"los personajes de Candy Candy no me pertenecen son propiedad de Kyoko Mizuky e Igarashi, ahora que si fueran míos, Terry, Albert, Anthony, Stear, Archie, serian solo para mí y no los comparto, (jojo jojo así o más aborazada?) Escribo esto sin fines de lucro, es solo entretenimiento y desvaríos de una mente desquiciada. "
Capitulo 35.
Travesías
"El
calor del verano ha comenzado a esfumarse lentamente para dejar lugar a
una tibieza que solo puede pertenecer al otoño, si, así lo anuncian los
pétalos marchitos y aquellas hojas doradas que ahora vuelan con el
viento, el mismo viento que pronto traerá consigo al invierno, pero esto
es totalmente ajeno para aquellos que llevan el calor de la primavera
en sus corazones."
En algún lugar entre Lakewood y nueva york.
Un agudo silbido se escucha en toda la estación antes de que las ruedas del tren comienzan a girar y a deslizarse lentamente sobre los rieles; hombres, mujeres y niños se despiden desde las ventanillas agitando las manos, lanzando sonrisas y besos; al final de aquel tren en el ultimo carro sujetos de la baranda, una joven pareja sonríen entusiasmados mientras agitan alegremente las manos y gritan algunos adiós y te extrañare a la multitud congregada en el andén, conforme las ruedas del tren giran cada vez más rápido, alejándose más y más de aquella multitud hasta que de pronto ya no es visible mas que como un punto borroso en la distancia.
La despedida acontecida ha dejando rastros de alegría mezclada con la melancolía del adiós por lo que poco a poco los pasajeros regresan a sus lugares, algunos con lagrimas en los ojos y algunos mas con una sonrisa pacifica pero en sus ojos la expresión de la añoranza, solo pocos pueden sonreír abiertamente ante aquel adiós como lo hacen aquel par que se ha quedado rezagado al final del tren, los cuales no tardan en ser instados por el inspector a regresar a sus lugares y aquella pareja que aun ríe de su aventura no tarda en seguir las instrucciones del inspector.
Arrastrando de la mano a Candy, pasan de un carro a otro hasta llegar a sus asientos en el carro de la primera clase, a medida que atraviesan los pasillos ambos pueden sentir las miradas de los curiosos sobre ellos pero aquello no les importa, ya que no pueden evitar reír abiertamente ante la alegría y emoción que sienten no solo por el viaje a nueva york sino por saberse enamorados.
En cuanto llegan a sus asientos, Candy corre hacia el asiento de la ventanilla y clava sus esmeraldas en el paisaje que corre vertiginosamente a su alrededor, sin que pueda evitarlo cae maravillada ante la belleza del paisaje, pues distintos tonos de verdes y ocres cubren la vegetación, la cual bañada por la luz del sol refleja tonos dorados como los del sol, aquello le confiere una belleza indescriptible a los arboles y la vegetación que franquean el camino, esta tan maravillada que no puede despegar los ojos de la ventana.
"como quisiera que el tren fuera mas despacio o que sus ojos fueran mas rápidos para captar tanta belleza"
Se siente como una chiquilla viajando por primera vez en tren pero no puede evitarlo, esta tan emocionada y cautivada por el paisaje, que simplemente no puede hacer nada salvo mantener la vista clavada, aunque esta absorta mirando a traves de la ventana puede percibir los ojos de Terry sobre ella, sabe que esta por ser victima de una de sus bromas y seguramente sus pecas tendrán que ver en el asunto, pero aquello no le importa por lo que sigue mirando ávidamente a través de la ventanilla mientras entrelaza su mano con la de Terry.
Muchos le habían dicho que la felicidad proviene de las cosas mas simples de la vida y nunca lo creyo, hasta que observo aquella sonrisa y el brillo de los ojos de Candy mientras miraba por la ventana, estaba maravillada por el paisaje, el cual era hermoso sin duda pero el sin embargo se encontraba extasiado y sumamente dichoso de poder contemplarla a ella.
"había
muchas cosas que le gustaban de Candy, le encantaba su sonrisa, su
alegría y aquel espíritu libre que poseía, no puede evitar amar cada
cosa de ella, la ama de los pies a la cabeza incluso pasando por aquella
naricita respingada y salpicada de pecas; la ama por cada una de las
cosas que es, pero en este momento la ama por su capacidad de ser feliz
ante las cosas mas simples de la vida."
"ella
apreciaba la sencillez de las cosas y era por eso que podía ver mas
allá de la superficie y aquello era la razón por la que se había
enamorado de un hombre como el, solo ella había podido ver mas allá de
la coraza que se esforzaba por mantener, solo ella había podido llegar a
conocer a quien realmente era, y por eso la amaba con cada poro de su
piel"
Las cavilaciones de Terry lo llenaron de un sentimiento tan profundo que le corto el habla y la respiración, en aquel momento se olvido hasta de su nombre, pues solo podía sonreír mientras sentía invadió por un calor que parecia propagarse lentamente por su cuerpo desde el momento en que candy entrelazara sus manos.
Por un largo rato miraron en silencio a traves de la ventanilla hasta que lentamente se fueron sumiendo en un letargo que los llevo a dormir uno en brazos del otro, por lo que viajaron la mayor parte del camino a nueva york solo con el sonido acompasado de sus corazones, los cuales esperaban ansiosos llegar a nueva york.
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A bordo del Luisitania en algún punto del océano.
Una pequeña flama parpadea constantemente mientras que con su escasa luz arroja sombras distorsionadas al impactarse contra los objetos, pero sobre todo hace borrosa y demasiado alargada la sombra del chico que permanece inmóvil sobre aquella silla desde hace horas.
El mar se encuentra en calma a pesar de que se ha pronosticado fuertes tormentas, por lo que ha sido un viaje pacifico y tranquilo en comparación con lo turbulentas de sus propias cavilaciones.
Sentado en aquella silla ha pasado la mitad de la noche, velando el sueño de la criatura maltrecha e indefensa que yace en la cama, de la cual no sabe ni el nombre y mucho menos quien la ha dañado, solo sabe que desde que la tomo en sus brazos, despertó en el un instinto protector y esa era la razón por la que ahora se encontraba cuidando de una desconocida, mientras que en su mente trata de encontrar respuestas repasando una y otra vez lo sucedido.
Flashback
Cargando entre sus brazos, lleva lo que a la vista de todos parece ser un chico, posiblemente su hermano menor, pero dejando de lado las apariencias, corre por los pasillos siguiendo al chico que los conduce a su camarote.
Una vez que se encontraron en el, deposito suavemente a la chica sobre la cama y sin detenerse a una verificar si el chico había depositado su valija en algún rincón, se apresura a despedirlo pero este sin embargo se muestra reacio a irse, ya que insiste una y otra vez en llamar al médico abordo a lo cual el no solo se había negado, sino que había declarado que el era medico y era capaz de cuidar perfectamente bien de su hermano.
¿Porque hacia aquello?, ¿y mas cuando no era del todo verdad?, no lo sabia pero algo en su interior lo instaba a proteger a aquella chica por lo que no permitiría que se descubriera su identidad.
Después de decir por enésima vez que podía hacerse cargo de su hermano, el camarero se marcho, no sin antes llevarse un par de libras que Anthony le tendía, y una vez que se encontraron solos se propuso curar sus heridas.
Hacia meses que había dejado las clases de medicina y no se creía capaz de cuidar de ella, pero dadas las circunstancias tenía que hacer su mejor esfuerzo, pero antes de acertar hacer algo, cerró los ojos un momento tratando de recordar lo que debía hacer y cuando se sintió preparado volvió a su lado.
Lo primero que hizo fue despojarla de la pequeña boina que llevaba, la cual ocultaba una abundante melena color marron cobrizo, desde que la vio por primera vez se percato que se trataba de una chiquilla pero ahora con aquel cabello cayendo alrededor de sus hombros en suaves ondas le decía claramente que era una mujer solo un par de años menor que el, sin darle demasiado importancia a ello, lentamente tomo su rostro entre sus manos y lo examino cuidadosamente a la luz de la vela.
Con ojo crítico observo aquellas mejillas infladas y aquel corte poco profundo en su labio inferior, aquellas lesiones aunque aparatosas no eran graves, lo que realmente le preocupaba era el ojo amoratado e inflamado que tenia, pero de aquello no podría saber la seriedad de la herida hasta que ella despertara.
Lentamente dejo su rostro para seguir con su exploración y por lo que con mucho cuidado la despojo de su ropa, con un solo movimiento sus manos desataron el grueso nudo de la capa, dejando al descubierto algunos pequeños cortes a lo largo de su cuello, después de examinarlos a la luz de la vela y decidir que no eran algo de cuidado, centro sus ojos y manos en su cuerpo, que debajo de aquella pesada capa, lo cubría una camisola y unos pantalones que le venían demasiado grandes para su pequeño cuerpo, conforme la despojaba de aquellas prendas ante sus ojos aparecían algunos verdugones y cortes desperdigados a lo largo de sus piernas, torso, brazos y manos, sin prestarle atención a que frente a el tenia a una mujer desnuda, se centro en sus heridas examinándolas una por una.
Con un paño húmedo y agua caliente limpio la sangre y los cristales incrustados en la palma de su mano para después colocar un vendaje nuevo, lentamente su estudio fue ascendiendo por sus brazos y piernas hasta que lo llevaron a centrarse en su torso, sus ojos se desorbitaron en cuanto noto los cardenales que tenía en los costados justo en las costillas, haciendo un poco de presión en ellos descubrió para su tranquilidad que no había huesos rotos por lo que siguió explorando sus heridas, estaba por pasar a sus hombros cuando una de las lesiones no solo llamo su atención sino lo dejo consternado; sobre unos de sus pechos se empezaba a formar un pequeño cardenal, justo en la punta, sobre el pezon, examinado de cerca aquel verdugón claramente pudo apreciar la forma de lo que fueran unos dientes hincados en su carne mas suave, reconocer que trataba de una mordida lo conmociono de tal manera que se vio obligado a detener su exploración, su cuerpo se envaro al instante mientras sus manos se volvían puños a sus costados.
Ver aquellas heridas lo enfurecian y al mismo tiempo lo hacían sentir compasión por la criatura que estaba a su cuidado, pues creía saber que era lo que le había ocurrido, sintiendo pena y furia por lo que le había acaecido, sus pensamientos se convulsionaron pues de ninguna manera podía concebir que alguien pudiera actuar de manera tan ruin para con una criatura tan delicada como lo era ella …y como lo era ….. Candy.
Sobresaltado por aquel recuerdo, la furia ardio en sus entrañas quemando todo a su paso por lo que tuvo que alejarse de la cama pues sentía unas ganas inmensas de golpear algo.
Inmóvil con los ojos cerrados, conteniendo la respiración y las manos vueltas puños, paso incontables segundos en el centro de aquel viejo camarote, lentamente espero a que su respiración se acompasara y la furia que sentía aminorara, pues tenia algo mas que los nervios crispados, en aquellos momentos en su cerebro ardia el recuerdo de lo que pasara Candy a manos de Neal tantas noches atrás, ahora no solo estaba furioso sino que sentía en su interior un dolor agudo y una frustacion tan honda que le carcomía las venas por no poder hacer nada por Candy en aquella ocasión…..
Impulsado por aquel sentimiento se dijo a si mismo que esta vez no seria asi, no permitiría que algo asi volviera a pasarle a Candy … o a la criatura maltrecha que yacia en aquella cama.
Una vez que logro controlar lo que sentía volvio a lado de la chica y curo sus heridas vertiendo un poco de bálsamo y vendándolos con pequeños vendajes que había conseguido al destrozar una de sus camisas, después de aquello la vistió con la camisola que llevaba, la arropo y se dedico a velar su sueño mientras seguía luchando con sus demonios internos.
Fin del flashback.
Llevaba horas inmóvil en silencio analizando la situación, en su mente repasaba una y otra vez lo sucedido, pero seguía sin poder comprender la vorágine que eran sus pensamientos.
"
Ahora que por fin se encontraba a bordo de un barco para ir en busca de
Candy, no era aquello lo que pertubaba sus pensamientos, sino era
aquella chica que de vez en cuando gemia lastimosamente mientras dormía
en aquel catre."
"No puede entender
como es que aquella chica pueda ocupar sus pensamientos con tanta
intensidad, cuando debería estar pensando en Candy y haciendo planes
para su futuro, pero en su lugar se encontraba preguntándose una y otra
vez."
-¿quien era?, ¿Quién la había dañado de tal manera?, ¿A dónde iria?, ¿Quién cuidaría de ella? -
Deseaba tanto encontrar respuestas que para calmar lo caótico que era su mente, decidió conseguir aunque fuera una pista, por lo cual reviso las prendas de la chica, pero solo había encontrado un pequeño saquito con unas cuantas libras, observando el poco dinero que llevaba se dijo que no se trataba de una ladrona, revolvió las pertencias de la chica pero no había encontrado nada mas, por lo que aun mas confuso de lo que estaba se conformo con doblar aquellas prendas para después colocarlas en el buró junto a la cama.
Con sigilo se acerco a la cama y lentamente se inclino para dejar la ropa en el buró cuando algo más que los usuales gemidos de dolor llego a sus oídos.
-Teerriiuussss…
Extrañado por aquel incomprendible susurro procuro acercarse más a sus labios pero esta simplemente volvió a pronunciarlo.
Aquel breve susurro solo agito sus pensamientos, aumentando su curiosidad e inquietud, por lo que sin que se diera cuenta sus sentimientos e inquietud brotaron a través de su garganta.
-¿Quién diablos es Terius?
Ante el exabrupto de su voz, la chica se removió inquieta sobre la cama, percatándose de su imprudencia se llevo la mano a la boca tratando de detener la serie de preguntas y preocupaciones que pugnaban en su garganta mientras que su cabeza giraba a mil por hora, ya tenia bastantes interrogantes sobre aquella chica, como que para que ahora también tuviera que preguntarse quién era ese tal Terius al que ella habia llamado desde su inconciencia.
Desesperado camina de un lado a otro del camarote tratando de calmarse, pero sus cavilaciones cada vez se vuelven más intensas y complicadas por lo que después de unos minutos, sus pasos lo llevan de nuevo a aquella silla en la que paso inmóvil tanto tiempo, en la que su cuerpo poco a poco fue rindiéndose ante la intensidad de las emociones vividas por lo que pronto se hallo dormido.
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LakeWood (la mansión de las rosas… algunas horas antes al momento de la partida de Candy y Terry en la estación)
Una gran nube de polvo oculta al grupo de hombres y mujeres congregados en el portal de las rosas para despedir a sus jóvenes patrones, los cuales parten a nueva york por algunas semanas.
En cuanto se pierde de vista el carruaje de los Grandchester se erige ante ellos, la figura delgada y espigada de Gina Marlowe, la cual sin perder un minuto de su nueva posición, se pone a dar ordenes a los palurdos que han quedado a su cargo.
-¡todos a trabajar! ¡Que los pisos y ventanas no se lavaran por si solos!
-!bola de olgazanes, todos a trabajar!
Algunos metros mas lejos, de pie sobre el porche de la mansión se encuentra Susana observando complacida a su madre, la cual no para de dar órdenes a diestro y siniestro al conjunto de hombres que cuidan de la mansión.
Dejando a su madre disfrutando de su nueva autoridad, con una sonrisa y caminado como si fuese la mismísima reyna de francia se vuelve para dirigirse al interior de la mansión, con la barbilla erguida camina por el pasillo mientras su vestido de razo azul cielo, besa el frio suelo de mármol en cada paso que da.
Con las manos entrelazadas a su espalda pasea por la estancia, admirando la exquisita decoración del lugar, sus ojos miran complacidos el buen gusto de aquellos costosos cuadros, jarrones y figuras de porcelana que adornan hasta el ultimo rincón de aquel lugar, pero su agrado por la decoración es fugaz, ya que el cuadro que pende sobre la chimenea hace que en su rostro se forme una mueca de disgusto.
William White había pintado muchos años atrás aquel retrato, en el cual se observaba a una hermosa mujer de ojos verdes y sonrisa dulce, se trataba de Rosemary White la difunta madre de candy, el asombroso parecido entre madre e hija es a tal grado que parecen ser como dos gotas de agua, por lo que ver aquel cuadro es lo mismo que ver a Candy, lo cual la molesta sumamente e incluso le parece ofensivo a la vista.
Como quisiera deshacerse de aquel cuadro pero por desgracia no puede hacerlo, por lo que en su impotencia por no poder desaparecer aquel cuadro, se jura a si misma que una vez que sea dueña de todo, lo primero que hara será deshacerse de todo cuanto le recuerde a aquella estúpida que osa ser su rival por el amor de Terry, esperando con ansias poder realizar sus planes de un futuro con Terry por lo pronto tiene que conformarse con mirar con desprecio aquel cuadro, después de lo cual se vuelve y se dirige a lo que un dia será la habitación que comparta con Terry.
El sonidos sus pasos es ahogado por el fru fru de su vestido al arrastrarse por la mullida alfombra de burdeos azul de los pasillos, sin que nadie pueda cortarle el paso pronto se halla frente a la puerta de la habitación y con sumo sigilo gira la perilla.
La luz del sol entra a raudales por las ventanas por lo que por un momento queda cegada por un momento, el mismo tiempo que permanece inmóvil sobre el quicio de la puerta, una vez que sus pardos ojos azules se acostumbran a la luz, entra por completo en la habitación lo que le permite ver claramente, en el centro de la habitación, una amplia cama con dosel de sobre cama blanca y numerosos almohadones, aquella cama era la viva imagen del romance y la comodidad y con tan solo mirarla aun en la distancia, hacia clara invitación a recostarse y ella simplemente se rindió ante la invitación muda de la cama.
Sus huesos reposaban entre la suavidad de aquella cama pero para que su comodidad sea completa, atrae hacia su pecho la almohada de Terry y lentamente aspira el aroma, por unos segundos permanece así, pensando en que aquella almohada, es el cuerpo desnudo de Terry que sostiene contra su pecho, con los ojos cerrados y aun abrazando fuertemente aquella almohada disfruta de su ensoñación hasta que lentamente a su nariz llegara un aroma a rosas, el cual, no solo la hizo sentir nauseas sino que la hace arrojar aquella almohada, molesta por aquella intromisión de Candy en sus sueños se levanto de la cama y vago hasta el armario, donde acaricio y aspiro el aroma de Terry en sus ropas, pasando de percha en percha pronto se encontró con un vestido purpura, sin poder reprimir su deseo de admirar aquel vestido, lo saco del armario y lo admiro una y otra vez a la luz del sol, maravillada por el brillo de la tela corrió al espejo para visualizarse en él y simplemente a sus ojos se encontraba hermosa, pero aquello no parecía satisfacer su fascinación por lo que corrió al vestidor.
Ciertamente el color purpura debería favorecer el color mortecino de su piel pero simplemente al mirase en el espejo se encontra horrenda, pues aquel vestido le quedaba olgado en el escote por lo que sus pequeños pechos parecían nadar entre tanto encaje y piedras, además de que aquel vestido esta tan lleno de encajes y telas que no logra percibir su figura en el, desencantada y enfadada no puede evitar sentir furia mientras trata de quitárselo y cuando se ve libre de él, lo arroja al piso no sin antes maldecir a candy.
-estupida vaca gorda…..
"Si
es una vaca estúpida, esa es la única razón por la que aquellos
vestidos no me favorecen, debe de ser una mujer rolliza y obesa para que
deba ocultar sus carnes debajo de tanta tela"
Piensa Susana molesta para sus adentros mientras trata de volver a enfundarse con su vestido de razo azul.
Molesta y enfurruñada sigue paseando por la habitación, husmeando entre los frascos del tocador, después de pocos segundos se ha embadurnado de perfume, talco, crema, maquillaje y todo cuanto ha encontrado a su paso, está decidida a probarse todo, por lo que en cuanto sus ojos se clavan en el alhajero que reposaba al final del tocador corre hacia él y algunos instantes después con una sonrisa en los labios se admira en el espejo facial.
Los pequeños pendientes de rubí que habían pertenecido a Rose Marie White, cuelgan de sus grandes orejas, un antiguo collar de perlas que había pertenecido a la bisabuela White, adorna su estirado cuello, las horquillas de diamantes que utilizara Candy el día de su boda, adornaban su lacio y estropajoso cabello y la pequeña pulsera de oro que le regalara Patty a Candy el día de su boda, adorna una sus esqueléticas manos, aun deseosa de probarse mas cosas rebusca en el alhajero algún anillo que pueda adornar sus dedos huesudos pero no hay ninguno.
Ataviada en aquellas reliquias y joyas afectivas de Candy se dirige a la pequeña comoda para buscar un pañuelo de Terry, pues en su mente se le ha formado el capricho de que debe tener algo de el con ella, por lo que para conseguirlo esta dispuesta a buscar cajón por cajón.
Ha pasado ya por varios cajones pero no ha podido encontrar nada, ya que la mayoría de ellos fueron vaciados algunas horas antes, pero aquello no supone un freno para su determinación, ya que esta convencida de que en algún lado tiene que haber algo que pueda llevarse, haciendo acopio de toda su paciencia decide explorar todo mueble de la habitación, empezando por el pequeño escritorio que reposa en un rincón, lentamente una por una, abre las gavetas e inspecciona su contenido.
Hasta ahora su búsqueda ha sido infructuosa y comienza ha pensar que no encontrara nada, pero antes de desistir en su búsqueda lentamente abre la última gaveta del aquel escritorio, en el cual encuentra una pequeña caja de latón, intrigada por aquello la toma entre sus dedos y se dispone a abrirla.
En el interior de aquella caja encuentra lo que para ella son baratijas, por que para ella de ningún valor son: aquella cinta sucia y moteada de sangre y mucho menos aquel cumulo de notas y papeles, encontrando aquel sentimentalismo absurdo, pone los ojos en blanco y de un fuerte golpe cierra aquella caja, la fuerza del aquel golpe hace que la caja caiga de sus manos desperdigando su contenido sobre la alfombra, bufando ante lo sucedió, por un momento pretende irse y pasar por encima de ellos, pero sabe que no puede dejar rastro de su presencia por lo que no tiene otro remedio que recogerlo ella misma.
Lentamente guarda los objetos en total desorden pero de sus manos se escapa un sobre el cual cae a unos cuantos pasos de ella, poniendo los ojos en blanco se dirge a recogerlo y cuando lo tiene en sus manos no puede evitar leer aquella nota, pues en ella distingue la letra de Terry, ávidamente la toma entre sus manos y lee el contenido.
En ella habla de un día de campo y algunas cosas más para terminar aquella nota diciéndole que la ama….. pero no a ella sino a ….. Esa …. Eso sí que la hiere por lo que sus ojos se tornan acuosos debido a la ira contenida, molesta por aquel te amo a Candy, siente deseos de arrojar la nota a la chimenea y ver como se consume lentamente hasta que desaparezca entre las cenizas, es tanto el coraje, la envidia y los celos que siente, que sus dedos han comenzado a estrujar aquella nota, percatándose de lo que hace, vuelve a mirar aquella nota pues sabe que no puede destruirla, pero … tal vez ….si pueda llevársela y hacerla suya, ¡sí!, eso es lo que hará, se quedara con aquella nota, después todo la estúpida de Candy no se merece aquellas palabras de amor, decidida a ello, guarda la nota en el bolsillo de su vestido y después de limpiara toda evidencia de que había estado ahí y devolver las joyas a su lugar sale con sigilo de la habitación para dirigirse a su propia habitación para corregir aquella nota.
Entrando en su habitación gira el picaporte pues no desea ser molestada por su madre, sin perder tiempo corre al escritorio donde obtiene tinta y una pluma y se dispone a plasmarle su nombre a aquella nota por lo que la extrae de su bolsillo y ahí se percata de que ha traído algo más que solo la nota, ha traído…. una carta.
Frunciendo el ceño lee lentamente el destinatario de aquella carta, en la que claramente puede distinguir la letra de Candy, pero aquel nombre no le suena para nada, por lo que lo lee una y otra vez en voz alta.
-Anthony Brower, Londres Inglaterra; Bond #45.
Se pregunta quién es ese Anthony y que tiene que ver con Candy, por lo que sin pensarlo toma el abrecartas del escritorio y sin perder más tiempo lee lo que dice aquella carta, a medida que va leyendo se forma una sonrisa en sus labios, pues esto sin dudas puede serle de mucha ayuda mas adelante por lo que la devuelve al sobre y la guarda en la gaveta del buró junto su cama, sin darle importancia que la carta esta fechada hace mas de 5 meses, pues eso es algo que resolverá cuando la carta le sea útil, dejando aquello de lado momentáneamente se dispone a plasmarle, un te amo Susy a aquella nota.
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Londres, Inglaterra. (Días después de la fiesta en la casa Landcastle)
Sentado sobre su escritorio observa con gesto pensativo el encabezado del periódico de esta mañana, el cual palabras más, palabras menos, sigue siendo básicamente el mismo desde hace algunos días, el nuevo matrimonio Leagan.
En todos los periódicos de Londres se hablaba de ellos y de la escena que protagonizaran en la fiesta de celebración de cumpleaños y compromiso de Erick Landcastle, ante lo acontecido aquella noche él y su familia se habían retirado temprano por lo que no había sido testigo de aquella situación pero con lo que revelaban los periódicos podía hacerse claramente una idea de lo que había sucedido esa noche.
"las copas se alzaban en
alto y todo estaba preparado para brindar por el futuro enlace del feliz
pareja Landcastle-Campbell cuando en lo alto de la escalera, en estado
de ebriedad y tomado del brazo de su ahora mujer, Luisa Smith, el
heredero de los Leagan hace su entrada gritando con voz en cuello.
-¡salud! Porque me he olvidado de ti, Candice White y me he casado y no solo eso sino que pronto seré padre, ¡salud!
Aunque
el joven matrimonio esperaba que los espectadores se unieran con ellos
en un estruendoso salud, pero solo hubo un silencio sepulcral en el cual
claramente se pudo identificar el gemido de consternación de Silvia
Leagan, la cual en segundos cayo de bruces sobre los brazos del señor
Leagan, la cual, dicen los rumores ha caído víctima de una grave
afección la cual no le permite salir de sus aposentos, mientras tanto la
cuidad vibra con los rumores que este enlace supone para la sociedad,
la cual aún se pregunta cómo debe recibir al nueva señora Leagan, estas y
otras cuestiones son el tema de las principales cotillas de la ciudad,
incluido este periódico el cual permanecerá atento ante lo que suceda
con el matrimonio Leagan para mantenerlos al tanto de los sucesos"
Después de leer aquellas breves líneas tiene claro que aquella noche fue sin lugar a dudas llena de sorpresas, lo cual provoco el asombro de propios y extraños, incluido el mismo pues tan solo los acontecimientos relacionados con su familia lo tenían sumamente extrañado y pensativo en cuanto que hacer ahora, pero lo que no sabe Albert es que en este momento alguien ya tiene planes para la familia incluido el mismo en ellos.
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El sol comienza a brillar en lo alto del cielo esparciendo sus rayos de luz a cualquier lugar al que tiene acceso, con las puertas abiertas de par en par de la cornisa del piso superior le dan la bienvenida al igual que la anciana que reposa sobre una matrona bebiendo una taza de té, aun en pijama y bata de dormir la tía abuela permanece inmóvil mientras Charlotte ronda por la habitación preparando su atuendo del día.
Sosteniendo la taza de té entre sus manos permanece absorta mientras mira a través del ventanal que se extiende frente a ella, el té comienza a enfriarse en sus manos mientras sopesa sus cavilaciones.
"han pasado algunos días desde la noche en la casa Landcastle y entiende perfectamente que Annie se sienta deprimida y derrotada, entiende su tristeza y que no quiera salir de su habitación, pero si aquello sigue así, se pasara la temporada y con ella los mejores partidos y eso es algo que no puede permitirlo, así que debe buscar la manera de sacarla de ese encierro y no solo a ella, también debe sacar de ese endemoniado laboratorio a Stear y de alguna manera arrastrar con ellos a Albert, entiende que deba trabajar para velar por los intereses de la familia pero de igual manera desea verlo casado con una muchacha de buena familia por lo que si deja que las cosas sigan así, eso nunca sucederá así que deberá tomar cartas en el asunto cuanto antes"
Pensando en el "bienestar" de sus nietos la tía abuela ha estado en trance mientras era ayudada por Charlotte.
Después de que la mucama colocara con el mismo cuidado de siempre la acostumbrada peineta de la tía abuela, la mucama se inclina para hacer una reverencia y salir de la habitación cuando la voz de la Tía
Abuela la detuvo.
-dile a Dorothy que prepare a Annie para el desayuno, esta mañana desayunaremos toda la familia en la terraza así que cerciórate de que se informe a los muchachos y que todo esté listo.
-si señora así se hará.
Después de hacer una reverencia Charlotte salió de la habitación para cumplir con las órdenes de la tía abuela mientras esta volvía a sumergirse en sus cavilaciones.
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Hecha un ovillo en la cama se encontraba Annie, la chica abrazaba sus rodillas mientras sendas lágrimas bajaban por sus mejillas, había despertado desde hace unas horas junto al alba y al igual que las últimas noches se despertó llorando y sintiéndose miserable y culpable para con ella misma, pues pensaba.
"algo debía fallar en ella pues esa era la única razón por la que no podría despertar el amor en nadie, algo de estaba mal con ella, tal vez sea que nunca se dio cuenta pero sea una chica frívola y sin sentimientos, o tal vez es que no es tan bonita, es más ni siquiera es bonita, entonces porque habría alguien de quererla cuando es tan tonta , fea y carente de tantas cosas?"
Respuestas para su dolor y para aquella pregunta no tenía, pero aquello no impedía que sus lágrimas siguieran derramándose por sus mejillas al mismo tiempo que su corazón vibraba y se estremecía con cada vez que su pecho hipaba por cada sollozo liberado, los cuales tuvo que amortiguar en la garganta cuando escucho la puerta abrirse y poco después la vocecilla de Dorothy en la habitación.
-buenos días señorita, hoy hace una linda mañana tan bella que se antoja desayunar en el jardín, no lo cree así?
Estaba por pedirle que se marchara y la dejara con su lúgubre y funesto día, cuando la escucho dirigirse al armario y decirle con voz amortiguada.
-la señora Elroy desea verla en el desayuno de esta mañana junto a sus hermanos, señorita…..
Ante aquellas palabras su pecho se hundió y sofoco un sollozo que pugnaba en su garganta por salir, pues sabía que ante aquellas palabras no tendría más alternativa que salir de la cama y bajar a desayunar aun cuando lo único de lo que tenía ganas era que se olvidaran de ella y la dejaran sola.
Haciendo acopio de todas sus fuerzas rodo por la cama hasta llegar al borde en el cual poco a poco logro sentarse y envolverse en la bata que Dorothy le ofrecía.
Sin decir una sola palabra se dejó conducir al baño, donde en completo silencio Dorothy se encargó de asearla y acicalarla para el desayuno familiar.
Algunos minutos después sintiéndose temerosa y demasiado pequeña para vagar por la mansión, esta tan temerosa de perderse en aquella casa, aun cuando es la misma en la que ha vivido toda su vida, por lo que busca sujetarse de las paredes y de todo cuanto encontró a su paso, con gran esfuerzo logro bajar por la escalinata y dirigirse a la terraza donde ya se encontraban todos reunidos.
Ataviada en un vestido rosa pálido apareció en el umbral de la terraza, con una breve mirada pudo ver que Albert ocupaba la cabecera y a su derecha se encontraba la tía abuela y Stear a su izquierda, su lugar la esperaba junto a la tía abuela, por unos segundos espero junto al quicio de la puerta pensando en que tal vez podría volver a su habitación sin ser vista pero para su mala suerte Albert noto su presencia, el cual no dudo en hablarle.
-Annie preciosa, te esperábamos.
Albert le dedica una sonrisa mientras que con una mano la invita a tomar asiento, pero para ella ese gesto nunca le había parecido tan aterrador como ahora, por lo que se quedó inmóvil donde estaba.
Trataba de brindarle confianza y cariño a Annie con cada una de sus palabras y gestos pero esta simplemente permanecía inmóvil como un cervatillo apabullado y atemorizado, dolorido y entristecido por el penoso estado físico y emocional de su pequeña hermana no puedo evitar emitir un pequeño suspiro antes de levantarse y con suma lentitud acercarse a ella.
Cuando la tuvo demasiado cerca, le tendió los brazos y le hablo con todo el cariño que le tenía.
-vamos pequeña, estarás bien.
Ante la invitación que le hacían los brazos de Albert no dudo en arrojarse a ellos y ahogar unos cuantos sollozos en su pecho mientras permitía que sus brazos la envolvieran y le permitieran recordar lo importante que era para él y cuanto amor le tenía.
No saben cuánto tiempo pasaron así uno en brazos del otro y tampoco fueron consientes en que momento Stear se sumo al abrazo, el cual lo hacía no solo para manifestarle su cariño a Annie sino porque el también en estos momentos necesitaba saberse querido, a lo cual Albert no dudo en envolverlo en el abrazo mientras les decía una y otra vez.
-todo estará bien, todo estará bien.
Miraba con placer el encuentro entre sus nietos por lo cual se abstuvo de reprenderlos ante tan excesiva muestra de cariño ante la servidumbre, esperando que se deshiciera el abrazo espero a que pasaran unos cuantos minutos después de lo cual se aclaró la garganta en múltiples ocasiones hasta que los muchachos se separaron y cada uno tomo su lugar no sin antes limpiarse las lágrimas que corrían por su mejillas.
Los alimentos comenzaron a servirse en completo silencio hasta que después de algunos minutos la tía abuela rompió el silencio.
-me alegra verlos a todos reunidos.- dice esto mientras les dedica todos una mirada llena de aprobación.- ya era tiempo que nos reuniéramos como la familia que somos y nos preparemos para los eventos de la temporada.
Ninguno de los presentes sabe que es exactamente lo que quiere decir la tía abuela por lo que solo pueden emitir una pequeña sonrisa mientras esperan que revele un poco más.
Percibiendo que nadie ha captado el significado de sus palabras, se vuelve hacia Annie, a la cual toma de la mano mientras le dice.
-es una pena lo que ha pasado con el joven Cornwell pero la temporada apenas comienza, así que podríamos organizar tu debut en sociedad e incluso buscarte un buen marido, no lo crees Annie?
Ante las palabras de la tía abuela su cuerpo entero se tensa y su piel se eriza como la de un gato asustado y acorralado, no puede creer que la tía abuela se atreva mencionarlo cuando ni siquiera ella es capaz de invocarlo con el pensamiento, aquella idea le parece la más atroz y cruel que alguien pudiera decirle ahora, esta por echarse a llorar y salir corriendo cuando Albert sale en su defensa.
-Tía abuela, no creo que eso sea lo mejor para Annie, tal vez debería pasar algún tiempo, hasta que Annie se sienta…
-¿se sienta bien? Si tal vez, pero eso no pasara si ella permanece encerrada y llorando día y noche por ese bribón que no merece la pena, ella necesita distraerse para poder olvidarlo.
-en eso estoy de acuerdo pero no me parece que la temporada sea la mejor manera de que Annie pueda lógralo.
-¿entonces que propones, Albert?- dice la tía abuela mientras mira con gesto desafiante a Albert.
-no lo sé, pero es Annie quien debería decidir lo que quiere hacer.
Ante la respuesta de Albert la tía abuela sulfura para sus adentros mientras se vuelve para clavarle los ojos a Annie la cual se atraganta con el té.
Annie puede sentir sobre si los ojos de todos esperando que diga o haga algo, pero realmente no sabe que decir y mucho menos que hacer, y mucho menos cuando nunca antes alguien le había preguntado qué era lo que ella quería, si antes no lo sabía ahora menos por lo que con voz temblorosa logra decir.
-emm nnoo lo sé, tendré que pensarlo.
-¡buff! lo ves Albert, Annie aún es una niña que no sabe lo que le conviene, así que debo ser yo la que vele por su bienestar.-
-así como lo hiciste con Candy?.-ante las palabras de la tía abuela no puede evitar sentir irritación por lo que sin puede refrenar sus labios por ellos sale lo que en verdad siente.
- después de ver lo que le hiciste a Candy no permitiré que lo hagas de nuevo con alguno de mis hermanos, fui un tonto y ciego al permitir que antepusieras la posición de la familia sobre la felicidad de Candy, si a consecuencia de tus acciones mi hermana resulta infeliz jamás te lo perdonare.
Ante las palabras de Albert todos contienen el aliento y la respuesta irritada de la tía abuela no se hace esperar.
-¡hice lo que tenía que hacer para salvar a la familia de la ruina y tú no eres quien para venir y juzgar mis acciones, William!.- dicho aquello la tía abuela arrojo la servilleta sobre el plato y salió echando humo por los oídos.
Por algunos minutos se cierne un pesado silencio entre ellos, el cual se ve interrumpido por un sollozo que Annie trata de ahogar, ante aquel sonido lastimoso y lleno de pena, Albert se acerca nuevamente a ella y suavemente la toma de las manos tratando de confortarla, al sentir la manos de Albert sobre las suyas levanta los ojos anegados y con la voz afectada solo logra decir.
-lo siento Albert.
-no te preocupes pequeña …. Pero en algo tiene razón la tía abuela debes salir de aquí, de hecho ambos deben salir de aquí.-
Ante sus palabras Stear levanta la mirada para clavarse en Albert.
-si Stear, ambos, no puedo permitir que sigas encerrado en ese laboratorio, sé que ambos están muy afectados por lo que paso con Candy pero nada ganaremos si seguimos como hasta ahora.-
Volviéndose hacia Annie dice
- a Candy no le gustara saber que has dejado de pintar y que te la pasas llorando por los rincones, verdad?-
Ante aquello Annie solo puede negar con la cabeza.
Volviéndose hacia Stear dice.
-a Candy tampoco le gustaría saber que te has vuelto un ermitaño y desquiciado inventor .… además de que un día de estos volaras el techo de la casa.
Ante aquel último comentario ninguno de los presentes no pudo evitar reír ante aquella ocurrencia.
Relajándose en su asiento Albert dice.
-a Candy siempre le encantaba verlos y oírlos reír, deberían hacerlo más seguido y no dejarse vencer tan fácilmente.- aquellas palabras estaban dirigidas a sus hermanos pero en estos momentos era algo que decía mas sí mismo.
Después de algunos minutos en lo que siguieron desayunando en silencio Annie hablo nuevamente.
Sabiendo que su hermano tenía razón, sabe que debe cambiar por el bien de su familia y por ella misma, solo espera tener el valor para hacerlo y estar en lo correcto por lo que lentamente abrió sus labios.
-tal vez … podríamos ir a la exposición de arte …. de la próxima semana?- dijo con voz tímida y tan baja como un susurro.
-esa sería muy buena idea Annie, conseguiré las entradas si tu consigues un hermoso vestido nuevo para la fecha y ….. Si consigues que Stear se corte el cabello, porque ya parece tener melena en vez de cabeza.
-oye!- fueron las palabras de Stear antes de reír a carcajadas como ya lo hacían sus hermanos.
Con un ambiente más relajado y lleno de risas los hermanos siguieron desayunando mientras que en otro lugar está por desarrollarse una historia completamente diferente.
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Media tarde en el castillo Grandchester.
Es media tarde en Londres y el sol comienza esfumarse por el horizonte, anunciando así la esperada hora del té, aquella hora del día representa el momento en que decenas de mujeres se reúnen a cotillear del escándalo del momento, y para ella es su hora predilecta del día, lo que daría por estar en alguno de aquellos salones disfrutando de una taza del preciado brebaje mientras hunde mas en el fango a los Leagan, y no aquí frente a la chimenea del salón en el frio castillo Grandchester, mientras tiene que beber un espantoso remedio para calmar el malestar de su estómago y tratando de explicar con calma a su pequeño Henry en qué consistía su plan para deshacerse de Eliza.
Despatarrado sobre el sofá con una copa de coñac en la mano mira con gesto indiferente el fuego que arde en la chimenea mientras se prepara para escuchar a su madre y su plan para deshacerse de Eliza, pero antes de eso quiere saber algo por lo que se adelanta a sus palabras.
-madre antes de entrar en detalles, dime como lograste embaucar a Eliza?.
-eso no tiene importancia, lo importante es que te ponga al tanto de lo que haremos ahora.
-si, tal vez, pero tengo curiosidad, así que cuéntamelo .- dijo Henry mientras ponía cara de perro pateado, digo cachorrito a lo cual su madre no podía resistirse por lo que después de despeinarle los cabellos a su "pequeño" se puso a relatar lo que sucedió en aquel mismo salón horas antes.
Flashback.
Sentada en su sofá favorito esperaba la llegada de Eliza Leagan, la cual en esos momentos hacia su entrada, caminaba confiada y altiva por el lugar a pesar de que en estos momentos el nombre de su familia es arrastrado por el fango, sin lugar a dudas la muchacha tiene valor y la actitud para ser la futura duquesa pero aquello no le es suficiente, no porque sobretodo no podría ser la chica a la cual pudiera manejar a su antojo, así que tiene que librarse de ella.
Sin decir una sola palabra observa como aquella criatura pelirroja toma asiento frente a ella, por unos segundos se miran confrontándose una a la otra, observando la mirada calculadora de Eliza entiende que su tarea no será tan fácil, no cuando aquella chica se le parece tanto, porque detrás de aquella mirada sabe que se encuentra una fiera determinación para conseguir lo que quiere, así que decide barajear lentamente sus cartas antes de atacar.
Pasando unos segundos en los que solo se miraron mutuamente la duquesa fue la primera en hablar.
-Eliza que gusto verte!
-el gusto es mío duquesa!
Por unos segundo ambas se quedan en silencio sin saber muy por donde comenzar a atacar, pasando algunos segundos la duquesa tanteo el terreno.
-dime, como se encuentra tu madre?
Después de entornar un poco los ojos Eliza contesta como si estuviera hablando del clima y no de aquello que la sociedad trae entre dientes con tanto afán, que es nada menos que su familia.
-mi madre se encuentra bien …. Es solo que exagera un poco la situación cuando es más que claro que existe la anulación para ese matrimonio.- aquello era una mentira que no valía la pena aclarar ahora, no cuando luisa había revelado que de efectuarse una anulación o un divorcio se llevaría con ella la mitad de la fortuna Leagan, obviando aquella información siguió su entrevista con la duquesa.
-menos mal que aquello tiene arreglo y no permites que te afecte.- dijo la duquesa mientras le daba un sorbo a su taza de té.
-¡oh claro que no permito que me afecte! Eso podría hacernos mucho daño a mí y a mi bebe.- dijo Eliza mientras pasaba con sumo cuidado la mano sobre su inexistente vientre.
La duquesa casi se atraganta ante aquellas palabras y la falta de tacto de Eliza para bordar el tema, pero ya que Eliza iba directo al grano ella por su parte haría lo mismo, hacer aquello sin duda seria mucho más rápido que seguir dando vueltas en círculos.
Estrujando entre sus dedos la taza de té la duquesa hablo entre dientes.
-me alegro que así sea, no nos gustaría que algo le pasara al futuro heredero de los Grandchester.
-me alegra que sea así duquesa, pensaba que usted tendría cierta reserva en reconocer a su nieto…- dijo Eliza mientras jugueteaba un poco con la taza de té, como sino notara que aquellas palabras tensaban de punta a punta a la duquesa pero como estaba disfrutándolo siguió con su juego acariciando su vientre.
Ante aquella palabra "su nieto" se sintió rebasada por la cólera pero recordando su plan logro mantener a raya aquellos sentimientos con una mueca que pretendía ser una sonrisa.
-oh claro querida que yo nunca dudaría en reconocer a alguien de mi sangre, y mucho menos tratándose de una chica de buena familia como tu… aunque claro que es una pena que ahora tu familia este pasando tan mal momento.
Eliza se mostró francamente incomoda cuando la duquesa menciono la situación de su familia pero no permitió que aquello se trasluciera en su rostro.
-si una pena pero aquello será temporal, algo que se olvidara en un abrir y cerrar de ojos.- Eliza se empeñaba en mentir aun cuando sabía que no sería así, Luisa se había asegurado de atrase con cadenas a su familia.
Aunque la incomodidad de Eliza había sido traslucido por un gesto fugaz, aquello no paso desapercibido por la duquesa por lo que notando aquel punto débil de Eliza decidió proseguir por ahí hasta logara lo que quería.
-espero que así sea que sino seria una desgracia que el nombre de la futura duquesa de Grandchester sea arrastrado por el fango…
-¡no lo será!, yo misma me cerciorare de que esto se solucione y se olvide.- hablo intempestivamente Eliza notando las palabras de la duquesa refiriéndose a su futuro.
La duquesa sonrió como un gato ante un plato de nata cuando noto que tenía a Eliza entre sus manos, no cabía duda de que era la más astuta ahora solo debía plantear su plan con sumo cuidado para que Eliza cayera en aquella trampa.
-que aquel problema se resuelva podría tardar meses y para entonces ya sería demasiado tarde para ti querida, caerías en desgracia y siendo así dudo que el duque te acepte en la familia, a menos claro….. …. pero no …olvídalo no creo que puedas hacerlo.-la duquesa hablo distraídamente mientras fijaba la mirada en la taza de té que sostenía contra su regazo como si aquellas palabras fueran cualquier cosa.
Eliza se mordía nerviosamente los labios ante las palabras de la duquesa, en un inicio había pensado que sería ella quien controlara la situación pero gracias a las estupideces de su hermano ahora su futuro como la próxima duquesa de Grandchester pendía de un hilo.
Cerró los ojos un momento mientras reconocía que la duquesa tenía razón, así que sin pensarlo mucho tomo la alternativa que le brindaba, reconociendo la derrota, miro fijamente su taza de té mientras que con voz baja admitía públicamente su derrota.
-hacer qué? De que se trata.-
La duquesa sonrió en su interior cuando noto que tenía a Eliza donde la quería así que sin perder tiempo puso plan en marcha.
-sería algo muy difícil pero si lo hacemos pronto saldrá bien y todo será para proteger tu reputación y para que nadie ponga en duda la legitimidad de tu hijo, así que pensaba que tal vez tú y Henry podrían irse ….. Digamos a una luna de miel adelantada.
-pero a donde iríamos?.- dijo Eliza visiblemente interesada en la propuesta de la duquesa.
-irían a escocia, que donde se encuentra el duque, una vez ahí Henry obtendrá el permiso de su padre y contraerán nupcias ahí mismas así que cuando regresen serán una feliz pareja de recién casados.-
-pero que pasara con mi embarazo, se notara y muchos hablaran de ello.- dijo Eliza analizando el plan de la duquesa, ciertamente le gustaba por lo que debía asegurarse de todos los detalles se resolvieran.
-mm diremos que es un embarazo prematuro, los niños nunca nacen en la fecha que les corresponden, sino mira a Henry que nació de poco menos de siete meses.- la duquesa seguía hablando de su plan con Eliza la cual parece ser que esta mas que dispuesta a aceptarlo.
Eliza se queda unos segundo en silencio sopesando sus opciones, las cuales eran realmente pocas si es que deseaba convertirse en la próxima duquesa de Grandchester, recordando que ya ha decidido sacrificar su envidiable figura para engendrar al futuro duque de Grandchester bien debería correr el riesgo de seguir el plan de la duquesa por lo que con la cabeza bien erguida le dice a la duquesa.
-y cuando partimos a esa luna de miel adelantada?.-
La duquesa sonríe abiertamente para después decir.
-mañana mismo querida, cuanto antes te veas libre de los rumores será mejor para ti y la criatura.
Fin del flashback.
-así que tendrás que partir mañana a primera hora con Eliza.-
-¡madre! no podrías haber pensado en otra cosa, mira que marcharme con ella y perderme la temporada de criquet y polo, ¡puff!.-
Henry reniega ante elaborado plan de su madre sin importar que segundos antes se riera mientras le relataba su encuentro con Eliza esta mañana.
Poniendo los ojos en blanco no puede evitar sentir de deseos de sacudir a su retoño ante aquellas palabras por lo que al pasar a su lado no puede evitar propinarle un buen pellizco en el brazo, para indicarle lo absurdas que le parecen aquellas excusas además de recordarle.
-¡auch! ¡Madre!
-eso lo hubieras pensado antes de ir y liberar tus ímpetus con una cualquiera mas astuta que tu.
-está bien, está bien hare lo que me pides pero que se supone que hare con Eliza.
-ashh por que no escuchas lo que te digo, te iras con ella solo unas semanas y ese periodo tómalo como quieras, vacaciones, castigo, o una falsa luna de miel,! Como tú quieras!.-
-ohh comienza a gustarme tu plan pero después de aquellas semanas, ¿qué?
-entonces mandare por ti, con alguna excusa y a Eliza la mantendremos recluida hasta que encontremos la manera permanente de deshacernos de ella y su bastardo.
-está bien pero tienes que mandar por mi antes de que se anuncie mi compromiso con Tiffany.
-por supuesto que estarás presente para el compromiso, de ninguna manera queremos disgustar al marqués de Hartington*.
-viendo que lo has planeado todo será mejor que me retire a mis aposentos.- después de ver lo último de su copa de brandy Henry se disponía a salir cuando su madre lo detuvo.
-ohh no, aun no puedes irte debes ayudarme en pensar como resolveremos el asunto de Alison.
Henry deja caer pesadamente la cabeza ante las palabras de su madre pues se encuentra cansado pero sabiendo que su madre no le dará tregua se deja caer nuevamente en aquel sofá mientras se prepara a escucharla otra vez.
-y yo que creía que mis problemas se acabarían cuando me librara de ella aquella noche!- las manos de la duquesa se vuelven puños al recordar lo que había sucedido aquella mañana.
-pero resulto ser una gata salvaje que no solo le puso las cosas difíciles a Robert sino que se dio el lujo de dejarlo hecho un guiñapo.
-no me lo recuerdes, fue un milagro que no hubiera muerto con aquella herida en la cabeza.-
-Robert es fuerte, y eso queda claro en su rápida recuperación, yo mismo lo vi esta mañana se encuentra casi recuperado del todo, así que no te preocupes demasiado por Robert será mejor que pensemos que hacer.-
-lo que hay que hacer es encontrarla y traerla de vuelta.-
Junto con aquella voz la puerta del salón se abrió intempestivamente dejando entrar a un furibundo Robert, el cual había escuchado casi toda la conversación entre la duquesa y Henry.
-¡joven Weston!.- la duquesa gime con horror al encontrarlo por primera vez en días, la duquesa no sabe si su horror se debe a que el chico viste un albornoz rojo y unos cuantos vendajes sobre la cabeza, o si fue que ha escuchado la conversación a hurtadillas.
-está bien madre déjalo, además tiene razón lo que hay que hacer es traer de vuelta a Alison.- dijo Henry mientras trataba de sofocar una risilla ante la expresión atónita de su madre.
-lo dices como si no lo hubiera intentado, he mandado hombres tras ella pero no han podido encontrarla, la buscado con todas sus amistades en Londres y simplemente no hay rastro de ella, nadie la ha visto desde el día de la noche Lancaster.-
-eso quiere decir que de alguna manera consiguió dejar la ciudad, tal vez fue a escocia si cree que nuestro padre se encuentre ahí.- dijo Henry mientras sopesa algunas posibilidades más.
-también había pensado en eso y mande alguien a la villa en escocia pero hasta ahora no aparecido tampoco ahí, comienzo a pensar que la muy malcriada ha corrido a refugiarse con el …..
-¡el bastardo de Terrance!.- concluyo Henry por su madre al percatarse de la dirección de los pensamientos de su madre.
-si eso mismo pienso yo, pero si es así tendré que informar a tu padre si es que quiero enviar una guardia por ella.
-no necesariamente, solo hay que acudir a la persona adecuada.- después de permanecer algunos minutos solo como espectador Robert Weston vuelve a entrar en escena solo para poner sobre la mesa el plan que se ha trazado.
-¿a la persona adecuada? ¿Y quién es esa joven Weston?.- la duquesa enarca una ceja ante el comentario de Robert y lo mira con desconfianza.
-¡James!-
Robert apenas levanto la voz pero aquello fue suficiente para que la puerta se abriera nuevamente y con ello dejara entrar a un hombre alto, ancho de hombros, y aquello es todo lo que los presentes pueden apreciar de aquel sujeto pues este mantiene la mayor parte del rostro oculto bajo la sombra de una boina.
-duquesa, Henry él es mi hombre de confianza y alguien que en definitiva traerá de vuelta a Alison .- con voz neutra Robert presento a su rufián particular.
- ohh ya veo lo que quisiste decir con la persona adecuada Robert, vaya me sorprendes, sin duda estas lleno de sorpresas.- dijo Henry mientras mira con gesto aprobatorio la idea de Robert.
-James y sus hombres podrán encontrar a Alison y traerla de vuelta en las condiciones que preciso.
-¿condiciones?, ¿Qué condiciones?.-pregunto la duquesa.
-el la encontrara sin importar que, y sin falta la traerá de vuelta a mi intacta, porque ella me pertenece, ¡nadie la tocara!, ¡ella es mía!, ¡nadie más que yo tendrá el placer de tomarla!.- Henry dice esto mirando fieramente a James, para recordarle lo que han pactado.
-claro que todo eso será por una módica cantidad.- por primera vez hablo James para dejar claro cuál era su principal motivación al embarcarse tras búsqueda de una chica que ha dejado hecho trizas el orgullo de un ricachón al cual el está más que dispuesto a aprovecharse.
-la escoria siempre tiene un precio, pon el tuyo rufián.- la duquesa bufo antes de ladrarle aquellas palabras al interpelado.
-la insignificante suma de dos mil libras.-
La duquesa se quedó boquiabierta y con los ojos desorbitados ante tan estratosférica suma, en su rostro se leía claramente la negación a pagar pero antes de que lo hiciera Henry intercedió.
-¡hey Weston! Su trabajo bien debe valer la pena, bien ya que va a vaciarnos los bolsillos bien merecemos saber cómo es que la encontrara.
-bien siendo así, díganme todo cuanto sepan de aquel Terrance del que hablaban.- con aquellas palabras james se dirigió a la licorera que yacía sobre la chimenea mientras se preparaba a escuchar a la duquesa y a Henry.
James es líder una banda de rufianes que se dedican a atracar a los barcos lujosos en alta mar y por el precio adecuado puede hacer cualquier trabajo que va desde conseguir artículos preciados, dar lecciones a algunos mequetrefes y hasta deshacerse de alguien no deseado y conociendo de sobra su efectividad Robert lo ha llamado para que haga por el un trabajo.
Continuara…..
Próximo capítulo despertares.
*Hartington, apellido que tomado de una familia de gran importancia en Inglaterra no solo en épocas pasadas sino que aun en la actualidad es de gran influencia.
¿No la vas a continuar? :'(
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