un amor inesperado
"AVISO, CHICAS TENGAN A LA MANO SU DOSIS DE INSULINA, POR QUE ESTE CAPITULO ESTA QUE DESPARAMA MIEL POR TODOS LADOS, CHICAS ANTES DE ENTRAR TOMEN SUS DEBIDAS PRECAUCIONES"Capitulo 33 parte III sección A
Esqueletos al descubierto.
Lakewood, América.
La luz del sol era cegadora e incidía directamente en sus ojos por lo que los apretó con fuerza mientras tiraba de las sabanas para cubrirse la cabeza, sabía que ya había amanecido pero aun no quería despertar, estaba exhausto y deseaba quedarse en cama todo el día, lentamente se volvió sobre su costado buscando refugiarse en las sombras al mismo tiempo que estiraba los brazos a través de la cama buscando el cálido y suave cuerpo de su esposa, sus manos vagaron por toda la cama, palpando entre las sabanas una y otra vez, buscaba aquel calor que era capaz de provocar un incendio en el, pero por más que buscaba simplemente no podía encontrarlo, solo podía percibir un rastro tibio de lo que fuera aquel calor, un tanto desconcertado entreabrió los ojos solo para descubrir que el lugar a su lado estaba vacío.
Desconcertado y abrumado la llamo con voz ronca.
−Candy?
−Candy?
−pecosa?
‒donde estas?
Pero como respuesta solo había silencio al tiempo que sus palabras rebotaban por la habitación, lentamente obligo a sus músculos a moverse y poco a poco logro sentarse sobre la cama.
"dios no puedo ver nada, todo está demasiado borroso"
Sentado en medio de las sabanas se froto los ojos, una y otra vez hasta que logro estar completamente despierto, vago sus ojos por toda la habitación buscando a Candy pero lo único que encontró, fueron varias prendas desperdigadas en el suelo, lentamente se deslizo fuera de la cama, se enfundo en unos calzoncillos y se dirigió al baño, tenía la esperanza de que Candy estuviera ahí, con cuidado y sin hacer ruido tomo el pomo en su mano, sin siquiera tocar a la puerta lo giro, si estaba ahí deseaba tomarla por sorpresa, pero el baño estaba vacío por lo que salió del baño aun mas desconcertado mientras se preguntaba.
"¿Dónde estás pecosa? ¿A dónde has ido?"
Como si un rayo lo hubiera golpeado, los recuerdos de la noche anterior llegaron a su mente, lo que provoco que sus ojos se abrieran desmesuradamente al tiempo que un gemido se atoraba en su garganta.
"y si esta vez había sobrepasado los límites? y si había sido demasiado brusco y si realmente la había lastimado al haberse comportado como un animal?"
Terry se temió lo peor, conteniendo el aliento corrió al armario y lo abrió de un tirón, aunque la puerta estaba abierta, el mantenía la vista clavada en el piso, se rehusaba a mirar en su interior, temía encontrar el interior de aquel armario vacio, lentamente levanto la mirada, obligándose a mirar al interior.
En cuanto contemplo que todo estaba en su lugar dejo salir el aire que estaba conteniendo en los pulmones, respiro aliviado al observar que todo estaba ahí, después soltar nuevamente un suspiro cerró las puertas para después recargarse en ellas mientras sopesa sus opciones.
Terry estaba absorto en sus cavilaciones cuando un gran estruendo lo hizo sobresaltarse, aquel ruido fue como si dos grandes címbalos chocaran entre sí.
−o como dos ollas chocando entre sí.-dijo Terry en voz alta.
Ahí estaba su respuesta, Candy estaba en la cocina por qué no podía concebir que alguien del personal fuera capaz de generar semejante ruido, por lo que envolvió su cuerpo con una bata de seda azul, estaba por anudar la cintas de la bata cuando de nuevo se dejo escuchar otro estruendo, si le había quedado alguna duda ahora tenía la certeza de que la causante de semejante alboroto en la cocina era Candy por lo que con una sonrisa burlona deslizo sus pies en unas pantuflas para después bajar a la cocina.
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−¡azúcar! Necesito azúcarHabía pasado toda la mañana subiendo y bajando por aquella escalerilla en busca de todos los ingredientes necesarios para hacer un pastel de chocolate.
La cocina nunca había sido su fuerte pero que tan difícil podía ser hacer un pastel, en Londres siempre había ayudado a Annie y a Patty, las había visto hacerlo infinidad de veces así que estaba segura de que podría hacerlo ella sola.
−Bien, que más necesito?
‒Mmmm ya tengo la leche, huevos, mantequilla, azúcar, canela, vainilla, el chocolate, mmmm que mas?, creo que eso es todo− dijo Candy mientras se encogía de hombros y observaba todos los ingredientes que estaban puestos en la mesa.
La cocinera le había ofrecido su ayuda pero ella se había negado, no podía permitir que nadie la ayudara, no cuando esta era una de las maneras en las que buscaba compensar a Terry y para que la reconciliación que habían tenido ayer por la noche fuera completa, deseaba confirmarle a Terry que lo amaba y para lograrlo estaba dispuesta a todo, así que empezaría por algo simple, le cocinaría un pastel.
−mmmm ahora debo mezclar todo. − Candy se giro para tomar un gran tazón metálico que se hallaba a sus espaldas, lo tomo con un rápido y brusco movimiento que provoco que una olla de acero que se encontraba en el borde de la barra cayera al piso haciendo un gran estruendo.
Había tratado de alcanzar aquella olla antes de que tocara el piso pero simplemente no había sido tan rápida, por un momento se quedo en silencio esperando que aquel ruido no hubiera despertado a Terry, porque deseaba sorprenderlo con el pastel para cuando despertara, se imaginaba la cara de asombro que pondría Terry y la sonrisa que se extendería en su rostro cuando viera lo que le había preparado.
Candy estaba metida en su ensoñación que sin querer había dejado caer nuevamente la olla al piso provocando otro estruendo el cual la saco de su ensoñación.
–¡tonta deja de soñar! Mejor ponte a trabajar si de verdad quieres sorprenderlo.
Volviendo a concentrarse en su trabajo Candy, tomo una taza medidora y procedió a medir las cantidades exactas que necesitaba.
Candy estaba tan ensimismada midiendo las cantidades exactas para la receta que no se percato que unos ojos azules la observaban desde el quicio de la puerta.
El corazón y el alma le había vuelto al cuerpo en el momento en el que visualizo a Candy en la cocina, se veía tan hermosa que solo observarla le quitaba el aliento, llevaba sus rizos sujetos en un coleta solo contenidos por un pequeño listón, llevaba un mandil con flores rojas y debajo de este aun estaba en bata de dormir y sus pies estaban calzados por unas cómodas pantuflas, la imagen le parecía una ilusión, era una imagen sacada de uno de sus sueños, le era imposible sentirse mas atraído hacia ella que en este momento por lo que en completo silencio se acerco a ella.
Candy sostenía a la altura de los ojos una taza de harina, entrecerraba un poco los ojos para asegurarse que había medido la cantidad exacta, estaba tan concentrada cuando un susurro con su nombre, el cual había sido tan suave como intenso provoco que todo su cuerpo se sobresaltara y su corazón se acelerara, sus manos temblaban de manera que termino mandando por los aires la taza de harina.
–"!dios! lo que Terry provocaba en su cuerpo con tan solo pronunciar su nombre"
Sentía su cuerpo como gelatina, las rodillas le temblaban sino encontraba algo de lo cual sostenerse caería al piso irremediablemente, como si Terry lo supiera deslizo sus manos sobre su cintura y la estrecho contra su cuerpo.
Un estremecimiento sumamente placentero había recorrido todo su cuerpo al tiempo que sentía las manos de Terry deslizándose por su cintura para después envolverla en un cálido abrazo, suavemente apoyo todo su cuerpo en el por qué ella ya no era capaz de sostenerse sobre sus rodillas, cerró los ojos y permitió que aquel calor la envolviera por completo, en medio del abrazo sintió como Terry apoyaba su cabeza sobre su hombro y soltaba una risilla burlona al tiempo que caía sobre ellos una fina lluvia de harina.
Sin importarles que estuvieran cubiertos de harina ambos se quedaron inmóviles solo percibiendo su propia respiración y el latir acompasado de sus corazones mientras sus cuerpos se acoplaban completamente.
–Que es lo que estás haciendo pecosa?
La voz de Terry sonaba tan dulce y suave en sus oídos que se pregunto si esto no sería un sueño, pero podía sentir el aliento de Terry cosquilleaba en el cuello y sentir sus brazos a su alrededor estrechándola cada vez mas contra su cuerpo, provocando que una ola de calor la envolviera, todas aquellas sensaciones le decían que esto era real y que no estaba soñando, en verdad estaban ahí los dos abrazados en la cocina.
Aunque ciertamente no le molestaba el silencio que se había cernido sobre ellos, aun así tenia curiosidad acerca de que era lo que estaba haciendo Candy en la cocina, por lo que la tomo de los hombros y la hizo girar en sus brazos para dejarla frente a él y poder ahogarse en aquellas esmeraldas y volver a preguntarle.
–que es lo que estás haciendo pecosa?
En cuanto lo tuvo en frente, sus ojos se clavaron en aquella boca que se movía de manera tan seductora mientras de esos labios salían palabras que no podía, que no le interesaba comprender, porque en estos momentos se había olvidado de todo, solo deseaba sentir esos labios sobre los suyos.
Terry esperaba que Candy hablara, pero solo había silencio, por lo que coloco un dedo debajo de su barbilla y el obligo a mirarlo a los ojos al tiempo que volvía a interrogarla.
De estar clavados en aquella boca, sus ojos se toparon con aquellos zafiros hipnotizantes, los cuales la miraban con tanta intensidad que provocaron que jadeara y soltara un pequeño gemido al tiempo que las palabras de Terry entraban en sus oídos.
–que es lo que estás haciendo pecosa?
Como siempre le pasaba cada vez que lo miraba a los ojos, su mente perdía toda lógica por lo que siempre terminaba diciendo o haciendo lo que su cuerpo y corazón deseaban sin importar cuán descabellado fuera y esta ocasión no fue la excepción.
–quiero besarte
Con una sonrisa ladina en el rostro se acerco lentamente a ella, estando a unos escasos centímetros de sus labios él se detuvo como si dudara en besarla, en esos escasos segundos en los el que se mantenía alejado de sus labios, su expectación crecía, su corazón latía desbocado, ¡dios aquello la estaba matando¡, si Terry no la besaba en este instante moriría, estaba por abalanzarse sobre él cuando Terry soltó una pequeña risa para después decirle.
–realmente estas ansiosa, no es así pecas?
Estaba por sacarle la lengua y responderle cuando sus labios cayeron sobre los suyos, con suaves movimientos sintió como sus labios se acoplaban completamente, al tiempo que la instaba a separar ligeramente los labios para así profundizar más el beso, suavemente su lengua se deslizo en su interior recorriendo lenta y pausadamente cada rincón como si quisiera memorizar hasta la última parte, cada toque de su lengua le robaba el aliento y la poca cordura que le quedaba.
Se separaron por la falta de aliento pero sus ojos estaban fijos en los del otro, se miraban con ojos anhelantes y llenos de amor, era una mirada tan intima la cual solo puede tener dos corazones que se han fundido en un mismo ser, fascinada por la sensación que recorría su cuerpo en momentos tan íntimos como este suavemente se recargo su cabeza en su hombro al tiempo que lo abrazaba.
Sus sentidos zumbaban en todo su cuerpo, estaba deseoso por tener a Candy aun más cerca pero sin embargo era más su curiosidad por saber que había estado haciendo Candy en la cocina, por lo que volvió a preguntarle.
‒no vas a decirme que estás haciendo, pequeña pecosa?
‒mmmm
Aun envuelta en sus brazos pudo notar como Candy se encogía entre sus brazos, como si estuviera apenada, aquella reacción solo servía para alentar su curiosidad por lo que resuelto a descubrir que era lo que le ocultaba Candy suavemente acerco mas su rostro y con la punta de su nariz acaricio su cuello al tiempo que volvía a preguntarle.
‒no vas a decirme, pecosa?
Menudo tramposo, sabía que sus caricias le cortaban la respiración y le robaban cualquier lógica, sus sentidos estaban tan embotados que no pensaba, solo deseaba sentir más, por lo que arqueo su cuerpo y hecho la cabeza hacia atrás para así mayor acceso de su cuerpo a Terry.
Al notar la reacción de Candy ante tan suave caricia Terry detuvo su avance y ligeramente se separo de ella aunque hacerlo le costaba mucho más trabajo de lo que el suponía, ya que su cuerpo mismo protesto cuando la alejo de él.
Al percatarse que Terry detenía sus avances trato de acercarlo más a su cuerpo con sus manos pero Terry al notarlo, suavemente le detuvo las manos a escasos centímetros de su cuerpo, extrañada por la situación abrió los ojos de golpe y lo miro confundida, no sabía que pasaba y temía haber hecho algo que lo molestara.
En cuanto sus ojos se cruzaron comprendió que todo se debía a un juego ya que los ojos de Terry brillaban con intensidad y en su rostro había una sonrisa torcida, además de que le dedicaba una mirada llena de deseo, el tal el deseo que la hacía ruborizar de pies cabeza.
Aquel rubor que cubría las mejillas de Candy solo servía para incrementar su deseo, obligándose a controlar sus impulsos le dijo
‒vamos Candy dime que es lo que estabas haciendo para que podamos continuar
Como si pudiera ser posible Candy enrojeció aun más mientras que su boca se abría una y otra vez sin que pudiera articular palabra alguna.
Lentamente Terry con un dedo recorrió su cuello justo en la zona en la que se ponían notar los latidos acelerados de su corazón, y que en estos momentos parecía estar a punto de explotar mientras lo escuchaba decirle.
‒Candy?
Antes de que su cuerpo pudiera registrarlo nuevamente abrió la boca.
‒es que ….. No te lo puedo decir porque… es una sorpresa….. Y si te lo digo ya no lo seria o sí?
‒una sorpresa para mí?- pregunto Terry aun más curioso y decidido que antes porque si la sorpresa era para él estaba más que resuelto a descubrirla.
Candy solo asintió con la cabeza mientras colocaba un dedo sobre sus labios y hacia amago de no decir nada más.
‒así que no vas a decirme pecosa?- pregunto Terry a lo cual Candy solo respondió negando con la cabeza
‒Ya veremos…- dijo Terry mientras entrecerraba ligeramente los ojos y mostraba una sonrisa picara mientras se acercaba lentamente a ella.
Por la mirada y los movimientos felinos, sabía que Terry tenia la firme determinación de hacerla hablar y que estaba dispuesto a todo, así que antes de que Terry pudiera tomarla en sus brazos y hacer lo que quisiera con ella, retrocedió un paso y otro más al percatarse que Terry estaba cada vez más cerca, instintivamente camino hacia atrás tratando de permanecer fuera de su alcance.
‒así que no me dirás Candy?
‒Nnnoo …. No lo hare.- dijo Candy mientras retrocedía un paso más.
Candy siguió retrocediendo hasta que pronto no pudo hacerlo más, había estado tan concentrada observando a Terry que no se había dado cuenta siquiera de que se había dirigido poco a poco hacia una esquina y ahora estaba acorralada entre la pared, la alacena y por Terry.
‒Parece que te has quedado sin lugar al cual huir pecosa, ¡estas a mi merced!
Candy trago saliva mientras trataba de pensar en cómo salir de aquella esquina.
‒ultima oportunidad, vas a decirme o no pecosa?
Candy no podía hablar solo pudo negar con la cabeza.
‒bien, ¡tu lo pediste!
En el momento en que las palabras de Terry perpetraron sus oídos cerró los ojos mientras esperaba que su cuerpo registrara algo, un beso, una caricia, algo lo que sea que Terry tuviera en mente, estaba a la expectativa, pero el tiempo transcurría y no pasaba nada por lo que lentamente abrió los ojos y observo como Terry estaba enfrente de ella y la observaba con una mirada enigmática.
Creyendo que Terry no haría nada, se relajo cuando de pronto sintió las manos de Terry en sus costados y comenzaba a hacerle cosquillas.
‒Ja! Que creíste que te dejaría escapar?
‒jajajajajajajajaja ¡basta! jajajajajajajaja
‒Terry no jajajajaja cosquillas no jajajajaja
‒vamos dímelo pecosa?
‒jajajajaja ¡ya! Jajajajaja ¡basta Terry! Jajajajaja
‒dímelo Candy?
‒jajaja está bien jajajajaja me rindo jajaja te diré jajaja te diré.
Después de unos momentos en los que Candy recobro el aliento, Terry la tomo de la mano y la guio de vuelta a la mesa.
‒Y bien pecosa, que pensabas hacer con todo esto?- dijo Terry mientras hacia un ademan con la mano.
Después de hacer un puchero Candy le dijo
‒Uff era una sorpresa pero pensaba…. cocinarte …..Un pastel.-dijo Candy mientras envolvía nerviosamente las manos en los pliegues de su bata.
Escuchar que Candy deseaba cocinar especialmente para él lo hizo sentirse conmovido, pues nunca nadie antes se había tomado tal molestia, por lo que se acerco a ella y suavemente tomo sus manos y las beso tiernamente.
Por unos instantes ambos se quedaron así mirándose sin decir palabras, mientras Terry se ahogaba en esas esmeraldas un recuerdo llego a su mente, se trataban de algo que le había dicho su mejor amigo y ahora cuñado, Albert.
Flashback.
A un día de su boda se había reunido con Albert en su apartamento para celebrar su última noche de soltero y la tarde había discurrido entre bromas y copas, casi al final de la velada Albert le había dicho.
̶ si vas casarte con mi hermana debes tener estomago de hierro o mejor dicho no tenerlo.
̶ ¡bah! No puede ser tan mala
̶ ¡Ja! No me creas pero ya lo comprobaras tu mismo y me darás la razón….. Eso si es que vives para contarlo.
Fin del flashback
Recordando las palabras de Albert y movido por la curiosidad de querer saber que tan mala era Candy en la cocina le dijo.
̶ Y dime Candy como pensabas hacer ese pastel?
̶ pues ya tenía todos los ingredientes e iba a empezar a mezclar los ingredientes cuando tú llegaste.- dijo Candy mientras se encogía suavemente de hombros.
̶ bien veamos que tenemos aquí?
̶ leche, huevo, mmmm no veo la harina, ¿pensabas hacer un pastel sin harina?.- dijo Terry mientras miraba los ingredientes que estaban sobre la mesa.
̶ la tenia pero ha volado por el aire y me ha caído encima gracias a cierto chico.- dijo Candy mientras le hacía notar a Terry por primera vez que estaba toda cubierta de harina a lo cual Terry respondió con una sonrisa mientras con una mano le sacudía suavemente un poco de harina que tenia sobre la cabeza.
̶ ya vamos, no te quejes tanto pecosa y dime que más tienes aquí?
Después de hacer un puchero Candy le dijo.
̶ Pues hay mantequilla, canela, vainilla, azúcar glas.-a medida que Candy iba mencionando los ingredientes se los iba acercando a Terry para que pudiera verlos.
̶ Y por último el ingrediente principal ¡chocolate!.- dijo Candy mientras introducía un dedo en el chocolate para después llevárselo a la boca.
Candy saboreaba el chocolate mientras Terry la miraba enarcando una ceja y con voz seria le decía.
̶ yo diría que mas que prepararme un pastel deseas deshacerte de mi
Candy trago en seco ante las palabras de Terry, no sabía que quería decir con eso.
Terry miraba con ojos divertidos la expresión estupefacta de Candy, no pudiendo resistirse más, después de soltar una leve carcajada le dijo.
̶ Eso lo digo porque esto no es canela es comino y esto no es vainilla es salsa de soya, además de esto es bicarbonato y no azúcar glas.
Candy enmudeció no sabía que decir, estaba apenada.
─eeee este yoo ….. Mmmm…. No sé qué decirte.
─pues simple pecosa di que querías asesinarme- dijo Terry mientras se encogía de hombros como si aquello no tuviera importancia.
─ ¡Terry!
Candy no pudo decir más ya que Terry rompió a reír a carcajadas ante su atónita mirada.
─jajajajajajajaja.- Terry se sujetaba el estomago mientras trataba de contener la risa pero simplemente no podía.
─!Terry! … no te rías...- decía Candy mientras trataba de no reírse pero simplemente le fue imposible no unirse a Terry.
Cuando por fin pudo dejar de reírse y recobrar un poco el aliento, suavemente Terry coloco una mano sobre el hombro de Candy para después decirle.
─Albert tenía razón.
─Albert?.- pregunto Candy mientras se preguntaba dónde estaría su hermano ahora
─si Albert me advirtió que eras un peligro en la cocina y yo no le creí pero es verdad jajajajaja.
Candy hizo un mohín para después sacarle la lengua mientras adoptaba una postura digna y se prometía a si misma que haría pagar a Albert por decirle eso a Terry.
De pronto sintió el suelo desaparecer por debajo de sus pies por lo que soltó un pequeño grito
─ ¡Terry!
─sabes? Aun no quiero morir así que te mantendré alejada de la cocina.- dijo Terry mientras la acunaba entre sus brazos y comenzaba a salir de la cocina.
─¿Qué haces? ¡Bájame! ¿Adonde me llevas Terry?
─te llevo donde pueda quitarte toda esa harina y todo lo demás que traes puesto.- dijo Terry mientras le guiñaba un ojo y le dedicaba una sonrisa picara.
─Terry pero yo…
Haciendo caso omiso de lo que decía Candy, Terry siguió con ella entre sus brazos su camino hacia su habitación.
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En cuanto Ruth percibió la presencia de Terry en la cocina procuro dejarlos a solas, por lo que había instado a la cocinera y a las dos mucamas por medio de señas a salir para que la intimidad de sus patrones no se viera interrumpida.Asegurándose de que nadie se aproximara y los interrumpiera, se había quedado parada afuera de la puerta de servicio, las paredes eran gruesas pero aun así se filtraban atreves de los muros las risas y las palabras dichas en voz alta, sintiéndose que violaba la privacidad de sus patrones se alejo de la puerta y se puso a mirar con aire ausente por la ventana.
"Era un lindo día, el sol brillaba sobre los botones de las rosas que últimamente estaban floreciendo gracias a los cuidados que la señora Candy les daba, en los últimos meses muchas cosas habían cambiado y no solo había florecido el amor entre sus patrones sino todo y todos de alguna manera también habían florecido, o casi todos"
pensaba Ruth cuando de pronto en su mirada se cruzo, una caballera rubia deslustrada y descuidada, con un suspiro reconoció la escueta silueta de Susana, la chica se paseaba por el rosedal como si fuera un alma en pena, su mirada estaba clavada en el piso, su piel había adquirido un tono mortecino, aunque ciertamente verla causaba pena a cualquiera había algo que le parecía extraño y le hacía pensar que algo tramaba, por lo cual se dijo así misma que valdría la pena tenerla vigilada con el fin de que no causara más dificultades en el matrimonio de sus patrones.
Cuando por fin cesaron las risas, tímidamente entreabrió la puerta para asegurarse de que la cocina se encontraba vacía y cuando así fue todos regresaron a sus deberes.
Estaba por tomar una cesta y doblar la ropa recién lavada cuando escucho que alguien llamaba a la puerta con enérgicos golpes.
Sorprendida por la situación se apresuro a abrir la puerta, en cuanto vio quien estaba en llamaba a la puerta le sorprendió mucho, en el quicio de la puerta una chica que se encontraba con las mejillas enrojecidas debido al esfuerzo, la joven respiraba entrecortadamente y difícilmente podía hablar por lo que después de unos segundos en los que pudo tomar aire empezó a hablar de forma intempestiva.
─!el doctor! Esta el doctor?, rápido es una emergencia.
─si, espera aquí voy por el.- dijo Ruth mientras echaba a correr por las escaleras.
Con el corazón brincándole en el pecho logro llegar a la recamara de su patrones, sabía que interrumpiría algo, pero era una emergencia y necesitaban a un doctor, respiro hondamente antes de llamar a la puerta.
─toc, toc.-
Espero pero no hubo respuesta por lo que volvió a llamar pero al no recibir respuesta, decidida giro el pomo y abrió la puerta solo lo suficiente para descubrir que la habitación estaba vacía, estaba por salir de la habitación y buscarlos en otro lado cuando escucho voces provenientes del baño, sin dudarlo se acerco y llamo a la puerta.
─toc, toc, toc.
─!ahora no!.- respondió una voz masculina mientras se escuchaban pequeñas risitas
─!señor! se trata de una emergencia.- aun más nerviosa e incómoda dijo Ruth
─que tipo de emergencia?.- se oyó de nuevo una voz masculina
─está aquí una chica, la cual lo busca y dice que se trata de una emergencia que necesita de un doctor urgentemente.- aun estaba hablando cuando se escucho el sonido del golpeteo del agua y poco después se abrió la puerta para dejar a la vista a su joven patrón envuelto en una bata de baño.
─ayúdela a salir de la bañera.-dijo Terry mientras pasaba junto a ella.
Rápidamente entro en el cuarto de baño y ayudo a Candy a salir de la bañera para después ayudarla a ataviarse en un sencillo vestido color rosa pálido.
Después de que dejara Candy en las manos de Ruth, Terry se enfundo lo mas rápido que pudo en unos pantalones y una camisa, con el cabello goteando sobre sus hombros y la camisa a medio abrochar salió de la habitación con pasos acelerados.
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vestida con su pulcro e impecable uniforme parada junto a la puerta se encontraba Flammy, con la vista clavada en las escaleras esperaba que en algún momento por esas descendiera el doctor, mientras sentía el lento transcurrir el tiempo dejo escapar un leve suspiro, sabía que debía mantenerse en calma pero ya comenzaba a desesperarse y poco a poco dejaba traslucir lo nerviosa y angustiada que se encontraba y el silencio que la rodeaba solo incrementaba su inquietud por lo que comenzaba a frotarse nerviosamente las manos, tenía poco de haber llegado pero los minutos se habían alargado tanto que le parecía que llevaba horas esperando que apareciera el doctor.Con cada minuto que pasaba estaba más desesperada e intranquila, por lo que se preguntaba sino debía ir ella misma a buscar al doctor, le había dicho a la mucama que era una emergencia pero que podía saber ella cuan urgente era la situación, tal vez debió haberle dicho que la vida de dos personas dependía de esto, o tal vez debió ser ella quien fuera a buscar al doctor personalmente, frotándose nerviosamente las manos se dijo así misma que no había tiempo que perder por lo que se ajusto los lentes y se preparaba para subir por aquella escalera cuando de pronto escucho el fuerte sonido de pisadas que descendían rápidamente, soltando un suspiro, agradeció mentalmente que el doctor pronto estaría aquí.
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Descendió a toda prisa los escalones mientras se preguntaba qué era lo que pasaba, ¿Cuál era la emergencia?, ¿Quién estaría herido?, ¿y si había una emergencia por qué no se había hecho cargo el doctor Martin?, ¿o acaso seria el herido o enfermo?, planteándose una lista de posibles enfermedades y tratamientos atravesó a toda prisa el salón para encontrarse con Flammy, aun se encontraba a medio camino cuando Flammy le dijo.—¡doctor por favor venga conmigo! Es una emergencia
—¿Qué es lo que sucede?, ¿Cuál es la emergencia?.- pregunto Terry
—no hay tiempo que perder, vamos le explicare en el camino.
—no puedo ir si no me dices que se trata, debo estar preparado con todo lo necesario
─no se preocupe yo me he encargado de todo, solo que el asunto se ha complicado y necesito un doctor.
Terry no contesto solo la miraba con ojos inquisitivos, sabía que Flammy era una enfermera muy capaz pero aun así le preocupaba.
−no hay tiempo que perder, confié en mi se lo pido, la vida de una mujer depende de que no perdamos mas el tiempo.
Tanto su naturaleza medica como humana le decía que no podía negarse y menos cuando sabia que la vida de una mujer corría peligro, por lo que simplemente le dijo.
−está bien vamos.
Sin perder tiempo Flammy si giro y salió por la puerta, Terry la seguía de cerca cuando escucho la voz de Candy que le decía.
−!Terry espera! Voy contigo.
Ver a Candy a la mitad de la escalera le hizo saltar el corazón, descendía apresuradamente mientras Ruth a cuestas trataba de anudar las cintas del vestido a su espalda, se alegraba de verla por lo que le sonrió mientras le tendía una mano.
Justo en el ultimo escalón Candy se detuvo y se giro para decir algo al oído a Ruth a lo cual esta solo respondió asintiendo la cabeza mientras le decía algo en voz baja, desde aquella distancia no podía saber que era lo que decían entre labios Candy y Ruth pero recordando que no tenía más tiempo que perder insto a Candy a apresurarse.
‒!vamos Candy no hay tiempo!
Ambos tomados de la mano salieron de la mansión y subieron a la carreta que Flammy llevaba, apenas estuvieron sobre la carreta Flammy había halado las riendas a los caballos y estos habían salido a todo galope.
−bien Flammy dime de qué se trata?.- pregunto Terry una vez que estuvieron en camino
−pues vera doctor se trata de ….
Flammy comenzó a hablar y a explicar la situación a Terry.
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Después de viajar por más de diez minutos a toda velocidad por fin se encontraban frente a una pequeña granja, en cuanto el carruaje se detuvo Flammy bajo de un salto y procedió a llamar a la Puerta con golpes frenéticos.—¡Marianne! ¡Marianne! Soy Flammy traje al doctor
Como respuesta al llamado de Flammy salió un pequeño de seis años que lloraba profusamente mientras corría hacia Flammy y le decía
—¡Mi mami! A mi mami le duele mucho.
—lo sé pequeño pero traje al doctor y el ayudara a tu mami y a tu hermanito.- decía Flammy mientras trataba de hacer a un lado al pequeño para que pudieran pasar al interior de la pequeña casa.
Terry se acerco al pequeño y le dijo
—no te preocupes pequeño yo ayudare a tu madre.- le dijo mientras le acariciaba suavemente la cabeza
—tu… me … lo prometes?-pregunto el pequeño mientras con una manita se limpiaba las lagrimas que caían por sus mejillas
−si pero ahora vamos, llévame con tu madre..- dijo Terry mientras tomaba de la mano al pequeño y este lo conducía al interior de la casa.
El pequeño los había conducido a un pequeño cuarto que se encontraba al final de un pasillo, lentamente el pequeño abrió la puerta dejando al descubierto una cama donde reposaba una mujer que gemía lastimeramente mientras con una de sus manos sujetaba su enorme vientre mientras que con la otra se hacía con fuerzas de las sabanas, después de unos segundos la mujer hablo entrecortadamente.
−!Fla…mmy re…gresas…te!
− te dije que lo haría y que traería conmigo al doctor.
La mujer no pudo contestar ya que en ese momento tuvo una contracción y solo pudo soltar un grito de dolor.
Al escuchar a la mujer gritar de dolor Terry se acerco a la cama y observo cuidadosamente a la mujer, tenia mueca de dolor y algunos mechones de cabello húmedo que se le había pegado a la frente*
Con sumo cuidado Terry había puesto una mano sobre la mano de la mujer por lo cual esta abrió los ojos desmesuradamente mientras estrujaba fuertemente la mano que le tendía y gemía lastimeramente.
−!aguanta, aguanta Marianne! el doctor te ayudara ahora mismo.
La mujer solo pudo asentir con la cabeza mientras trataba de soportar el dolor.
−!Candy ven aquí! Toma la mano de Marianne.- Terry le pidió a Candy que se acercara ya que se había quedado parada en la puerta.
Candy se acerco a la mujer y lentamente tomo su mano y la envolvió con las suyas.
−bien voy a revisarte Marianne.- le dijo Terry mientras procedía a descubrir su vientre y sus piernas.
Tranquila, tranquila, ….aguanta.-le dijo Terry mientras apoyaba cuidadosamente las manos sobre su piel estirada ardiente y seca.
Frunciendo el entrecejo siguió palpando el hinchado vientre por todos lados y de reojo observaba las reacciones de la paciente, de Flammy y de Candy, y esta última lo observaba cuidadosamente mientras en su rostro se leía claramente los deseos enormes que tenia por ser útil.
-bien- dijo Terry después de suspirar se levanto de la cama ya que por fuera no podía ver nada mas.- hagamos la exploración interna.
Tocándola suavemente comenzó a palpar el vientre hinchado, mientras la mujer gemía, se estiraba, crispaba los dedos, arrugaba las sabanas, Terry sabia que esto era sumamente doloroso para ella pero era necesario para saber en qué posición se encontraba la criatura.
Después de palpar el vientre de la mujer, Terry suspiro pesadamente pues sabía que el trabajo de parto no seria fácil para la criatura ni para la madre, el niño se encontraba en posición transversal, una de las posiciones más complicadas.
Durante sus viajes había atendido algunos partos pero ninguno en una situación y posición tan complicada como esta.
Suavemente se acerco a la mujer y le dijo
—no te mentiré, tu bebe esta en mala posición y no puede nacer, por lo que tendré que acomodarlo para que pueda nacer, pero el hacerlo es muy peligroso tanto para la criatura como para ti, pero hare todo lo posible para que tu y tu bebe estén bien.
—no ….. Importa lo que…. tengas que hacer….. Pero salva a mi bebe…. sálvalo.- decía Marianne mientras miraba a los ojos al doctor.
Terry volvió a suspirar mientras sujetaba las manos de Marianne le dijo a Flammy.
—Flammy prepara todo, haremos un viraje.-dijo Terry
Inmediatamente Flammy comenzó a traer a la habitación toallas y sabanas limpias así como una palangana con agua caliente, también había traído algunos cuantos instrumentos como tijeras, bisturí, agujas, gasas, alcohol, y un poco de anestesia.
Cuando todo estuvo listo, Terry se lavo y se coloco los guantes mientras que Flammy le decía los signos vitales de la paciente.
—pulso 85 por minuto, respiración 15 por minuto, tensión arterial 130/80 mm/hg.
−bien, ahora verifica la dilatación de la paciente.- pidió Terry.
−11cms doctor.
Mientras Terry y Flammy intercambiaban palabras de las cuales Candy no entendía, solo se quedo observando mientras se hacia la nota mental de pedirle a Terry que le explicara todas aquellas palabras raras.
Aunque Flammy estaba ocupada atendiendo a la paciente pudo ver la expresión confundida de Candy y por ella se daba cuenta que Candy seguía siendo una ignorante, cosa la cual la molestaba aun mas, por que ciertamente para ella, Candy solo era una niña rica que estaba encaprichada con ser enfermera y estaba segura que esto para ella era solo un juego y eso era algo que no podía tolerar por lo cual ella en cada oportunidad que tenia se encargaba de demostrarle y hacerle notar que no tenía las cualidades necesarias para ser una enfermera y esta ocasión no iba a ser la excepción por lo cual siguió hablando en términos médicos.
‒¡calma Marianne! Trata de respirar más lentamente o te hiperventilaras.- le dijo Flammy a la paciente mientras esta comenzaba a respirar agitadamente.
‒!no … puedo respirar!- Marianne hablaba entrecortadamente.
Acercándose a la paciente Flammy volvió a revisar los signos vitales de la paciente.
‒!doctor! la paciente presenta taquicardia, disnea y las contracciones cada vez son más seguidas.-llamo Flammy a Terry.
Terry se apresuro a lavarse y a decirle a Flammy que se alistara para la operación mientras que podía oír a Candy decirle a Marianne.
-¡Aguanta, Aguanta! –Candy balbuceaba tiernamente mientras quitaba un mecho de cabello de su rostro.- El doctor te ayudara ahora mismo.
-no tengo fuerzas…., no …. ¡Ya no tengo fuerzas!...!no lo soportare!.- decía Marianne mientras hacía con fuerzas las manos de Candy.
-no temas, no temas.- balbuceaba Candy.
-¡lo soportaras!.- dijo Flammy mientras se acercaba con una jeringuilla en las manos.-ahora te darte algo… No sentirás nada.
Con un fondo de gemidos y lamentos la decisión ya se adueñado de él y tenía en la cabeza un plan firme y determinado aun cuando nunca había realizado un viraje, estaba determinado a salvar a la mujer y a su hijo por lo que mentalmente repasa sus clases de medicina.
"debía introducir una mano y con la otra ayudarse desde afuera para ejecutar el viraje, cuidadosamente e insistentemente debía hacer bajar una piernecita y tirando de ella extraer al bebe"
-¡ah! ¡Ah!.- grito de pronto la mujer, durante unos segundos se agito tratando de apartarse de Flammy la cual en estos momentos la anestesiaba.
Con paso firme y determinado Terry se planto frente a la mujer que reposa en la cama y dijo.
-bien comencemos.
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En un charco de sangre, con los brazos ensangrentados hasta el codo trataba de quitar las sabanas con manchas sanguinolentas, coágulos rojos y bolas de gasa, se encontraba Terry mientras mantenía la vista clavada en Flammy.Flammy tenía al recién nacido y le daba golpecitos, el bebe estaba callado, su cabeza parecía sujeta por un hilo colgaba sin vida y se balanceaba de un lado a otro… pero de pronto se escucho algo como un chirrido o un gemido y después se oyó el primer grito ronco y débil.
‒!está vivo! Esta vivo!- murmuro Candy exhalaba visiblemente aliviada.
Al escuchar la suave voz de Candy Terry se giro y la miro y lo que vio en su rostro lo maravillo.
Lo miraba fijamente con ojos brillosos y una sonrisa iluminada, su expresión era de tal asombro que era como si hubiera contemplado un milagro, un poco cohibido por la mirada de adoración que Candy le dedicaba, se acerco a Marianne que en estos momentos se encontraba despertando de los efectos de la anestesia, tomando sus signos vitales le dijo.
‒despierta mujer, abre los ojos y conoce a tu hijo.
En ese momento se acercaba Flammy con el recién nacido envuelto en una sabana, el cual haciendo usos de sus pulmones saludaba a su madre.
Flammy entrego al recién nacido a la madre y después se acerco al doctor para felicitarlo por la operación.
‒doctor, ha hecho usted muy bien el viraje con mucha seguridad.
Terry exhalo visiblemente exhausto pero plenamente satisfecho de su labor pues había puesto todo su esfuerzo en salvar a aquella mujer y a su hijo y se sentía vencedor de haberlo logrado.
‒aunque después de una operación tan complicada hay que esperar a ver qué ocurre después.- dijo Terry
‒si lo sé doctor, pero yo misma me quedare a cuidarla.- dijo Flammy
‒bien me parece bien, mandare a alguien de la mansión para que la ayude y puede llamarme en caso necesario, si algo sucede no dude en llamarme entendido?- dijo Terry mientras se lavaba.
‒si doctor así se hará.- dijo Flammy mientras asentía con la cabeza.
Después de lavarse Terry salió de la habitación y busco al pequeño que los había recibido cuando llegaron, sabía que debía estar asustado y preocupado por su madre por lo que empezó a llamarlo.
‒¿pequeño?, ¿donde estas?.-
Terry deambulaba por la pequeña estancia buscando al niño ya que tenia algunos minutos buscándolo, estaba por buscar en otra habitación cuando lo encontró acurrucado detrás de un gran sofá, el niño estaba hecho un ovillo sobre el suelo de madera, el niño tenía el rostro oculto entre sus manos mientras con voz suave y entrecortaba llamaba a su padre.
‒!papa! regresa pronto, ven rápido que mami te necesita.
Terry conmovido se acerco al pequeño y le acaricio la cabeza mientras le decía.
‒no temas pequeño, tu madre está bien.
En cuanto el niño lo escucho se descubrió el rostro dejando ver que por sus mejillas corrían sendas lágrimas, con ojos llenos de esperanza el niño le pregunto.
‒Deveras?
‒si, por que no vienes conmigo y conoces a tu hermanito.- dijo Terry mientras tomaba entre sus brazos al pequeño y lo conducía a la habitación.
Iba a la mitad del pasillo cuando Terry le pregunto al niño.
‒y tu padre pequeño?
‒papa fue a vender la cosecha y regresa mañana. Dijo el pequeño.
En cuanto entraron en la habitación el pequeño salto de los brazos de Terry y corrió hacia su madre a la cual abrazo fuertemente.
Sin decir palabra alguna Candy se había acercado a Terry y delicadamente poso su cabeza en el hombro de Terry mientras con ojos atentos observaban la reunión entre madre e hijo.
Después de examinar por última vez a la madre y al pequeño Terry salió de la pequeña casa en compañía de Candy que desde hace un rato se mantenía callada aunque en su rostro había un sonrisa, Terry se preguntaba en que estaba pensando.
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Terry y Candy habían recorrido el camino a casa en completo silencio y a paso apresurado pues cuando salieron de casa de Marianne había anochecido.En cuanto llegaron a la reja de la mansión, Terry se detuvo y le dijo a Candy.
‒vamos pecosa baja.-
‒pero….. Por qué?.- pregunto Candy visiblemente confundida.
‒no te preocupes pecosa, pero ya es tarde y debo ir al pueblo a avisar al doctor Martin lo que ha ocurrido esta tarde.- dijo Terry mientras ayudaba a Candy a desmontar del caballo.
Candy estaba por decir que lo acompañaría sin importar lo tarde que fuera pero de pronto recordó el favor que le había pedido a Ruth, por lo que bajo del caballo y le dijo.
‒está bien me quedare, pero regresa pronto…
‒que acaso me extrañaras?.- pregunto Terry enarcando una ceja
‒naa.- dijo Candy mientras hacia un mohín pero cuando en realidad ya empezaba a extrañarlo.
Antes de que Terry le respondiera le dijo.
‒cuando vuelvas te tendré preparada una sorpresa.- dijo Candy mientras lo empujaba suavemente y lo instaba a marcharse.
‒está bien, me voy, solo espero que no cocines.- dijo Terry para después soltar una pequeña risa.
‒!Terry!.- dijo Candy pero su voz quedo ahogada por el galopar apresurado del caballo que en estos momentos se alejaba de ella.
Continuara…..
Próximo capítulo 33 parte III sección B.
*fragmentos tomados del libro morfina de Mijaíl Burgákov.
Nota del autor:
Antes que nada una disculpa a todas aquellas que me leen, y más aun aquellas que me pisan los talones siempre pidiéndome que actualice pronto, gracias a todas ustedes que me leen y me dejan un review al menos para decirme que me apure y actualice, gracias a todas.
También gracias a todas las chicas que me han añadido como favorito y que siguen esta loka historia y gracias a las chicas que se han dado una vuelta por mi otra loka historia "un amor atraves de las lunas", gracias por sus reviews.
Nathalie: una disculpa del tamaño del mundo pues en este cap. te prometí una de esas escenas que tanto te gustan, y no creas que se me olvide solo que este cap. Me quedo kilométrico y lo dividí en dos partes y bueno en la sección "b" ahí estará esa escena que te prometí, así que aun estoy en deuda contigo.
Me van a matar si ya lo sé, claro la mayoría de ustedes ya quiere ponerme la soga al cuello por andar desaparecida tanto tiempo, y no es para menos, pero pues bueno tuve una que otra zancadilla que después de mucho esfuerzo por fin salte, aquí estoy para lo que sigue.
Bueno con respecto al capítulo les digo pues este es uno de lo que más trabajo me ha costado y bueno la escena de la cocina se me hizo eterna aunque eso si la disfrute palabra por palabra, y bueno como notaron tome y adapte unos fragmentos de otro libro muy bueno lo recomiendo mucho, se que la escena del parto fue para muy compleja y complicada porque pues en ese sentido mi experiencia es nula así que espero que aquellas que ya son madre puedan llenar con su imaginación y vivencias los huecos que con palabras no pude llenar.
Bueno sin más por el momento me despido y nos leemos pronto.
Atte. Kika White.
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