiado tarde, Candy se había casado, solo pudo ver la de lejos mientras sonaban las campanas y al mismo tiempo su corazón se partía en dos, estaba devastado, no esperaba encontrar Candy casándose con otro, su pies y su cuerpo se convirtieron en plomo, le dolía cada musculo que movía para regresar a casa donde tal vez podría despertar de esta pesadilla, cuando una mano alcanzo su hombro.
-¡Anthony!
Era Archíe no sabia que responder, no tenia palabras, su lengua se pegado al paladar, no tenia aliento para seguir ahí, deseaba que la tierra se abrirá en el instante y se lo tragara, pero de sus labios solo repetía.
-se ha casado, se ha casado, por que se ha casado?
-oh Anthony, ella se ha casado por que tu la engañaste y abandonaste.
Archíe había oído los rumores que Eliza y luisa habían esparcido, que Anthony amaba a Luisa y pensaba casarse con ella, y sabia de sobra como habían presionado a Candy a casarse.
-¿que? Bese a Luisa por accidente pero jamás la abandone ni deje de amarla como ella lo hizo conmigo, maldición yo aun la amo.
Todo hizo resurgir, a Anthony a un no podía darse por vencido todavía tenia una ultima carta que jugarse, por lo que arrastro a Archíe a un carruaje que los llevara a la recepción de la boda de Candy, mientras Archí lo ponía al corriente de todo lo que había sucedido las ultimas semanas, Anthony estaba furioso, y mas furioso se puso al saber lo que le sucedió a Candy en manos de Neal, y como había tenido que comprometerse son otro para salvarse de Neal, esto le dio esperanzas, tal vez ella aun lo amaba, tal vez accedería a …
Continuara…..
Próximo capitulo se fugaron.
*esta parte la he tomado prestada de un fic que no me pertenece es de alys avalos, (la trampa) lo he adaptado un poco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario