Capitulo 20 la cacería del zorro.
Terry no sabia donde estaba, estaba solo en lo que parecía ser un jardín o alguna zona boscosa, pero supo que era un jardin cuando vio que había un sendero frente a el, comenzó a seguirlo hasta que llego aun lugar amplio, iluminado, pero aquello era demasiado silencioso y parecía estar desierto, o al menos eso creía hasta que en su camino llego a un lugar aun mas iluminado y mas amplio, era como un salón y en el centro de el había lo que parecía ser una caja, rectangular del tamaño similar al de una mesa, pero no era un caja común y corriente al irse acercándose poco a poco, se percato que era un ataúd y había alguien en el, paso a paso sus pies vacilaban y pesaban como si fueran de plomo, pero aun así los forzó a moverse y llegar hasta el, sus ojos se abrieron desmesuradamente y su corazón se congelo, lo sentía como una pesada piedra entre sus pulmones.
-no puede ser, no, no puede ser verdad, Candy no puede estar muerta.
Se arrojo sobre el ataúd y tomo a Candy entre sus brazos y trato de despertarla pero pese a todo el jaleo que armo y demás no lograba despertarla.
-pecosa, pequeña pecosa, despierta, Candy amor mío despierta, vamos despierta.
En sus mejilla sentía correr un liquido cálido que manaba de sus ojos que caía pesadamente y amargamente sobre su rostro hasta la comisura de sus labios, la abrazo a su pecho tratando de trasmitirle un poco de la vida que le había dado Candy al conocerla, cuando sintió una mano sobre su hombro, pese a sus reminiscencias giro la cabeza, donde se encontró a Albert que lo miraba de una forma fría y en sus ojos había algo, lo miraba como si el fuera el culpable de la muerte de Candy, de pronto descubrió que no era el único que lo miraba de esa forma, alrededor de el estaba la familia de Candy, su tía abuela, sus hermanos, estaba su hermana Alison, su padre mismo lo miraba de la misma forma, pero mas allá de ellos había un hombre al cual no podía verle el rostro, el cual le dijo
-si la hubieras dejado ir, ella no estaría muerta, es tu maldita culpa, tu la mataste.
De pronto no solo aquel hombre le decía que el era el responsable de la muerte de Candy, se lo decían todos los que estaban a su alrededor, no solo las miradas y las palabras lo culpaban incluso su propio corazón lo traicionaba para decirle lo que todos parecían saber.
-tu la mataste.
-¡Terry, Terry¡
Un suave movimiento lo saco de la pesadilla que estaba teniendo, abrió rápidamente los ojos, aunque por un momento se quedo cegado por la luz del sol, poco a poco entendió que todo lo que había visto antes era solo un sueño, un mal sueño, el peor de toda su vida, pero aun podía sentir el frio y la sensación de tener el cuerpo sin vida de Candy en sus brazos, estaba conmocionado, se llevo las manos al rostro, cuando percibió que sus ojos estaban mojados por lagrimas saladas, se froto los ojos como si con eso bastara para hacer desaparecer la pesadilla que había tenido.
Miro lentamente a su alrededor y reconoció que estaba en el estudio, donde se había refugiado con una botella de whisky como cada tarde, frente a el había unos enormes ojos azules que lo miraban llenos de preocupación y angustia, trato de levantarse, pero estaban tan borracho que no lo logro sin ayuda, por lo que la chica rubia de ojos azules corrió a su lado y lo ayudo a ponerse de pie lentamente y lo coloco en un sillón cercano.
-que haces aquí?
-hmm este, hmm es que yo….
-tu que?
-es que estaba gritando, trate de llamarlo, pero no despertaba por lo que tuve que tocarlo.
Al decir esto Susana se ruborizo intensamente y bajo la mirada al piso en una manera un tanto tímida y un tanto provocativa, para cualquier hombre esto no hubiera pasado desapercibo, sobre todo cuando Susana era hermosa, de buena figura, pero eso no era suficiente para un hombre como Terry.
-bien ya estoy despierto, ahora lárgate.
Susana se quedo paralizada no sabia como actuar frente a este hombre, siempre la tomaba por sorpresa lo frio y cruel que podía ser, pero no le importaba, Terry era lo que ella siempre había buscado en un hombre, apuesto, con carácter y sobre todo que lo aprobaba su madre ya que tenia un bolsillo bastante gordo como para resolver los problemas que su padre les había causado para luego suicidarse cobardemente.
Susana sin saber que más decir frente a Terry salió silenciosamente del estudio dejando el desayuno en el escritorio y a Terry solo con sus demonios internos.
Terry por mas que trataba de olvidar la pesadilla que acaba de tener, no podía volvía a su mente una y otra vez y todo le parecía tan real.
Sabia en el fondo de su corazón que si a Candy le pasaba algo el seria el culpable, el seria el responsable de matar a la Candy que estaba llena de sonrisas y amor para todos, no podía permitir que algo así pasara, si era necesario la dejaría ir con el fin de Candy viviera, pero cada vez que tenia ese pensamiento su corazón se encogía en su pecho provocandole un dolor que aunque lentamente disminuía no desaprecia completamente, pero era algo que haría por Candy pese al costo emocional que el tendría que pagar.
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Candy se despertó lentamente al sentir que los rayos del sol bañaban cálidamente su rostro, debía ser mas de medio día y seguía en la cama, hacia mas de tres horas que Ruth había trato de despertarla por primera vez.
-Sra. Granchester esta listo su desayuno y su baño por favor levántes.
-te he…dicho que me llames… candy.
-cinco minutos mas…
Candy le había respondido entre bostezos y medio dormida por lo que Ruth la dejo dormir un poco mas y después de eso volvía cada 15 minutos a tratar de despertarla pero era inútil, Candy dormía profundamente.
Deseaba pasar todo el día en cama y sumergirse en sus sueños donde podía estar con las personas que amaba, extrañaba tanto a Annie, la pequeña llorona que siempre corría a refugiarse a su cama cuando tenia una pesadilla, extrañaba tanto a Stear y Albert si ellos estarían aquí, a Stear ya se le hubiera ocurrido inventar algo para sacarla de la cama y seguramente Albert participaría en hacerla enfurecer y luego correr sabiendo que Candy los perseguiría hasta que terminar exhaustos y muertos de risa, incluso extrañaba a la tía abuela que de estar aquí seguramente, no habría un momento en el cual no la retara, ya la imaginaba entrando en la habitación tapándose la boca con un pañuelo y diciendo
-no es propio de una señorita de buena familia seguir en cama hasta estas horas, Candice levántate y aséate.
No pudo evitar que una risilla se le escapara de solo pensar que la anciana estuviera ahí frente a ella, pero al mismo tiempo sus ojos se llenaron de lagrimas al pensar que tal vez no los volvería a ver, todavía seguía en la cama cuando la puerta de su habitación se abrió bruscamente dejando entrar a un hombre que parecía estar borracho y furioso, candy se encogió en la cama, se cubrió hasta el cuello con las mantas, y se abrazo las rodillas fuertemente, cerro los ojos esperando que con eso despareciera el Terry que estaba frente a ella y la veía de una manera indescifrable.
Candy sentía temblar su cuerpo al mismo ritmo que latía su corazón de manera furiosa, estaba desconcertada hacia días que no lo veía desde que había entrado a su habitación sin su permiso, no sabia que quería, pero tenia miedo preguntarle, por lo que permaneció con los ojos cerrados esperando que si iba a decirle algo lo digiera y la dejara sola de una vez.
Terry se paseaba de un lado a otro de la habitación de Candy con pasos furiosos no sabia por donde comenzar, lo asaltaban las dudas una y otra vez, lo hacían titubear de la decisión que había tomado hace unas horas después de tener aquella pesadilla.
Candy estaba desesperada y alterada por la presencia de Terry paseándose en su habitación de un lado a otro, por que no hablaba y se marchaba de una vez?, así que abrió los ojos y suspiro dramáticamente tratando de reunir valor para romper ese inquietante silencio.
-que es lo que quieres Terry?
Su voz tembló un poco al principio pero logro controlar su voz para que sonara con la suficiente determinación para que Terry detuviera sus pasos y se detuviera a mirarla a los ojos de una vez.
Dios, no podía creer lo que veía en los ojos de Candy, estaban apagados y carentes del brillo y la chispa que los caracterizaba, tenia unas marcados halos color malva debajo de unos parpados hinchados, su piel parecía papel, sin brillo y fuertemente adherida a sus huesos esto lo hizo dejar sus dudas y seguir la decisión que había tomado esta mañana, hacerlo le destrozaría el alma y el corazón pero debía hacerlo por el bien de Candy, se le tenso todo el cuerpo de tan solo pensar en lo que estaba apunto de hacer y decir.
-se bien que no eres feliz conmigo…
-claro que no soy feliz con un hombre como tu, al que no amo y no me ama a mi.
Terry apretó fuertemente la mandíbula, tratando de reprimir una maldición y demás palabras que pugnaban en su lengua por salir, y antes de que Candy siguiera reprochándole lo que bien ya sabia, retomo lo que había empezado a decir.
-bien ya que dejaste claro tu punto, pero no soy un maldito como tu lo crees, yo se que te he hecho mucho daño pero no…
-no, no eres el maldito que yo creía, eres peor de lo que yo creía, eres la persona mas cruel que conozco.
Candy estaba haciendo trisas el corazón de Terry junto con su orgullo, Terry cada vez le resultaba más difícil tratar de mantener bajo control su mal genio, sus impulsos y el dolor que sentia salir a toda velocidad por todo su pecho.
Terry trato de ignorar lo que candy había dicho, retomo su oración en donde Candy lo había interrumpió, Terry contuvo el aire un momento, lo que estaba a punto de salir de su boca seria las palabras mas difíciles que tendría que decir, seguro que cada resto de su alma se ira pegada a cada una de ella hasta que entraran en los oídos de Candy.
-No quería causarte tanto dolor, se que no puedo remediarlo pero en vista de que esto solo destruirá a ambos, lo mejor es que tu regreses con tu familia y pidamos la anulación de nuestro matrimonio, ya que no lo hemos consumado.
Candy no podía creer las palabras que aun retumbaban en sus oídos, se quedo muda, paralizada, su corazón y su mundo se detuvieron un instante y luego volvían a la vida con una sensación que se sentía como una alarma, una advertencia, pero una vez mas Candy desoyó sus instintos prefiriendo engañarse a ella misma pensando que lo que sintió fue un soplo de felicidad y dolor mezclados juntos.
Si esta seria la ultima vez que Terry la vería en su vida, decidió aplastar por completo sus sentimientos por ella por lo que silenciosamente se acerco a la cama y cuando estuvo lo suficientemente cerca de ella se encorvo ligeramente y deposito un casto beso en su frente y le susurro al oído dos palabras que su corazón y mente no pudieron reprimir en su interior por el dolor que le causaría hacerlo.
-perdóname Candy.
Candy no podía salir de su asombro cuando vio a Terry acercarse a ella no supo por que pero sintió que no debía moverse, tal vez fue algo en la mirada de Terry, pero sentir ese beso en su frente para Candy fue extraño, fue si como al mismo tiempo algo en su interior se rompiera, y a la vez había sentido una corriente eléctrica que había recorrido todo su cuerpo, poniendo alerta todos sus sentidos, sin entender que sucedía sus ojos derramaron cálidas lagrimas por sus mejillas que antes de marcharse Terry enjuago con sus pulgares.
-tienes que irte hoy, te reserve un boleto en el tren de esta noche y el barco zarpa mañana al medio dia, he arreglado todo para que regreses con tu familia a Inglaterra. Ruth y Susana te ayudar a hacer tu equipaje.
Fuera de la habitación de Candy, poco después de que entrara Terry, Susana se había quedado afuera escuchando y casi gritando de felicidad al escuchar que la caprichosa niña rica que se supone tenia Terry por esposa regresaría con su familia y que su matrimonio se anularía, Susana no cavia de felicidad, siempre había supuesto que Candy y Terry no se amaban pero escuchar su conversación le confirmo lo que ya creía saber, desde el momento en que había llegado Candy a Lakewood, la había despreciado por el simple hecho de ser rica y tener la posición social que ella y su madre habían perdido cuando su padre se suicido, obligándolas a emplearse de mucamas, decir que trabajaban era solo un decir por que se la pasaban ordenando a los demás sirvientes y depreciándolos, solo se encargaban de "supervisar" que los demás hicieran su trabajo y el de ellas incluido.
En ese momento Terry salía de la Habitación de candy con los restos de su corazón y de su alma, había despedazado todo lo que quedaba en el, con el fin de Candy viviera y encontrara la felicidad que el no había sabido darle, esta concentrado en no dejar salir las lagrimas que retenían sus ojos por lo que no vio la expresión triunfante y feliz de Susana, y Tampoco observo como Ruth contenía los sollozos con un pañuelo.
Candy esta perpleja envuelta en las mantas sobre la cama y solo veía como Susana parecía bailar de un lado a otro recogiendo sus cosas con una felicidad que no le cavia en el cuerpo, y como Ruth se acerco a su cama y le acariciaba la cabeza, conteniendo los sollozos, Candy no sabia como reaccionar, aquello no parecía que fuera real, por lo que se quedo en cama hasta que casi era la hora de salir de Lakewood.
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Terry pensó en dirigirse al estudio y ahogar lo que quedaba de el en una botella pero sin embargo sus pies y sus nervios estaban tan crispados por lo que pensó que seria mejor salir y cabalgar con Teodora, quizás el viento, no, se engañaba así mismo, si creia que algo como el viento tal vez lo ayudaría, sabia que no había cura para la herida que tenia en su corazón y su alma, por lo que salió hacia las caballerizas donde creía que podía encontrar las fuerzas para mantener su resolución, pero se encontró que varios mozos que se reunían para cazar algunos zorros, ya que había sobrepoblación y estaban merodeando por los alrededores muy cerca de la casa, esto dio a Terry otra idea que tal vez seria útil para descargar un poco del dolor y frustración que sentía encerrados en su ser, por lo que tomo un rifle y se unió a ellos.
En medio del bosque los hombres se dividieron para cubrir mayor terreno y así poder cazar mas zorros, cada hombre llevaba al hombro un rifle, una pequeña bolsa que contenía cartuchos, soga y algunas otras cosas útiles al cazar zorros, formaron parejas para cazar, pero Terry cazaría por su propia cuenta así que avanzo solo.
Alguien había dejado caer una lámpara de petróleo sobre el césped seco por lo que ardió rápidamente provocando que los animales que se ocultaban en los arbustos salieron pitando, al observar esto muchos cazadores empezaron a disparar a todo lo que se moviera.
Terry comenzó a perseguir a un zorro de mayor tamaño, esto era el desafío que buscaba algo que aunque fuera un momento lo hiciera olvidarse de la realidad, así que se adentro al bosque en busca de aquel zorro sin importarle que estaba en medio de los disparos, siguió su camino hasta que escucho las detonaciones mas cerca de el y de pronto sintió como algo muy caliente emanaba de su hombro, Terry sintió un dolor intenso que le recorrió todo el cuerpo, se llevo la mano al hombro donde descubrió que sangraba profusamente, aplico presión sobre la herida y regreso hacia donde estaban los demás, necesitaba ayuda sino quería morir, pero ahora ya no tenia nada que lo detuviera de morir en ese momento, por lo que descubrió la herida y se dejo caer en el césped esperando que viniera su muerte.
Cuando el incendio se desato un poco mas los mozos decidieron hacer regresar a Terry para que ellos se encargaran del incendio, lo buscaron en los alrededores pero no lo encontraron, comenzaron a llamarlo pero nada, no había respuesta.
Hasta que uno de ellos lo encontró semiinconsciente y desangrándose, por lo que se dieron prisa a regresar a la mansión y llamar aun doctor inmediatamente o su patrón moriría.
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Pronto pasaron las horas para Candy, cuando vino Ruth a insistir que se vistiera si quería llegar a tiempo a la ciudad para no perder el tren, Candy no sabia por que pero no tenia el entusiasmo que pensó que sentiría cuando se marchara del lado de Terry pero en vez de eso, sentía dolor?, pena? No sabia lo que sentía en ese momento, pero como en trance se vistió, estaba lista, pero si era verdad que se iba ir, no sabia cuando volvería, antes de irse debía visitar el sepulcro de su madre, por lo que salió de la casa acompañada de Ruth.
Estaban caminando por un sendero que llevaba al sepulcro de su madre cuando a la distancia Candy podía ver humo, algo se quemaba, candy se altero un poco pero Ruth la tranquilizo un poco diciendo que lo estaban causando los mozos para ayuntar a los zorros que merodeaban los alrededores en esta época del año.
Siguieron su Camino hasta que el grito de un hombre a la distancia distrajo a Ruth que era llamada por el, Ruth corrió a su encuentro para saber que sucedía, regreso a gran velocidad a lado de Candy, Candy la observo que estaba pálida y sin decir una sola palabra Ruth la arrastro con ella.
-Ruth, para, vamos a donde me llevas?
-oh señora Candy es una desgracia.
-que, que ha pasado mujer, no me asustes, habla de una vez
Pero Ruth no tuvo necesidad de hablar cuando llegaron a los hombres que cada vez se acercaban mas a ella, candy no podía creer lo que veía, no entendía que pasaba por su mente, pero solo corrió al lado de su esposo y le sujeto fuertemente la mano.
-Terry, no te rindas, vamos Terry háblame, Terry despierta, ¡Terry no te mueras!
Terry sintió un cálido calor que apretaba dulcemente su mano y finas gotas que caían sobre su rostro, parecía que comenzaba a llover, no entendía pero no parecia ser lluvia, ya que lo que caia en su rostro era demasiado calidas, si iba a morir deseaba ver el cielo por ultima vez, pero lo que se encontró fue totalmente diferente, veía unas pupilas muy grandes de color esmeralda, que estaban inundadas por lagrimas, pensaba que su cerebro no le funcionaba y lo que veía era una ilusión, pero aun así si era real o no, debía decirle lo que quiso decirle a Candy cuando estuvo en su habitación esa tarde.
-no te vayas, quédate conmigo.
-Terry aguanta, un medico, vayan por un medico.
-Candy júrame que te quedaras conmigo- Terry la acerco mas a su rostro con los ojos y la voz suplicándole que no se fuera que se quedara con el
-si, Terry aguanta, Terry ¡No¡ vamos despierta, Terry abre los ojos.
Terry se sumió en la inconsciencia debido a la perdida de sangre y perdió de vista su ilusión.
Continuara…
Próximo capitulo quédate conmigo.
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