Un amor inesperado.
En un mutismo absoluto las mucamas realizaban sus deberes mientras observan el andar firme y elegante de un hombre, que de no ser porque conocían su identidad, bien se pensaría que se trataba del mismo duque de Grandchester.
Aquel hombre no solo irradiaba autoridad y respeto con su gran estatura y complexión física, si no que había algo que atraía las miradas sobre él. No era por el traje hecho a la medida que portaba impecablemente o que su cabello y bigote estuvieran perfectamente recortados, sino mas bien era la cadencia de sus pasos y el garbo con que se movía lo que lo hacía llamar tanto la atención. Sin lugar a dudas se trataba de un hombre que además de ser sumamente atractivo, era culto e inteligente, digno de la confianza del duque.
A medida que avanzaba por el corredor podía sentir clavadas en su espalda las miradas de las mucamas. Sin permitir que la situación lo perturbara, proseguía su camino inclinando ligeramente la cabeza a modo de saludo.
No podía permitir que emociones vanas y efímeras como las que provocaban las mujeres en la mayoría de los hombres lo afectasen a él de la misma manera. Desde pequeño le habían enseñado que el amor es un lujo que no era para personas que han nacido para servir a los demás y ese era su caso. Su familia por generaciones había servido a la casa Grandchester y ahora era su turno, ese era el legado de su familia y el debía honrarlo.
Desde pequeño se había visto familiarizado con libros de contabilidad, economía, finanzas, además de que su padre se había encargado de instruirlo a fondo en asuntos de negocios para que fuera eficiente y útil al duque de Grandchester, el cual lo esperaba en su despacho en estos momentos por lo que con paso firme siguió su camino.
Debía informarle acerca de las responsabilidades que dejo a su cargo durante su ausencia de poco mas de dos meses, pues había partido días después de la boda de su hijo mayor Terrance, hacía Italia, Portugal y Venecia para tratar asuntos, tanto de negocios como los relacionados con su ducado.
Después de caminar por el largo y silencioso corredor, por fin se encontraba frente a la puerta de la oficina del duque. Antes de tocar a la puerta consulto su reloj de bolsillo y una vez mas comprobó que estaba a tiempo. Dejo correr unos segundos, era puntual en su cita, ni un segundo antes ni uno después. Llamo a la puerta y espero la respuesta, la cual no tardo en escucharse, permitiéndole la entrada.
En cuanto entro en el despacho del Duque presento sus respetos a su excelencia, el cual solo respondió asintiendo ligeramente con la cabeza, para después invitarlo a tomar asiento en una de las sillas que había frente a él.
Pese a la invitación se mantuvo de pie, pues así debía darle su informe con voz clara y firme, de esa forma lo habían instruido y así lo haría, además que no debía olvidarse de la diferencia que había entre el duque y el. Sabia a la perfección que era un empleado y que no tenia derecho a disfrutar de los bienes de su empleador, así que de pie comenzó con el informe.
-Aquí está el balance de sus negocios Excelencia.- George extendió una de las tres carpetas que llevaba dejándola sobre el escritorio.
El duque tomo la carpeta, la abrió y observo su contenido solo por unos pocos segundos para después cerrarla y decirle.
-conozco tu trabajo y se que mis negocios marchan perfectamente, así que háblame de los demás asuntos, háblame de Terrance.
George le extendió al duque otra carpeta y comenzó a hablarle de su contenido.
-el señor Terrance se ha instalado completamente en Lakewood, América. Según me informan fue herido hace unos meses.- los ojos del duque habían dejado la carpeta que sostenía entre las manos para mirarlo a la cara por primera vez desde que había entrado en la habitación. Sabiendo que Terry era el hijo predilecto del duque se apresuro a aclarar la situación y así calmar la angustia y preocupación que era palpable en los ojos del duque.
-fue un accidente de caza del cual se ha recuperado totalmente. En cuanto a sus finanzas los cambios son pocos pero estamos esperando las ganancias de unas inversiones que realice en nombre del señor Terrance.
Después de unos momentos en los que el duque solo observaba con detenimiento la carpeta que tenía entre sus manos, la cerró para después hablar nuevamente.
-su situación económica no me preocupa, eso te lo dejo a ti. Pero, dime ¿son felices?
-¿Perdone?- George palideció momentáneamente ante la pregunta del duque, jamás había considerado que debía incluir información personal en su informe.
-no me hagas caso, son cosas mías. ¿Seguiste mis instrucciones dejando a alguien que se encargue de vigilar los movimientos de Terrance?.- respondió el duque al observar el nerviosismo de George mientras bebía una copa de su mejor oporto.
-si su excelencia, deje a cargo a Patrick Wilson, espero su informe en los próximos días, señor.
bien, háblame del otro asunto.
George suspiro antes de responder al duque, al tiempo que le acercaba la última carpeta.
-lamento decirle que en cuanto a los asuntos de los White´s no marchan como lo había previsto, aunque es cierto que ha habido una recuperación esta no ha…
-ni la mitad de lo que habíamos supuesto para estas alturas, ¿Qué es lo que esta pasando George?
-Si, a mi también me ha parecido extraño el asunto, por lo que he investigado un poco más. En un principio pensé que tal vez se debía a malos negocios o que el joven White no tiene la astucia necesaria, pero de hecho me encuentro que son pocos los tratos e inversiones que ha realizado y todas son de poca monta, ninguna que les provea un verdadero beneficio; por lo que en las ultimas semanas he seguido de cerca las actividades de negocios del joven White y su instructor el señor Patterson.
-De hecho esta semana se entrevistaron con varios condes y caballeros de renombre en busca de establecer una sociedad, la idea es bastante interesante y la presentación que hace el joven White a sus posibles inversores la realiza con astucia. Es muy persuasivo hablando ya que logra interesar en su propuesta a los caballeros, pero sin embargo algo pasa, ya que en la siguiente entrevista los caballeros simplemente se retiran.
-tal vez sea porque es muy joven y no confíen en el para manejar tanto dinero. Si es ese el caso, solo debemos correr el rumor de que yo respaldare sus inversiones.
-En realidad ya lo he hecho su excelencia, pero al parecer también alguien ha corrido un rumor contrario que hace que todos nuestros esfuerzos sean inútiles.
-¿quién haría semejante cosa?, ¿acaso los White´s tienen enemigos?
realmente no lo se su excelencia, pero siguiendo ese mismo pensamiento investigue un poco mas en la vida de la familia y puedo decirle que aunque ha tenido problemas financieros, gozan de cierto renombre en la sociedad. No han tenido ningún conflicto con alguna otra familia salvo los Leagan.
-¿Leagan?
-si su excelencia, el Joven Leagan, estaba prendado de la señorita Candy y tuvo un altercado con el joven Terrance tratando de hacerse de la mano de la señorita.
-ahh ya veo, ¿así que crees que el ha sido quien esparció el rumor?
-es una posibilidad su excelencia y la otra seria…
George enmudeció de pronto no estaba seguro de lo que iba a decir.
-¿Cuál es la otra posibilidad George?
-yo creo que podría tratarse del señor Patterson.
-¿Patterson?.-Indago el duque enarcando una ceja.
No era que el duque dudara de la capacidad de George, pero dudar del viejo Patterson, hombre que había estado a su servicio por años, era difícil imaginarlo… aunque no imposible.
-si su excelencia, solo él, además del joven White conoce y tiene acceso a los caballeros que contactó y creo que se ha coludido con los Leagan.
-¿y por qué haría semejante cosa?
-realmente no sabría decirle la razón exacta su excelencia, pero el día de hoy el señor Patterson debe presentar su informe acerca de las actividades financieras de los White.
-Bien, esperemos su llegada, por lo pronto trata de averiguar mas al respecto, no deseo cabos sueltos.
-si su excelencia.- George hizo una reverencia y salió de la oficina del duque dejándolo inmerso en sus pensamientos.
Una vez que se encontró solo en la habitación se llevo nuevamente a los labios la copa de oporto que sostenía entre los dedos mientras sopesaba la situación y trataba de encontrar la manera de resolverla.
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Alison caminaba por los pasillos de la mansión, llevaba las manos entrelazadas en la espalda y caminaba con paso elegante como si solo curioseara por el lugar.
Sabía que su madre le tenía puesto un ojo encima desde que su padre había regresado, además de que no le permitía acercarse a él, por lo que decidida a entrevistarse con el duque, con sumo sigilo se deslizo por el corredor que llevaba a su oficina.
Debía hablar con su padre antes de que fuera demasiado tarde, tal vez podría ayudarla, el era su única esperanza y su ultimo recurso antes de verse comprometida con un snob, porque ya había agotado todos los medios posibles para retrasar su presentación en sociedad. Había fingido estar enferma, en los ensayos se había mostrado torpe y descuidada, incluso en uno de los bailes de apertura había tropezado a propósito con Eliza con una copa de vino tinto en las manos de manera que esta se derramo sobre su hermoso vestido color marfil manchándolo por completo.
Aun recordaba la cara de limón agrio que hizo Eliza cuando vio su vestido arruinado, de no haber sido porque debía fingir arrepentimiento y torpeza se hubiera mofado de ella hasta desfallecer. Había provocado varios incidentes de ese estilo entre las debutantes, de manera que era el terror de la temporada, por lo que todas la aborrecían y huían de ella.
Estaba segura que de no ser la hija del duque ya le habrían prohibido debutar en sociedad, pero su madre se empeñaba tanto que nadie podría salvarla de esa presión mas que su padre, por lo que decidida a verlo se coló por el corredor.
Estaba por tocar la puerta y entrar cuando escucho a su padre hablar con otro hombre acerca de Terry, su hermano, así que escucho en silencio la conversación de su padre.
-¿Lakewood? Así que estaban en América, - ya era un alivio tener noticias de su hermano ya que el no se había dignado a escribirle una carta desde que se había ido de viaje de bodas.
A punto de entrar intempestivamente a la oficina de su padre, se detuvo cuando escucho que Terry había sido herido, su cuerpo se había quedado inmóvil obligándola a permanecer ahí y seguir escuchando la conversación de su padre.
Cuando se dio cuenta que el asistente de su padre iba a salir del la oficina, se corrió a un lado de la puerta para ocultarse detrás de una columna.
Después que dejo de escuchar los pasos de George por el pasillo salió de su escondite y llamo a la puerta de su padre, cuando escucho la voz ronca de él permitiéndole la entrada, inspiro profundamente rogando al cielo que la entendiera y la librara del problema.
-Padre.- entro en la habitación haciendo una reverencia para después tomar asiento en una de las sillas del duque.
Su padre la miraba detenidamente sin decir una sola palabra, por un momento se sintió un poco cohibida, tal vez estaba mal peinada o la doncella le había puesto demasiado polvo facial, por lo que nerviosa entrelazo fuertemente sus manos en su regazo, tratando de esa manera de ocultar su nerviosismo.
No solía mirar a los ojos a ningunos de los hijos que tenia con la duquesa, no era que no les tuviera afecto pero le era imposible mirarlos y no ver en ellos a su madre, la mujer a la cual aborrecía. Sin embargo la chica que tenía enfrente era muy diferente a ella; su piel era blanca e inmaculada, un cabello color chocolate el cual era ligeramente rizado. Sin lugar a dudas era bella, pero lo que mas le llamaba la atención eran esos ojos verde oliva… y no era porque fueran del mismo color que los suyos, cosa que nunca antes había notado, sino mas bien era la mirada cálida y transparente que había en ellos los que le decían algo más. No sabía porque, pero se sentía como si la viera por primera vez.
-¿y bien? -Pregunto el duque
-ehh este yo…
-es un gusto verte Alison, estas realmente hermosa, pero tengo asuntos que atender. Así que si deseas algo dilo de una vez.- dijo el duque al notar el nerviosismo de la chica.
-si padre, yo quiero pedirte tu ayuda. Como sabes en unas semanas mi madre ha planeado mi presentación en sociedad y yo deseo que le pidas que lo retrase por lo menos un año.- Alison hablo de manera tan apresurada, que casi se ahogaba con las palabras.
La chica esperaba impaciente la respuesta de su padre, que en estos momentos se mantenía en silencio, solo la miraba fijamente. Los segundos pasaban y solo podía oír los latidos acelerados de su corazón que parecían llenar la habitación cuando de pronto el duque hablo.
-¿Acaso no deseas casarte Alison?
-no, no se trata de eso, es solo que aun no estoy preparada para casarme, además de que deseo hacer otras cosas, quiero conocer el mundo, quiero…. quiero…. quiero ir a la universidad.-
-Ahhhh donde he oído eso antes, decía el duque para si mientras se llevaba una copa a los labios para ocultar una sonrisa por que le agradaba que su hija tuviera algo en la cabeza y no fuera una frívola señorita de sociedad.
-¿la universidad Alison?
-si padre yo deseo estudiar leyes, yo, yo deseo elegir a mi prometido casarme por…
-amor ¿no es así Alison?
Su padre había dicho la palabra que ella no se había atrevido a decir, por lo que un tanto avergonzada solo pudo asentir con la cabeza.
Sin lugar a dudas esta niña ha pasado mucho tiempo con Terrance, pensaba el duque.
-¿y qué es lo que dice tu madre?
-ella esta empeñada en que me presente en sociedad y que al final de la temporada este comprometida, o si no, que al menos tenga un pretendiente.
-ahh ya veo. Está bien, yo hablare con tu madre.
Alison soltó un suspiro de alivio al ver que su padre la comprendía.
-gracias padre, de verdad t…..
Alison no tuvo tiempo de terminar de hablar cuando la puerta se abrió de golpe dejando entrar a una duquesa sumamente molesta e irritada.
-!ni muerta me harás cambiar de parecer, Alison se presentara en sociedad. No permitiré que le arruines la vida como lo hiciste con tu bastardo permitiéndole hacer cuanto le venia en gana.
-no te permito que me hables de esa manera, lo que haga con mis hijos es cosa mía.
-con tu bastardo puedes hacer lo que se te da la gana pero no con mis hijos, suficiente he tenido con soportar tu desprecio para permitir que les arruines la vida. Sin importar lo que tu y ella digan, Alison se presentara en sociedad y se casara este año, no estoy dispuesta a permitir que hagas de ella una furcia al mandarla a la universidad.
-¡madre!.-
-¡cállate Alison! No permitiré que te conviertas en una cualquiera, antes prefiero verte muerta.
-¡basta Ya!.- dijo el duque golpeando su puño contra su escritorio.- lo siento Alison, pero harás lo que tu madre quiere.
-No padre, no me hagas esto, yo no….. ….
Alison se levanto de golpe de su silla con las lagrimas derramándose por su rostro, estaba decidida a implorar a su padre por su ayuda cuando la mano de su madre la tomo por el brazo y la jalo con fuerza.
-¡basta ya! ¡tu Padre ha hablado!.- dijo su madre mientras jalaba de ella con mas fuerza arrastrándola fuera del despacho del duque.
La puerta se cerro con un sonoro golpe mientras que el duque cerraba lo ojos y trataba de olvidarse de la expresión desesperada del rostro de Alison mientras su madre la sacaba de la habitación. Aun tenía los ojos cerrados cuando llamaron a su puerta nuevamente.
-Adelante.
-el señor Patterson esta aquí su excelencia.- dijo George mientras hacia una venia.
-¿lograste averiguar más del asunto George?
-si su excelencia, al parecer Patterson tiene una hija que este año cumple 17 años y desea que sea presentada en sociedad con las demás señoritas de renombre, pero la chica carece de los conocimientos necesarios y el dinero suficiente para costearse un guardarropa adecuado para la temporada, por lo que la familia Leagan ha prometido ser la guía y dar la ayuda financiera a la chica a cambio de la ayuda de Patterson en algunos asuntos relacionados con los White`s.
-¿Patterson ha desviado los fondos de los White?
-no excelencia, pero si ha obstaculizado los negocios e inversiones.
-Bien, hazlo pasar George, ya veremos que explicación nos da.
-si su excelencia.
Después de unos minutos George regreso a la oficina del duque con el señor Patterson.
-su excelencia, es un honor verle.- dijo Patterson mientras hacia una venia, estaba confiado, dudaba que el duque estuviera al tanto de sus actividades.
-Bien ¿trae el informe de la familia White, Patterson?
-si su excelencia, aquí esta.- dijo el hombre de edad madura y anteojos mientras entregaba al duque una carpeta.
El duque miro el contenido con detenimiento para después cerrarla y entregársela a George que se encontraba de pie a sus espaladas, a su lado derecho.
-Bien, veo que hay una recuperación, pero no es lo que yo esperaba. Patterson dígame que es lo que sucede.
-si su excelencia, lo sé, pero a pesar de todos nuestros esfuerzos no he podido hacer mucho por los White, de verdad que es una pena pero poco puedo hacer yo cuando al joven White no ha resultado ser el hombre de negocios diestro y astuto que alguna vez fue su padre. No me mal interprete, es un buen chico, pero simplemente no esta hecho para los negocios.
-así que ha habido malas inversiones, Patterson?
-No, No es eso su excelencia, sino que sus decisiones suelen ser un tanto apresuradas, no tiene buen instinto para los negocios, además de que no sabe atraer a sus posibles inversores.
-mmmmm así que es eso y no el hecho que usted se halla aliado con la familia Leagan para arruinar a los White?
En cuanto las palabras del duque perpetraron los oídos del señor Patterson casi se le salen de las orbitas los ojos, inmediatamente palideció hasta ser tan blanco como la tiza además de que su pulso se acelero visiblemente mientras que respiraba con dificultad al mismo tiempo que su boca se abría y cerraba sin emitir ningún sonido.
El duque miraba con ojos fríos e impasibles al señor Patterson que simplemente no sabía como reaccionar ahora que había sido descubierto, por lo que continuo hablando.
-No va a negarlo ¿o si, Patterson?
Después de unos momentos en los que no logro emitir ninguna sola respuesta, el hombre solo dejo caer la cabeza entre sus manos como signo de asentimiento y derrota.
-se bien la razón por la cual lo hizo, pero es lamentable que ahora con sus acciones se haya puesto en una situación tan complicada no solo a usted, sino también a su preciosa hija.
En cuanto las palabras del duque se registraron en su cerebro, todas fueron como pesadas rocas cayendo sobre él, pero ninguna fue tan pesada como cuando el duque menciono a su hija, por lo que temeroso de lo que pudiera sucederle a su pequeña, se dejo caer de rodillas delante del duque. Mientras sus ojos se nublaban por las lagrimas, de su garganta emitía una suplica.
-¡no por favor no! Se lo suplico no arruine a mi pequeña, la culpa es mía, ella no tiene nada que ver. Yo, yo solo soy responsable, y yo debo pagarlo, no mi pequeña, se lo suplico, por favor su excelencia, pooorrrr ffffaaavvvvooorrr eeellllaaaa nnnooooo…..
No sabia porque, pero el observar a ese hombre ahí de derrotado y humillándose no con el fin de salvar su pellejo sino el de su hija, le provocaba sentimientos encontrados. Pudiera ser que aquel hombre tenia el valor que el no había tenido para proteger Alison de su madre o tal vez solo sentía lastima por la chica.
Como fuera, supuso un golpe para su corazón y a su inquebrantable juicio por lo que después de reconsiderar su decisión hablo.
-Levántese Patterson, solo por esta vez le perdonare su ofensa…..
Aun estaba hablando cuando el hombre aun de rodillas se acerco con la intensión de besarle la mano y agradecer su bondad. En cuanto el duque leyó sus intensiones se retiro de su alcance, no era que despreciara a aquel hombre, pero aquel gesto le parecía absurdo cuando el no era una mujer para ser besada en las manos y mucho menos un pontífice para que requiriera tal veneración.
-le he perdonado pero eso no quiere decir que su falta quedará sin castigo, ¿entiende Patterson?
-si su excelencia hare cualquier cosa que me pida, ¡lo que sea!
-Bien, lo primero será contarnos todo cuanto planean los Leagan para con los White, y después zarpara esta misma noche hacia Portugal para administrar mis nuevas propiedades.
Por un momento los ojos del señor Patterson se congelaron ante la orden del duque, el castigo le parecía demasiado pero sabia que no podría hacer nada, por lo que después de un sonoro suspiro comenzó a hablar.
El que Patterson confesara lo que había hecho bajo las ordenes de Neal Leagan y lo que tenían planeado para los White, hizo que el duque se desprendiera de su elemento mas eficiente para lograr un objetivo que hasta el momento solo era conocido por el.
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Lejos del Castillo Grandchester en la residencia White, alguien dejaba salir un suspiro de manera audible al mismo tiempo que paseaba una mano por la abundante mata de cabello rubio que cubría su cabeza. En aquel viejo despacho se encontraba Albert, el cual miraba a través de la habitación con la mirada perdida mientras pensaba.
ya era tiempo de enfrentar la verdad, era hora de aceptar que no era y que nunca seria un hombre de negocios exitoso.- lentamente había dejado salir un suspiro al tiempo que ocultaba las manos en los bolsillos del pantalón.
Caminaba lentamente de un lado a otro con la mirada clavada en piso, recorría la habitación una y otra vez y con cada paso que daba, se les escapaba un suspiro que sacudía todo su ser al mismo tiempo que la desilusión y frustración se incrementaba en su interior.
"Es hora de afrontar la
verdad de que pese a que he puesto toda mi alma y energías en tratar de
ser un hombre de negocios exitoso, no soy mas que un débil esbozo de lo
que un día fue mi padre. Esta mas que claro que no todo se hereda, no
tengo la astucia ni sabiduría que un día tuvo él, además de que estoy
cansado de tratar de ser algo que simplemente no soy y que nunca seré.
Por mucho que me he esforzado, está claro que todos mis intentos por ser
útil a mi familia es en vano y sé que esto es más que claro, pues se ve
reflejado en los escasos o nulos resultados."
A medida que Albert se internaba más en las cavilaciones de su mente, mas apresurados y desesperados eran los pasos que daba por la habitación, por que era verdad que en ese momento se encontraba sumido entre tinieblas sin ver ninguna luz que alumbrara su camino y calmara la desilusión y desanimo que ahora oscurecía su juicio.
"tal vez
fuera hora de hablar con la tía abuela y explicarle que el no era el
hombre que ella esperaba; de solo pensar que tendría que pronunciar
aquellas palabras, colocaba sobre el un gran peso pues sabia que al
decirlas decepcionaría a la persona que lo crio. Pero sabia que era
mejor afrontar la situación ahora que aun tenia remedio como le había
dicho el señor Patterson antes de que sus locas ideas los llevaran a la
ruina, por lo que lo mejor para el y para su familia era que dejara los
negocios en manos de un hombre que si fuera capaz de salvarlos de la
ruina, tal vez como las del señor Patterson."
Albert estaba tan sumido en sus pensamientos que ni siquiera escucho la puerta abrirse para dejar entrar a un hombre que hace minutos lo observaba en silencio.
George desde el quicio de la puerta observaba al joven que estaba frente a el, lo veía pasear de un lado a otro como si se tratara de un león enjaulado. Por la apariencia y personalidad que expedía el rubio era como ver a un animal salvaje fuera de su hábitat y encerrado en una jaula de oro, con solo verlo no le quedaba ninguna duda que el lugar de aquel joven no era detrás de un escritorio. Sin embargo sabia cual era el motivo por el cual seguía ahí… y aunque ciertamente era su responsabilidad velar por su familia no tenia por que hacerlo solo.
Por algunos minutos lo observo en silencio con mayor detenimiento mientras Albert seguía paseando de un lado a otro de la habitación, aun sin ser psíquico conocía los pensamientos que bullían por la mente del chico, pues gracias a la confesión del señor Patterson sabia de que manera había influido en él. Ahora solo debía encontrar la forma de hacerle ver que aquellas ideas no eran más que mentiras para engañarlo y así evitar que él mismo se diera cuenta de que era capaz de salvar a su familia por sí solo.
El como cualquier otro se daba cuenta de que el chico era demasiado prometedor, tenia astucia e inteligencia, hacerle ver sus aptitudes era su labor y la misión que le había encomendado el duque al designarlo para la tarea, por lo que ya era hora de presentarse y comenzar.
-si sigue dando vueltas de esa manera joven White, conseguirá marearme.
En cuanto escucho esas palabras, Albert levanto la mirada esperando encontrarse con lo ojos fríos y calculadores del señor Patterson, pero en vez de eso se encontró con unos ojos marrón chocolate que lo miraban con extraño interés.
Un tanto confuso por la intromisión de aquel extraño, lo observo con mayor detenimiento como si intentara reconocerlo, pero por mas que lo miraba de la cabeza a los pies, para él, aquel hombre le era un completo extraño, de rostro amable, pero un extraño al fin, por lo que decidió interrogarle.
-perdone, pero creo que no lo conozco, aunque usted al parecer a mi si y eso me coloca en desventaja señor….
-Johnson, George Johnson, para servirle joven White.
-un gusto en conocerlo señor Johnson, pero dígame a que debo su visita, en que puedo ayudarlo.
-en realidad el que puede ayudarlo en algo soy yo, joven White.
-no entiendo a que se refiere señor Johnson.- comento Albert mientras entrecerraba un poco los ojos.
-permítame presentarme correctamente, soy George Johnson su nuevo administrador
Para Albert aquella presentación lejos de aclarar la situación lo confundía más.
-creo que esta en un error ya que el administrador de la familia es el señor …..
-Patterson lo sé, pero el señor ha sido requerido por su excelencia el duque de Grandchester para otro trabajo, por lo que me ha designado a mi para la tarea de ser su nuevo administrador y maestro…..
-Bien, es nuestro nuevo administrador pero en cuanto a lo de ser mi maestro se encuentra en un error ya que yo había acordado con el señor Patterson dejar las clases y los asuntos financieros de la familia en sus manos.
-pero ¿por qué haría algo así?
-pues la razón es muy simple y aunque es una pena, debo reconocer que no soy un brillante hombre de negocios y es preferible que me retire antes de que realmente lleve a la ruina a mi familia con alguna de mis estúpidas ideas.
Sin lugar a dudas Patterson había hecho trizas la confianza de Albert, aunque sabia que podía rebatir sus argumentos fácilmente, sentía que no era el momento ni la forma de devolverle la confianza al chico, así que por unos segundos se quedo en silencio mientras en su mente ya se formaba un plan.
Después de un momento en los que ambos solo se miraban en silencio, George hablo nuevamente.
-y la señora Elroy ¿está de acuerdo en que usted deje los negocios?
En cuanto pronuncio aquellas palabras observo como Albert palidecía momentáneamente al tiempo que su boca se abría y cerraba sin que pudiera articular palabra.
-por lo que veo es algo que aun no ha resuelto del todo, pero quisiera proponerle algo.
Albert sabía que estaba atrapado por lo que miraba con los ojos entrecerrados a aquel hombre al tiempo que le decía
-¿qué es lo que me esta proponiendo exactamente?
-Que por un mes sea mi pupilo, no mejor dicho sea mi socio, mi compañero de negocios. Permítame y sobre todo, permítase a sí mismo, conocer el verdadero mundo de los negocios, ¿qué me dice?
Albert lo miraba con mayor detenimiento, como si con solo mirarlo pudiera discernir las verdaderas intenciones de aquel hombre.
-deme un mes para mostrarle lo que usted mismo es capaz de hacer y si esto no funciona yo me hare cargo de todo lo relacionado con los negocios de su familia y usted será libre, que me dice, ¿acepta?-
George sentía sobre él la mirada inquisitiva de Albert, al tiempo que le tendía la mano para sellar aquel pacto entre ambos, solo esperaba que aquel joven tuviera el espíritu impulsivo y aventurero que el intuía que tenia.
No sabía porque, pero las palabras de aquel hombre de alguna manera le brindaban un rayo de esperanza, al mismo tiempo que le revivía en el esos impulsos aventureros que creyó perdidos una vez que había sido encadenado a aquel escritorio.
Además de que sus palabras le daban confianza ya que aquel hombre no lo veía como un chiquillo, sino que estaba dispuesto a considerarlo su compañero de negocios… como su igual, por lo que haciendo caso a sus impulsos dio un paso al frente y estrecho la mano que le tendía aquel hombre.
-está bien, ya no tengo más que perder.
Ambos hombres se estrecharon las manos sellando así una promesa.
Los siguientes días Albert aprendió que los negocios no solo se confinaban a los tratos que se firmaban en un despacho, si no que dependía de muchas cosas, entre ellas que mantuviera una buena relación con los demás tanto con los caballeros como con las damas.
Además de que debía mantener una excelente reputación, ya que vivía en una sociedad en la que la apariencia lo era todo.
En pocos días George había abierto ante él un mundo que no conocía y aunque ciertamente seguía sin sentirse excitado y fascinado por eso, por lo menos ahora no lo mataba de aburrimiento.
Sin lugar a dudas agradecía infinitamente la presencia de George, ya que desde su llegada la carga de sus hombros había disminuido considerablemente, además de que había aprendido un sin fin de cosas, como que era mejor invertir en asuntos de transportes y todo aquello que llevara a la modernización.
George era un maestro sumamente hábil y aunque lo conocía desde hace pocos días, confiaba completamente en él, porque lo veía como a un hombre leal y paciente como lo era su padre, además de que siempre estaba dispuesto a escuchar sus ideas.
George en las ultimas semanas lo había llevado por toda la ciudad para conocer a caballeros de distintas clases, habían visitado restaurantes lujosos, como el hotel Saboy, el club de equitación y muchos lugares mas que estaban de moda entre los aristócratas; pero como había aprendido de George no solo los ricos necesitan hacer negocios, por lo que había conocido a muchos hombres de la clase trabajadora en algunos pubs e incluso había visitado los sitios que en otro tiempo le dieran trabajo para ganarse unas libras para sus antiguas excursiones.
A pesar de que había divido sus responsabilidades entre George y el, aun permanecía demasiado ocupado, seguía corriendo de un lado a otro.
Estaba tan atareado que no tenia ni siquiera tiempo para compartir con sus hermanos, solo podía verlos durante los escasos momentos que compartían en la hora de la comida y la cena.
Era un observador mudo del ir y venir de sus hermanos, lo poco que sabia de ellos era gracias a lo que llegaba a sus oídos a través de los cuchicheos de las mucamas; lo cual no era mucho ya que solo hablaban de las constantes visitas de Patricia Cornwell y Alison Grandchester a su hermana Annie.
Las chicas solían pasar todo el tiempo en el salón de música, en el salón de te central o simplemente yendo de compras, eso sí, siempre en compañía de la tía abuela. En cuanto a Stear no necesitaba que nadie le comentara en que pasaba sus días ya que eso lo sabia de sobra por el continuo numero de explosiones que estremecían la mansión, además de que estaban las visitas que le hacían Anthony Brower y Archivald Cornwell, aunque sabia que el primero tenia semanas que no se dejaba ver por la casa. Reflexionar en aquella situación lo hizo sentirse como un idiota ya que no sabía que acontecía en la vida de sus hermanos y amigos.
!diablos!- se dijo así mismo mientras entrelazaba sus manos- si no estuviera tan ocupado sabría que sucede con mis hermanos y mis amigos.
Albert se reprochaba a sí mismo que por intentar cuidar de su familia había descuidado aquello que era mas importante y que era lo que le había encomendado su padre al morir, debía velar por la felicidad de sus hermanos y siendo un observador y no participante en la vida de ellos, era poco lo que podría hacer si no sabia lo que pasaba en sus vidas. Sabía que en un punto, había perdido el objetivo cuando asumió la cabeza de la familia, se había abocado a lo material y había dejado de la lado aquello que era lo mas importante, había descuidado a sus seres queridos; pero ahora que veía su error, era su deber encontrar la manera de corregirlo, tenía que lograr un equilibrio, no podía seguir alejado de sus hermanos. Pero ¿cómo lo podría encontrar? no lo sabía pero tendría que pensar en algo.
Albert seguía sopesando sus alternativas cuando escucho que la puerta se abría y por ella entraba George con un sobre en las manos.
-¿qué es George?
-es una invitación a la cena de los Lancaster para festejar el cumpleaños de su hijo, el joven Erick Lancaster.
George observo la cara de fastidio que puso Albert al decirle de que se trataba aquella invitación, sabia por demás que Albert tenia cierta aversión a los eventos sociales de alcurnia por lo que prosiguió hablando sin darle oportunidad de declinar la invitación.
-es una ocasión perfecta para cerrar aquel negocio con el señor Lancaster, ya sabes que …..
-hay que cuidar las relaciones porque de eso depende el éxito de muchos negocios.- Albert repitió lo que ya se sabia que George le diría.
-Bien, si ya lo sabes William debes asistir.
-llámame Albert, soy Albert George, William era mi padre, y en cuanto a lo de la invitación no lo sé…..
-Mmm pensándolo mejor creo que tienes razón, debo asistir, pero no lo hare solo, tú y mi familia vendrán conmigo.
George se quedo sorprendido, creía que le tomaría tiempo convencer a Albert de asistir. Ahora que el estaba dispuesto a acudir, lo aprovecharía, aunque también se viera arrastrado a aquellas fiestas, por lo que salió del despacho no sin antes decirle.
-yo le diré a la señora Elroy para que la familia se prepare.
Albert se quedo pensando sentado en el sofá mientras se llevaba a los labios una taza de café.
"estaba
pidiendo encontrar la manera de revivir la relación que tenia con sus
hermanos y esa fiesta le venia como anillo al dedo. Aunque ciertamente
asistir a ese tipo de eventos no le agradaba nada, recordaba que a Annie
le encantaban las fiestas, así que llevarla de su brazo esta noche para
ella no seria un suplicio como tal vez lo sería para Stear. Pero era
una buena manera para sacarlo de aquel laboratorio, así que si por sus
hermanos iría a aquella fiesta."
Los Lancaster eran una de las familias más aristocráticas del país después de los Grandchester, por lo que era seguro que asistieran aquellas de mayor renombre dentro de la sociedad. Seguramente estarían los Leagan, los Grandchester, los Weston, los Cornwell, los Brower, los Wells, los Morryson, los Blackwood y por supuesto los White entre otras familias.
NOTA DEL AUTOR:
Ya se me van a linchar por tanta demora pero bueno me vi un poco ajetreada, pero ya les traigo este cap., espero que les guste y lo disfruten tanto como yo lo disfrute escribiendo.
Para evitar que se hagan problemas por algo que por ignorancia omití, nunca he pretendido molestar u ofender a nadie, para evitar que se genere polémica, que si mi fic se parece mucho a una novela mexicana llamada amor real, les aclaro no se trata de una adaptación ni mucho menos aunque la idea que tengo en mente me surgió de recordar la novela amor real (la cual ya es una refrito de una novela llamada bodas de odio) ciertamente la trama principal puede ser parecida pero sin embargo hay situaciones y demás circunstancias que son producto de esta loca cabeza que tengo y para ser mas clara les digo que es lo que he tomado de esta novela, porque repito nunca ha sido mi intención de ofender a nadie y mucho menos que se dude de mi creatividad.
El triangulo amoroso (C, A, T)
La boda por dinero
La herida de Terry ( no es en las misma circunstancias pero si es herido)
Que Terry sea doctor
Que Terry se lleve a Candy lejos de su familia
La presencia de Susana (aunque las situaciones e intervenciones de Susana son diferentes)
Y otras dos cosas mas que son de la trama original de la novela que aun no suceden pero que sucederán, (no se las digo porque es decirles que sucederá, las chicas que ya saben les pido que guarden esa información para ellas, para no arruinarles la sorpresa a las demás)
Después de un punto ustedes mismas se darán cuenta que lo que sucede a continuación poco o casi nada tiene que ver con la novela.
Si se me ha pasado algo lo lamento, no tengo memoria de elefante
Gracias por sus reviews
Una disculpa a las que les parezca que hice le cap. anterior muy crudo o rudo, pero bajo advertencia no hay engaño, y gracias a todas que siguen en el hilo, nos leemos pronto.
Porque no has dado continuación a tu fic, ojala y algún día te animes a terminarlo b
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