lunes, 22 de noviembre de 2010

cap 5 el plan




Un amor inesperado

capitulo 5 el plan


Cuando llegaron a casa la tía abuela los esperaba en la puerta de la mansión por lo que sabia que lo que les esperaba no seria fácil, y no pudo evitar soltar un suspiro ante la situacion, Albert la ayudo a bajar del carruaje, Albert le oprimió la mano para darle animo, ella en cambio le dio una sonrisa.


Una vez que lo tres bajaron del carruaje, la tía abuela los insto a entrar en la casa, cuando estuvieron adentro con una leve inclinacion de cabeza los insto a que la siguieran,estaban por dirigirse al estudio cuando annie bajo corriendo apara arrojarse a los brazos de candy, como si fuera una niña pequeña, y candy la recibió como si fuera su madre, por que desde que su madre murió, candy se había encargado de cuidar de Annie.

La tía abuela reprendió a Annie por su efusivo recibimiento a candy. pero ver a quella escena de alguna manera hizo que la tía abuela pospusiera para mas tarde su reprimenda para Candy por lo sual solo le dirigió una fría mirada a candy y le dijo:


-ve a tu habitación, dorothy te llevara la cena, mañana hablaremos tu y yo señorita.


Candy solo asintió con la cabeza y se fue a su habitación seguida de annie, la cual se sujetaba de su mano fuertemente. Candy aun se encontraba en los primeros escalones cuando Albert dijo.


-tía abuela creo que debemos hablar de candy ahora


- he dicho que mañana Albert estoy demasiado cansada para una discusión ahora.


Albert volteo a ver a candy que se había a quedado parada en el escalón al oír a Albert hablar y esta solo negó con la cabeza, por lo cual siguió su camino hacia su habitación tomada de la mano de Annie.


Una vez en su habitación candy se quito el abrigo que llevaba encima, empezó a quitarse el listón que llevaba en la cabeza y liberar sus rizos, Annie la miraba boquiabierta, aunque llevaba unos vendajes en los brazos eso no demeritaba el hermoso vestido verde esmeralda que llevaba puesto, era nuevo, no habían podido comprarse un vestido nuevo desde hace por lo menos 2 años, de hecho todo lo que llevaba candy, hasta la ropa interior, el corsé, los zapatos eran nuevos. Candy observo como la veía Annie y no pudo evitar reírse y preguntarle.


-que tanto me ves Annie?


-!es hermoso tu vestido! y !es nuevo!, de donde lo sacaste Candy donde estuviste todo el día?


-pues por ahí en el parque un rato y luego huyendo de caballos desbocados y siendo aplastada por un mocoso engreído que pretendía salvarme pero en el transcurso del rescate, me cayo encima he hizo de me lastimara como bien ves y tu cuéntame como estuvo tu día?-Dijo candy señalando sus vendajes que cubrían parte de sus brazos y una de sus rodillas.


-jajajaja muy chistosa Candy, ya dime donde estuviste, y se que no estuviste con Anthony por que el estuvo volviéndose loco buscándote con Albert y los demás.


-ahh Anthony, que vamos a hacer?, !nos descubrieron Annie!, eliza y Neal nos descubrieron, y vinieron a contárselo todo a la tía abuela y para colmo el muy idiota de Neal tiene el descaro de decir que si yo me disculpo por verme con Anthony y prometo no volver a verlo el se casara conmigo en dos meses, y ya sabes con lo difícil de la situación la idea de pareció mas que formidable a la tía abuela que me abofeteo cuando yo me negué y acepte que yo y Anthony nos amábamos.

-¡candy! Por eso saliste corriendo de aquí, ahora me explico la visita de los Leagan tan temprano, y adonde fuiste candy?

-por que no prestas atención Annie, ya te lo dije, primero fui al parque, pero como sabia que ahí me encontrarían camine mas hasta llegar al centro hasta que el desfile me detuvo y paso lo del caballo y el mocoso engreído que me salvo, perdón me aplasto, y luego me llevo a casa del duque donde curo mis heridas y de dio de comer y me regalo el vestido, porque mi otro vestido se arruino por su culpa, era lo menos que podía hacer, mira que se atrevió a llamarme señorita pecas.

-señorita pecas? …. Jajajajajaja si es cierto estas pecosa jajajajaja

-annie no te rías tu también jajajajajaja

No pudo evitar reírse después de escuchar reírse a Annie.

-y bueno el mocoso engreído era guapo candy?

Candy recordó la primera vez que vio bien a Terry y no pudo evitar compararlo con Anthony había algo en el que lo hacia recordar a Anthony aunque no sabia que era…

-¡candy¡ ¡candy¡ dime era guapo?

Annie la saco de sus pensamientos.

-no lo se supongo que si no pude verlo bien para decir si lo era o no, pero no es agradable.

-y como se llama candy?

-no lo sé, te digo que no era educado, no sé ni quién era, ni por qué me llevo al castillo del duque.

En eso entro dorothy con la cena de candy y en lo que candy cenaba y annie bajaba para cenar, le preparo un baño a candy con hiervas aromáticas y medicinales, y le preparo un camisón limpio y la cama.

Después del baño y de que dorothy le recogiera el cabello en una larga trenza candy se acostó y se perdió en la inconsciencia y no despertó hasta que dorothy vino a ayudarla a prepararse para el desayuno, aunque esta mañana igual que la anterior la esperaba la tía abuela, esta vez desayunaría y llevaría un poco de dinero que había ahorrado de la ultima venta de pasteles por si hacia falta salir corriendo otra vez.

Salió de su habitación y se dirigió al salón donde la esperaba la tía abuela, pero esta vez estaba decidida a defender el amor que sentía por Anthony, sin importar las consecuencias no se casaría con Neal Leagan, así que llego a la puerta y toco.

-pasa candy

-buenos días tía abuela

-del día de hoy en adelante hasta el día que te cases en dos meses con Neal Leagan, no saldrás a la calle si no es conmigo, y estarás confinada a tu habitación , ahora retírate candy a tu habitación.

Candy sentía hervir su sangre, estaba furiosa por ningún motivo iba a casarse con Neal Leagan, antes prefería morirse que tener que ser su esposa.

-tía abuela yo no voy….

La tía abuela sabía muy bien lo que iba a decir candy así que no le dio la oportunidad de seguir hablando por lo que se levanto y salió de la habitación, no sin antes recordarle su castigo.

-candy vuelve a tu habitación inmediatamente.

Candy salió corriendo hacia la calle cosa que ya había previsto la tía abuela por lo que las puertas estaban cerradas con llave y candy no pudo salir, por lo que tuvo que regresar a su habitación.

Una vez en su habitación candy no dejaba de ver el reloj que tenía en una mesa a lado de cama pronto serian las 11 y Anthony la esperaría en el parque, para saber que pasaba, pero ella no podía salir, vigilaban cada uno de sus movimientos, no podría acercarse a Anthony sin ser descubierta, candy caminaba de un lado a otro de la habitación como si fuera a darle una solución a su actual problema, el tiempo pasaba cada vez más rápido para candy y ella no podía encontrar una salida, lo único alternativa que tenia era escribir una carta a Anthony y pedir que alguien se la entregara en su nombre pero quien podría dársela, solo disponía de annie y dorothy que sabían de lo suyo con Anthony, así que se sentó en su escritorio y se puso a escribir la carta para Anthony.

Querido Anthony:

Nos han descubierto Eliza y Neal, nos vieron en el parque y se lo han contado todo a la tía abuela, y ellos han acordado alejarme de ti, me han prohibido verte, y esperan que me case con Neal Leagan, prefiero morirme antes que tener que casarme con él, no puedo casarme con él cuando yo te amo a ti con todo mi corazón y con todo mi ser.

Sé que mis hermanos saben de mi aversión hacia Neal Leagan así que espero que ellos me ayuden a impedir que me casen con él, pero no saben que yo te amo.

No sé como saldremos de este problema pero bajo ninguna circunstancia me casare con Neal Leagan, necesito verte Anthony y saber que tú me amas como yo a ti, y juntos lucharemos por nuestro futuro juntos como lo soñamos en un pequeña casa a lado de un lago, te extraño demasiado Anthony me siento en la oscuridad si no puedo verte y no poder ver el cielo de tus ojos me duele, siento que mi pecho está roto, pero no puedo verte estoy confinada en cas encerrada.

Te amo

Candy

Termino de escribir su carta a Anthony, la doblo y coloco un sello sobre ella, se disponía a buscar a Dorothy para pedirle que le hiciera ese favor que le entregara su carta a Anthony, quiso abrir la puerta pero no podía, trato otra vez pero nada solo no se abría, la tía abuela la había encerrado, no podía salir de su propia habitación, grito por ayuda llamando a sus hermanos pero nadie acudió a su llamado.

-¡Albert! ¡Steir! ¡Annie! Ayúdenme ¡Albert! Albert sacame de aquí… ¡Anthony ven por mi!

Entre sus sollozos y lagrimas candy llamaba a sus hermanos y en su desesperación llamaba a Anthony que la ayudara pero nadie acudió a sus llamados, sus hermanos no estaban en casa la tía abuela los había mandado a la iglesia a que rezaran por candy, diciendo que ella se había temprano a la iglesia con dorothy.

Mientras tanto en el parque ya pasaban de las once de la mañana, pero Anthony seguiría esperando a que su amada Candy apareciera, para poder sumergirse en esos ojos verdes que le gritaban que lo amaban con solo verse en ellos y le alegrara el día con una sonrisa deslumbrante, en eso pensaba Anthony que vio a una anciana acercarse hacia donde él estaba sentado esperando a candy.

-joven brower su espera es inútil, candy jamás volvera a este parque, para reunirse con usted.

Anthony estaba atónito esperaba a Candy no a la tía Abuela de Candy, esto era nuevo y definitivamente era malo.

-buenos días tía abuela, que agradable verla por aquí, pero porque dice que espero a Candy, yo solo descansaba mientras iba camino a la oficina de mi padre en el centro.

-no tiene caso que lo niegue señor Brower lo se todo, Candy lo confeso todo ayer por la noche, ella se disculpa con usted por hacerlo perder su tiempo con ella y sobre todo por hacerle creer ella lo amaba, cuando ella en realidad ama a su prometido el señor Leagan con el cual va a casarse en dos meses, yo lo siento señor brower pero es lo mejor para todos.

Anthony podía creer lo que estaba escuchando que candy no lo amaba eso no podía creer si de algo estaba seguro era que la tierra no era plana y que candy lo amaba a él, no le creería, pasara lo que pasara el estaba 100% seguro que candy lo amaba, eso no lo detendría, no dejaría de creer en candy, Anthony estaba furioso pero no podía articular palabra, esas palabras ya las había oído de la venenosa boca de Eliza Leagan, parecían enredarse en su cuello y estrangularlo poco apoco.

La tía abuela no espero a que Anthony le respondiera algo por lo qué se volvió a disculpar con él y se marcho.

-Lo siento mucho joven Brower pero es lo mejor para todos.

La tía Abuela sabía que había causado una herida muy profunda en el buen corazón del joven Brower, un joven intachable, uno de los mejores jóvenes que había en la sociedad pero no podía decirse lo mismo de su bolsillo, aunque era una pena causarle tanto dolor a un joven como él, era algo que debía hacerse si con eso salvaba a su familia de ruina, lo haría una y mil veces si era necesario. Con este pensamiento se marcho la tía Abuela de regreso a la casa White, tenía que llegar antes de que llegaran los muchachos y sacaran a Candy de su habitación, por lo que subió al coche indicándole al cochero que fuera lo más rápido posible.

Candy se derrumbo junto a la puerta de su habitación llorando amargamente porque nadie venia en su ayuda, ella seguía llamando pero nadie respondía, siguió llorando hasta que se quedo dormida junto a la puerta que simplemente se negaba a ser abierta.

La tía abuela logro llegar antes que los muchachos por lo que abrió la puerta de la habitación de candy y la encontró tirada en piso estrujando en su mano un papel y los ojos rojos e hinchados por haber llorado tanto tiempo, y las marcas de sus lagrimas aun estaban visibles en su rostro, La tía abuela no pudo evitar que el corazón se le encogiera en el pecho al ver a su pequeña nieta en estas condiciones, pero se repitió así misma que era necesario con el fin de salvar a la familia de la ruina, llamo a las mucamas para que la subieran a la cama, y la dejo dormir por el resto de la tarde, y conservo el papel que candy apretaba con su mano con tanta fuerza, y se deshizo de la carta después de haberla leído.

Albert , Stear y Annie llegaron de misa estaban preocupados porque en la iglesia no encontraron a candy y a dorothy, temían que hubiera vuelto a huir de casa, por lo que corrieron a buscarla a su habitación, pero la encontraron durmiendo en la cama y la tía abuela estaba en una silla cercana observando la ropa nueva que candy había traído ayer a casa, de la cual la tía abuela no se había percatado ayer por la noche, cuando los muchachos entraron a tropel a la habitación llamado a Candy.

-Candy, candy donde estas?

-guarden silencio que candy duerme.

-tía abuela, que le pasa a candy.-pregunto annie

-regreso de la iglesia por qué no se sentía muy bien, así que déjenla descansar. Annie sabes de donde saco esto candy?

Dijo la tía abuela señalando el vestido verde con engastes y lo demás que completaba su atuendo, mientras Steir y Albert salían de la habitación de candy.

-ahh es precioso su vestido nuevo verdad tía abuela, junto los zapatos y el corsé que le regalaron a candy ayer en la casa del duque , pero candy no sabe quien fue quien se los regalo, solo dijo que fue un joven que no fue educado con ella pero no sabe quién era, y no sabe su nombre?

-vaya vaya esto sí que es raro Annie, Vamos averiguar quién era ese extraño joven.

Un nuevo plan se estaba formando en la mente la tía abuela, quien seria ese extraño que ayudo a Candy y le hizo semejantes regalos sin duda era un pez más gordo incluso que Neal Leagan, pero no podía deshacerse de Neal aun no estaba segura de quien era pero lo averiguaría.

Candy estaba exhausta mas de lo pensaba así durmió toda la tarde hasta la hora de cena que dorothy le llevo a su habitación, pero candy no comió no solo se quedo tirada en la cama llorando por lo difícil de su situación y por qué no podía ver a Anthony.

Sin darse cuenta volvió a quedarse dormida y empezó a soñar que estaba en el parque camino hacia donde se veía todos los días con Anthony, cuando a sus espaldas veía caminar a dos hombres, no podía ver quiénes eran lo único que podía ver eran sus ojos, unos eran unos ojos castaños que la miraban con odio y recelo pero a la vez la miraban llenos de lujuria, los cuales la perseguían donde quiera que ella volteara ahí los veía, les temía, les tenia pavor pero a la vez sintia repulsión por esos ojos. Mientras que los otros aunque eran dos ojos, no pertenecía a la misma persona aunque ambos eran azules, uno era más azul que el otro y con vetas verdes y más profundo como el mar, mientras que el otro, era claro como el cielo, limpio y transparente, pero apesar de ser tan dispares ambos ojos la miraban con una ternura infinita y deseosos de protegerla, pero más que nada estaban llenos de amor por ella, y ella sentía cálida y feliz por esos ojos que la miraban esa manera, entonces oyó un dulce susurro que decía su nombre, ella creyó que ese susurro provenía de su sueño y no de la realidad cuando Anthony estaba de pie afuera de su balcón, llamándola, por lo cual tuvo que llamarla un poco más fuerte y golpeo el cristal del la puerta para que ella despertara.

Candy se sobre salto al oír el golpe en la puerta del balcón pero seguía oyendo que alguien la llamaba por lo cual bajo de la cama tomo la bata que estaba al final de cama y se acerco con cuidado al balcón para asegurarse de quien la llamaba , cuando vio que era Anthony corrió a abrir la puerta y se arrojo en sus brazos y Anthony la abrazo tan fuerte que sentían que se cortaban la respiración el uno al otro , pero no importaba, el uno al otro era todo el oxigeno que necesitaban para seguir viviendo, sus corazones latieron al mismo ritmo para fundirse en un tierno beso que le devolvió el alma al cuerpo a candy, pero no pudo evitar que se le derramaran las lagrimas que trataba de ocultar de Anthony, pero en fondo sabia que esta podía ser la última vez que se vieran hasta que pasara algún tiempo.

Anthony beso cada una de sus lagrimas, aun en contra de su voluntad se separo de ella y la sentó en la cama necesitaba hablar con ella saber si lo amaba pero con el recibimiento que le dio no le quedaba duda, pero tenía que saber si ella estaba dispuesta a fugarse con él, no esta noche, pero pronto.

-Anthony has venido por mí, mi amor.

-si candy, vine por ti, pero dime ¿me amas candy?

-¿Qué si te amo Anthony, que pregunta estúpida es esa?

-yo sé que me amas candy pero necesito saber que tanto me amas para saber hasta dónde estás dispuesta a llegar para salir de aquí.

-sabes que te amo más que mi vida misma, y daría todo lo que tengo por estar contigo siempre.

-entonces vamonos juntos a un lugar donde nadie nos conozca, donde seas mi esposa, mi mujer, donde seamos felices candy.

-de verdad Anthony, quieres llevarme contigo?

Diciendo esto se arrojo a sus brazos y lo beso nuevamente.

-claro que quiero que estés conmigo tontita, pero hoy no puedo sacarte de aquí, pero lo hare pronto.

-si tiene que ser antes de que la tía abuela siga con la idea de casarme con Neal, yo no podría soportarlo, Anthony, me moriría de vergüenza si algo así me pasara.

Candy lloraba otra vez solo de pensar lo que pasaría si Anthony no la sacaba de ahí, Anthony la cobijo en sus brazos y le dijo.

-antes que eso pase matare a Leagan, no permite que te lastime jamás, antes prefiero verte muerta antes que en sus brazos.

Fueron bruscas sus palabras de Anthony, pero candy sabía que lo decía de verdad, y sabia que nada le dolería a Anthony que perderla en las manos de un tipo como Neal, por lo que candy sabía que esa su promesa que el regresaría por ella y escaparían juntos.

-candy nos iremos en dos semanas necesito preparar todo para irnos, venderé algunas cosas, reuniré dinero y nos marcharemos de aquí te lo prometo, solo aguanta un poco mas y no dejes de amarme candy.

-no podría dejar de amarte aunque así lo quisiera, yo esperare a que vengas por mi y nos marchemos de aquí.

Con esa promesa hecha y plan trazado en la mente Anthony salió de la habitación de candy de la misma manera en la que entro, candy volvió a acostarse y volvió a dormirse, solo que ahora tenía una esperanza en el corazón la cual no le fallaría.

Lo que ninguno de ellos sabia es que alguien en el balcón contiguo había escuchado todo su plan y les impediría realizarlo, porque ya tenía otro plan en mente en el que solo implicaba a candy con otro hombre que no era ninguno de los que hasta ahora había tirado su jugada para obtener a candy, el nuevo jugador nadie sabía quién era, ni el mismo sabia en lo que estaba involucrado ahora.

Continuara…..


Próximo capítulo 6 el nuevo jugador.

Cap 33 parte III sección A

un amor inesperado
"AVISO, CHICAS TENGAN A LA MANO SU DOSIS DE INSULINA, POR QUE ESTE CAPITULO ESTA QUE DESPARAMA MIEL POR TODOS LADOS, CHICAS ANTES DE ENTRAR TOMEN SUS DEBIDAS PRECAUCIONES"
Capitulo 33 parte III sección A
Esqueletos al descubierto.
Lakewood, América.
La luz del sol era cegadora e incidía directamente en sus ojos por lo que los apretó con fuerza mientras tiraba de las sabanas para cubrirse la cabeza, sabía que ya había amanecido pero aun no quería despertar, estaba exhausto y deseaba quedarse en cama todo el día, lentamente se volvió sobre su costado buscando refugiarse en las sombras al mismo tiempo que estiraba los brazos a través de la cama buscando el cálido y suave cuerpo de su esposa, sus manos vagaron por toda la cama, palpando entre las sabanas una y otra vez, buscaba aquel calor que era capaz de provocar un incendio en el, pero por más que buscaba simplemente no podía encontrarlo, solo podía percibir un rastro tibio de lo que fuera aquel calor, un tanto desconcertado entreabrió los ojos solo para descubrir que el lugar a su lado estaba vacío.
Desconcertado y abrumado la llamo con voz ronca.
−Candy?
−Candy?
−pecosa?
‒donde estas?
Pero como respuesta solo había silencio al tiempo que sus palabras rebotaban por la habitación, lentamente obligo a sus músculos a moverse y poco a poco logro sentarse sobre la cama.
"dios no puedo ver nada, todo está demasiado borroso"
Sentado en medio de las sabanas se froto los ojos, una y otra vez hasta que logro estar completamente despierto, vago sus ojos por toda la habitación buscando a Candy pero lo único que encontró, fueron varias prendas desperdigadas en el suelo, lentamente se deslizo fuera de la cama, se enfundo en unos calzoncillos y se dirigió al baño, tenía la esperanza de que Candy estuviera ahí, con cuidado y sin hacer ruido tomo el pomo en su mano, sin siquiera tocar a la puerta lo giro, si estaba ahí deseaba tomarla por sorpresa, pero el baño estaba vacío por lo que salió del baño aun mas desconcertado mientras se preguntaba.
"¿Dónde estás pecosa? ¿A dónde has ido?"
Como si un rayo lo hubiera golpeado, los recuerdos de la noche anterior llegaron a su mente, lo que provoco que sus ojos se abrieran desmesuradamente al tiempo que un gemido se atoraba en su garganta.
"y si esta vez había sobrepasado los límites? y si había sido demasiado brusco y si realmente la había lastimado al haberse comportado como un animal?"
Terry se temió lo peor, conteniendo el aliento corrió al armario y lo abrió de un tirón, aunque la puerta estaba abierta, el mantenía la vista clavada en el piso, se rehusaba a mirar en su interior, temía encontrar el interior de aquel armario vacio, lentamente levanto la mirada, obligándose a mirar al interior.
En cuanto contemplo que todo estaba en su lugar dejo salir el aire que estaba conteniendo en los pulmones, respiro aliviado al observar que todo estaba ahí, después soltar nuevamente un suspiro cerró las puertas para después recargarse en ellas mientras sopesa sus opciones.
Terry estaba absorto en sus cavilaciones cuando un gran estruendo lo hizo sobresaltarse, aquel ruido fue como si dos grandes címbalos chocaran entre sí.
−o como dos ollas chocando entre sí.-dijo Terry en voz alta.
Ahí estaba su respuesta, Candy estaba en la cocina por qué no podía concebir que alguien del personal fuera capaz de generar semejante ruido, por lo que envolvió su cuerpo con una bata de seda azul, estaba por anudar la cintas de la bata cuando de nuevo se dejo escuchar otro estruendo, si le había quedado alguna duda ahora tenía la certeza de que la causante de semejante alboroto en la cocina era Candy por lo que con una sonrisa burlona deslizo sus pies en unas pantuflas para después bajar a la cocina.
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−¡azúcar! Necesito azúcar
Había pasado toda la mañana subiendo y bajando por aquella escalerilla en busca de todos los ingredientes necesarios para hacer un pastel de chocolate.
La cocina nunca había sido su fuerte pero que tan difícil podía ser hacer un pastel, en Londres siempre había ayudado a Annie y a Patty, las había visto hacerlo infinidad de veces así que estaba segura de que podría hacerlo ella sola.
−Bien, que más necesito?
‒Mmmm ya tengo la leche, huevos, mantequilla, azúcar, canela, vainilla, el chocolate, mmmm que mas?, creo que eso es todo− dijo Candy mientras se encogía de hombros y observaba todos los ingredientes que estaban puestos en la mesa.
La cocinera le había ofrecido su ayuda pero ella se había negado, no podía permitir que nadie la ayudara, no cuando esta era una de las maneras en las que buscaba compensar a Terry y para que la reconciliación que habían tenido ayer por la noche fuera completa, deseaba confirmarle a Terry que lo amaba y para lograrlo estaba dispuesta a todo, así que empezaría por algo simple, le cocinaría un pastel.
−mmmm ahora debo mezclar todo. − Candy se giro para tomar un gran tazón metálico que se hallaba a sus espaldas, lo tomo con un rápido y brusco movimiento que provoco que una olla de acero que se encontraba en el borde de la barra cayera al piso haciendo un gran estruendo.
Había tratado de alcanzar aquella olla antes de que tocara el piso pero simplemente no había sido tan rápida, por un momento se quedo en silencio esperando que aquel ruido no hubiera despertado a Terry, porque deseaba sorprenderlo con el pastel para cuando despertara, se imaginaba la cara de asombro que pondría Terry y la sonrisa que se extendería en su rostro cuando viera lo que le había preparado.
Candy estaba metida en su ensoñación que sin querer había dejado caer nuevamente la olla al piso provocando otro estruendo el cual la saco de su ensoñación.
–¡tonta deja de soñar! Mejor ponte a trabajar si de verdad quieres sorprenderlo.
Volviendo a concentrarse en su trabajo Candy, tomo una taza medidora y procedió a medir las cantidades exactas que necesitaba.
Candy estaba tan ensimismada midiendo las cantidades exactas para la receta que no se percato que unos ojos azules la observaban desde el quicio de la puerta.
El corazón y el alma le había vuelto al cuerpo en el momento en el que visualizo a Candy en la cocina, se veía tan hermosa que solo observarla le quitaba el aliento, llevaba sus rizos sujetos en un coleta solo contenidos por un pequeño listón, llevaba un mandil con flores rojas y debajo de este aun estaba en bata de dormir y sus pies estaban calzados por unas cómodas pantuflas, la imagen le parecía una ilusión, era una imagen sacada de uno de sus sueños, le era imposible sentirse mas atraído hacia ella que en este momento por lo que en completo silencio se acerco a ella.
Candy sostenía a la altura de los ojos una taza de harina, entrecerraba un poco los ojos para asegurarse que había medido la cantidad exacta, estaba tan concentrada cuando un susurro con su nombre, el cual había sido tan suave como intenso provoco que todo su cuerpo se sobresaltara y su corazón se acelerara, sus manos temblaban de manera que termino mandando por los aires la taza de harina.
–"!dios! lo que Terry provocaba en su cuerpo con tan solo pronunciar su nombre"
Sentía su cuerpo como gelatina, las rodillas le temblaban sino encontraba algo de lo cual sostenerse caería al piso irremediablemente, como si Terry lo supiera deslizo sus manos sobre su cintura y la estrecho contra su cuerpo.
Un estremecimiento sumamente placentero había recorrido todo su cuerpo al tiempo que sentía las manos de Terry deslizándose por su cintura para después envolverla en un cálido abrazo, suavemente apoyo todo su cuerpo en el por qué ella ya no era capaz de sostenerse sobre sus rodillas, cerró los ojos y permitió que aquel calor la envolviera por completo, en medio del abrazo sintió como Terry apoyaba su cabeza sobre su hombro y soltaba una risilla burlona al tiempo que caía sobre ellos una fina lluvia de harina.
Sin importarles que estuvieran cubiertos de harina ambos se quedaron inmóviles solo percibiendo su propia respiración y el latir acompasado de sus corazones mientras sus cuerpos se acoplaban completamente.
–Que es lo que estás haciendo pecosa?
La voz de Terry sonaba tan dulce y suave en sus oídos que se pregunto si esto no sería un sueño, pero podía sentir el aliento de Terry cosquilleaba en el cuello y sentir sus brazos a su alrededor estrechándola cada vez mas contra su cuerpo, provocando que una ola de calor la envolviera, todas aquellas sensaciones le decían que esto era real y que no estaba soñando, en verdad estaban ahí los dos abrazados en la cocina.
Aunque ciertamente no le molestaba el silencio que se había cernido sobre ellos, aun así tenia curiosidad acerca de que era lo que estaba haciendo Candy en la cocina, por lo que la tomo de los hombros y la hizo girar en sus brazos para dejarla frente a él y poder ahogarse en aquellas esmeraldas y volver a preguntarle.
–que es lo que estás haciendo pecosa?
En cuanto lo tuvo en frente, sus ojos se clavaron en aquella boca que se movía de manera tan seductora mientras de esos labios salían palabras que no podía, que no le interesaba comprender, porque en estos momentos se había olvidado de todo, solo deseaba sentir esos labios sobre los suyos.
Terry esperaba que Candy hablara, pero solo había silencio, por lo que coloco un dedo debajo de su barbilla y el obligo a mirarlo a los ojos al tiempo que volvía a interrogarla.
De estar clavados en aquella boca, sus ojos se toparon con aquellos zafiros hipnotizantes, los cuales la miraban con tanta intensidad que provocaron que jadeara y soltara un pequeño gemido al tiempo que las palabras de Terry entraban en sus oídos.
–que es lo que estás haciendo pecosa?
Como siempre le pasaba cada vez que lo miraba a los ojos, su mente perdía toda lógica por lo que siempre terminaba diciendo o haciendo lo que su cuerpo y corazón deseaban sin importar cuán descabellado fuera y esta ocasión no fue la excepción.
–quiero besarte
Con una sonrisa ladina en el rostro se acerco lentamente a ella, estando a unos escasos centímetros de sus labios él se detuvo como si dudara en besarla, en esos escasos segundos en los el que se mantenía alejado de sus labios, su expectación crecía, su corazón latía desbocado, ¡dios aquello la estaba matando¡, si Terry no la besaba en este instante moriría, estaba por abalanzarse sobre él cuando Terry soltó una pequeña risa para después decirle.
–realmente estas ansiosa, no es así pecas?
Estaba por sacarle la lengua y responderle cuando sus labios cayeron sobre los suyos, con suaves movimientos sintió como sus labios se acoplaban completamente, al tiempo que la instaba a separar ligeramente los labios para así profundizar más el beso, suavemente su lengua se deslizo en su interior recorriendo lenta y pausadamente cada rincón como si quisiera memorizar hasta la última parte, cada toque de su lengua le robaba el aliento y la poca cordura que le quedaba.
Se separaron por la falta de aliento pero sus ojos estaban fijos en los del otro, se miraban con ojos anhelantes y llenos de amor, era una mirada tan intima la cual solo puede tener dos corazones que se han fundido en un mismo ser, fascinada por la sensación que recorría su cuerpo en momentos tan íntimos como este suavemente se recargo su cabeza en su hombro al tiempo que lo abrazaba.
Sus sentidos zumbaban en todo su cuerpo, estaba deseoso por tener a Candy aun más cerca pero sin embargo era más su curiosidad por saber que había estado haciendo Candy en la cocina, por lo que volvió a preguntarle.
‒no vas a decirme que estás haciendo, pequeña pecosa?
‒mmmm
Aun envuelta en sus brazos pudo notar como Candy se encogía entre sus brazos, como si estuviera apenada, aquella reacción solo servía para alentar su curiosidad por lo que resuelto a descubrir que era lo que le ocultaba Candy suavemente acerco mas su rostro y con la punta de su nariz acaricio su cuello al tiempo que volvía a preguntarle.
‒no vas a decirme, pecosa?
Menudo tramposo, sabía que sus caricias le cortaban la respiración y le robaban cualquier lógica, sus sentidos estaban tan embotados que no pensaba, solo deseaba sentir más, por lo que arqueo su cuerpo y hecho la cabeza hacia atrás para así mayor acceso de su cuerpo a Terry.
Al notar la reacción de Candy ante tan suave caricia Terry detuvo su avance y ligeramente se separo de ella aunque hacerlo le costaba mucho más trabajo de lo que el suponía, ya que su cuerpo mismo protesto cuando la alejo de él.
Al percatarse que Terry detenía sus avances trato de acercarlo más a su cuerpo con sus manos pero Terry al notarlo, suavemente le detuvo las manos a escasos centímetros de su cuerpo, extrañada por la situación abrió los ojos de golpe y lo miro confundida, no sabía que pasaba y temía haber hecho algo que lo molestara.
En cuanto sus ojos se cruzaron comprendió que todo se debía a un juego ya que los ojos de Terry brillaban con intensidad y en su rostro había una sonrisa torcida, además de que le dedicaba una mirada llena de deseo, el tal el deseo que la hacía ruborizar de pies cabeza.
Aquel rubor que cubría las mejillas de Candy solo servía para incrementar su deseo, obligándose a controlar sus impulsos le dijo
‒vamos Candy dime que es lo que estabas haciendo para que podamos continuar
Como si pudiera ser posible Candy enrojeció aun más mientras que su boca se abría una y otra vez sin que pudiera articular palabra alguna.
Lentamente Terry con un dedo recorrió su cuello justo en la zona en la que se ponían notar los latidos acelerados de su corazón, y que en estos momentos parecía estar a punto de explotar mientras lo escuchaba decirle.
‒Candy?
Antes de que su cuerpo pudiera registrarlo nuevamente abrió la boca.
‒es que ….. No te lo puedo decir porque… es una sorpresa….. Y si te lo digo ya no lo seria o sí?
‒una sorpresa para mí?- pregunto Terry aun más curioso y decidido que antes porque si la sorpresa era para él estaba más que resuelto a descubrirla.
Candy solo asintió con la cabeza mientras colocaba un dedo sobre sus labios y hacia amago de no decir nada más.
‒así que no vas a decirme pecosa?- pregunto Terry a lo cual Candy solo respondió negando con la cabeza
‒Ya veremos…- dijo Terry mientras entrecerraba ligeramente los ojos y mostraba una sonrisa picara mientras se acercaba lentamente a ella.
Por la mirada y los movimientos felinos, sabía que Terry tenia la firme determinación de hacerla hablar y que estaba dispuesto a todo, así que antes de que Terry pudiera tomarla en sus brazos y hacer lo que quisiera con ella, retrocedió un paso y otro más al percatarse que Terry estaba cada vez más cerca, instintivamente camino hacia atrás tratando de permanecer fuera de su alcance.
‒así que no me dirás Candy?
‒Nnnoo …. No lo hare.- dijo Candy mientras retrocedía un paso más.
Candy siguió retrocediendo hasta que pronto no pudo hacerlo más, había estado tan concentrada observando a Terry que no se había dado cuenta siquiera de que se había dirigido poco a poco hacia una esquina y ahora estaba acorralada entre la pared, la alacena y por Terry.
‒Parece que te has quedado sin lugar al cual huir pecosa, ¡estas a mi merced!
Candy trago saliva mientras trataba de pensar en cómo salir de aquella esquina.
‒ultima oportunidad, vas a decirme o no pecosa?
Candy no podía hablar solo pudo negar con la cabeza.
‒bien, ¡tu lo pediste!
En el momento en que las palabras de Terry perpetraron sus oídos cerró los ojos mientras esperaba que su cuerpo registrara algo, un beso, una caricia, algo lo que sea que Terry tuviera en mente, estaba a la expectativa, pero el tiempo transcurría y no pasaba nada por lo que lentamente abrió los ojos y observo como Terry estaba enfrente de ella y la observaba con una mirada enigmática.
Creyendo que Terry no haría nada, se relajo cuando de pronto sintió las manos de Terry en sus costados y comenzaba a hacerle cosquillas.
‒Ja! Que creíste que te dejaría escapar?
‒jajajajajajajajaja ¡basta! jajajajajajajaja
‒Terry no jajajajaja cosquillas no jajajajaja
‒vamos dímelo pecosa?
‒jajajajaja ¡ya! Jajajajaja ¡basta Terry! Jajajajaja
‒dímelo Candy?
‒jajaja está bien jajajajaja me rindo jajaja te diré jajaja te diré.
Después de unos momentos en los que Candy recobro el aliento, Terry la tomo de la mano y la guio de vuelta a la mesa.
‒Y bien pecosa, que pensabas hacer con todo esto?- dijo Terry mientras hacia un ademan con la mano.
Después de hacer un puchero Candy le dijo
‒Uff era una sorpresa pero pensaba…. cocinarte …..Un pastel.-dijo Candy mientras envolvía nerviosamente las manos en los pliegues de su bata.
Escuchar que Candy deseaba cocinar especialmente para él lo hizo sentirse conmovido, pues nunca nadie antes se había tomado tal molestia, por lo que se acerco a ella y suavemente tomo sus manos y las beso tiernamente.
Por unos instantes ambos se quedaron así mirándose sin decir palabras, mientras Terry se ahogaba en esas esmeraldas un recuerdo llego a su mente, se trataban de algo que le había dicho su mejor amigo y ahora cuñado, Albert.
Flashback.
A un día de su boda se había reunido con Albert en su apartamento para celebrar su última noche de soltero y la tarde había discurrido entre bromas y copas, casi al final de la velada Albert le había dicho.
̶ si vas casarte con mi hermana debes tener estomago de hierro o mejor dicho no tenerlo.
̶ ¡bah! No puede ser tan mala
̶ ¡Ja! No me creas pero ya lo comprobaras tu mismo y me darás la razón….. Eso si es que vives para contarlo.
Fin del flashback
Recordando las palabras de Albert y movido por la curiosidad de querer saber que tan mala era Candy en la cocina le dijo.
̶ Y dime Candy como pensabas hacer ese pastel?
̶ pues ya tenía todos los ingredientes e iba a empezar a mezclar los ingredientes cuando tú llegaste.- dijo Candy mientras se encogía suavemente de hombros.
̶ bien veamos que tenemos aquí?
̶ leche, huevo, mmmm no veo la harina, ¿pensabas hacer un pastel sin harina?.- dijo Terry mientras miraba los ingredientes que estaban sobre la mesa.
̶ la tenia pero ha volado por el aire y me ha caído encima gracias a cierto chico.- dijo Candy mientras le hacía notar a Terry por primera vez que estaba toda cubierta de harina a lo cual Terry respondió con una sonrisa mientras con una mano le sacudía suavemente un poco de harina que tenia sobre la cabeza.
̶ ya vamos, no te quejes tanto pecosa y dime que más tienes aquí?
Después de hacer un puchero Candy le dijo.
̶ Pues hay mantequilla, canela, vainilla, azúcar glas.-a medida que Candy iba mencionando los ingredientes se los iba acercando a Terry para que pudiera verlos.
̶ Y por último el ingrediente principal ¡chocolate!.- dijo Candy mientras introducía un dedo en el chocolate para después llevárselo a la boca.
Candy saboreaba el chocolate mientras Terry la miraba enarcando una ceja y con voz seria le decía.
̶ yo diría que mas que prepararme un pastel deseas deshacerte de mi
Candy trago en seco ante las palabras de Terry, no sabía que quería decir con eso.
Terry miraba con ojos divertidos la expresión estupefacta de Candy, no pudiendo resistirse más, después de soltar una leve carcajada le dijo.
̶ Eso lo digo porque esto no es canela es comino y esto no es vainilla es salsa de soya, además de esto es bicarbonato y no azúcar glas.
Candy enmudeció no sabía que decir, estaba apenada.
─eeee este yoo ….. Mmmm…. No sé qué decirte.
─pues simple pecosa di que querías asesinarme- dijo Terry mientras se encogía de hombros como si aquello no tuviera importancia.
─ ¡Terry!
Candy no pudo decir más ya que Terry rompió a reír a carcajadas ante su atónita mirada.
─jajajajajajajaja.- Terry se sujetaba el estomago mientras trataba de contener la risa pero simplemente no podía.
─!Terry! … no te rías...- decía Candy mientras trataba de no reírse pero simplemente le fue imposible no unirse a Terry.
Cuando por fin pudo dejar de reírse y recobrar un poco el aliento, suavemente Terry coloco una mano sobre el hombro de Candy para después decirle.
─Albert tenía razón.
─Albert?.- pregunto Candy mientras se preguntaba dónde estaría su hermano ahora
─si Albert me advirtió que eras un peligro en la cocina y yo no le creí pero es verdad jajajajaja.
Candy hizo un mohín para después sacarle la lengua mientras adoptaba una postura digna y se prometía a si misma que haría pagar a Albert por decirle eso a Terry.
De pronto sintió el suelo desaparecer por debajo de sus pies por lo que soltó un pequeño grito
─ ¡Terry!
─sabes? Aun no quiero morir así que te mantendré alejada de la cocina.- dijo Terry mientras la acunaba entre sus brazos y comenzaba a salir de la cocina.
─¿Qué haces? ¡Bájame! ¿Adonde me llevas Terry?
─te llevo donde pueda quitarte toda esa harina y todo lo demás que traes puesto.- dijo Terry mientras le guiñaba un ojo y le dedicaba una sonrisa picara.
─Terry pero yo…
Haciendo caso omiso de lo que decía Candy, Terry siguió con ella entre sus brazos su camino hacia su habitación.
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En cuanto Ruth percibió la presencia de Terry en la cocina procuro dejarlos a solas, por lo que había instado a la cocinera y a las dos mucamas por medio de señas a salir para que la intimidad de sus patrones no se viera interrumpida.
Asegurándose de que nadie se aproximara y los interrumpiera, se había quedado parada afuera de la puerta de servicio, las paredes eran gruesas pero aun así se filtraban atreves de los muros las risas y las palabras dichas en voz alta, sintiéndose que violaba la privacidad de sus patrones se alejo de la puerta y se puso a mirar con aire ausente por la ventana.
"Era un lindo día, el sol brillaba sobre los botones de las rosas que últimamente estaban floreciendo gracias a los cuidados que la señora Candy les daba, en los últimos meses muchas cosas habían cambiado y no solo había florecido el amor entre sus patrones sino todo y todos de alguna manera también habían florecido, o casi todos"
pensaba Ruth cuando de pronto en su mirada se cruzo, una caballera rubia deslustrada y descuidada, con un suspiro reconoció la escueta silueta de Susana, la chica se paseaba por el rosedal como si fuera un alma en pena, su mirada estaba clavada en el piso, su piel había adquirido un tono mortecino, aunque ciertamente verla causaba pena a cualquiera había algo que le parecía extraño y le hacía pensar que algo tramaba, por lo cual se dijo así misma que valdría la pena tenerla vigilada con el fin de que no causara más dificultades en el matrimonio de sus patrones.
Cuando por fin cesaron las risas, tímidamente entreabrió la puerta para asegurarse de que la cocina se encontraba vacía y cuando así fue todos regresaron a sus deberes.
Estaba por tomar una cesta y doblar la ropa recién lavada cuando escucho que alguien llamaba a la puerta con enérgicos golpes.
Sorprendida por la situación se apresuro a abrir la puerta, en cuanto vio quien estaba en llamaba a la puerta le sorprendió mucho, en el quicio de la puerta una chica que se encontraba con las mejillas enrojecidas debido al esfuerzo, la joven respiraba entrecortadamente y difícilmente podía hablar por lo que después de unos segundos en los que pudo tomar aire empezó a hablar de forma intempestiva.
─!el doctor! Esta el doctor?, rápido es una emergencia.
─si, espera aquí voy por el.- dijo Ruth mientras echaba a correr por las escaleras.
Con el corazón brincándole en el pecho logro llegar a la recamara de su patrones, sabía que interrumpiría algo, pero era una emergencia y necesitaban a un doctor, respiro hondamente antes de llamar a la puerta.
─toc, toc.-
Espero pero no hubo respuesta por lo que volvió a llamar pero al no recibir respuesta, decidida giro el pomo y abrió la puerta solo lo suficiente para descubrir que la habitación estaba vacía, estaba por salir de la habitación y buscarlos en otro lado cuando escucho voces provenientes del baño, sin dudarlo se acerco y llamo a la puerta.
─toc, toc, toc.
─!ahora no!.- respondió una voz masculina mientras se escuchaban pequeñas risitas
─!señor! se trata de una emergencia.- aun más nerviosa e incómoda dijo Ruth
─que tipo de emergencia?.- se oyó de nuevo una voz masculina
─está aquí una chica, la cual lo busca y dice que se trata de una emergencia que necesita de un doctor urgentemente.- aun estaba hablando cuando se escucho el sonido del golpeteo del agua y poco después se abrió la puerta para dejar a la vista a su joven patrón envuelto en una bata de baño.
─ayúdela a salir de la bañera.-dijo Terry mientras pasaba junto a ella.
Rápidamente entro en el cuarto de baño y ayudo a Candy a salir de la bañera para después ayudarla a ataviarse en un sencillo vestido color rosa pálido.
Después de que dejara Candy en las manos de Ruth, Terry se enfundo lo mas rápido que pudo en unos pantalones y una camisa, con el cabello goteando sobre sus hombros y la camisa a medio abrochar salió de la habitación con pasos acelerados.
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vestida con su pulcro e impecable uniforme parada junto a la puerta se encontraba Flammy, con la vista clavada en las escaleras esperaba que en algún momento por esas descendiera el doctor, mientras sentía el lento transcurrir el tiempo dejo escapar un leve suspiro, sabía que debía mantenerse en calma pero ya comenzaba a desesperarse y poco a poco dejaba traslucir lo nerviosa y angustiada que se encontraba y el silencio que la rodeaba solo incrementaba su inquietud por lo que comenzaba a frotarse nerviosamente las manos, tenía poco de haber llegado pero los minutos se habían alargado tanto que le parecía que llevaba horas esperando que apareciera el doctor.
Con cada minuto que pasaba estaba más desesperada e intranquila, por lo que se preguntaba sino debía ir ella misma a buscar al doctor, le había dicho a la mucama que era una emergencia pero que podía saber ella cuan urgente era la situación, tal vez debió haberle dicho que la vida de dos personas dependía de esto, o tal vez debió ser ella quien fuera a buscar al doctor personalmente, frotándose nerviosamente las manos se dijo así misma que no había tiempo que perder por lo que se ajusto los lentes y se preparaba para subir por aquella escalera cuando de pronto escucho el fuerte sonido de pisadas que descendían rápidamente, soltando un suspiro, agradeció mentalmente que el doctor pronto estaría aquí.
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Descendió a toda prisa los escalones mientras se preguntaba qué era lo que pasaba, ¿Cuál era la emergencia?, ¿Quién estaría herido?, ¿y si había una emergencia por qué no se había hecho cargo el doctor Martin?, ¿o acaso seria el herido o enfermo?, planteándose una lista de posibles enfermedades y tratamientos atravesó a toda prisa el salón para encontrarse con Flammy, aun se encontraba a medio camino cuando Flammy le dijo.
—¡doctor por favor venga conmigo! Es una emergencia
—¿Qué es lo que sucede?, ¿Cuál es la emergencia?.- pregunto Terry
—no hay tiempo que perder, vamos le explicare en el camino.
—no puedo ir si no me dices que se trata, debo estar preparado con todo lo necesario
─no se preocupe yo me he encargado de todo, solo que el asunto se ha complicado y necesito un doctor.
Terry no contesto solo la miraba con ojos inquisitivos, sabía que Flammy era una enfermera muy capaz pero aun así le preocupaba.
−no hay tiempo que perder, confié en mi se lo pido, la vida de una mujer depende de que no perdamos mas el tiempo.
Tanto su naturaleza medica como humana le decía que no podía negarse y menos cuando sabia que la vida de una mujer corría peligro, por lo que simplemente le dijo.
−está bien vamos.
Sin perder tiempo Flammy si giro y salió por la puerta, Terry la seguía de cerca cuando escucho la voz de Candy que le decía.
−!Terry espera! Voy contigo.
Ver a Candy a la mitad de la escalera le hizo saltar el corazón, descendía apresuradamente mientras Ruth a cuestas trataba de anudar las cintas del vestido a su espalda, se alegraba de verla por lo que le sonrió mientras le tendía una mano.
Justo en el ultimo escalón Candy se detuvo y se giro para decir algo al oído a Ruth a lo cual esta solo respondió asintiendo la cabeza mientras le decía algo en voz baja, desde aquella distancia no podía saber que era lo que decían entre labios Candy y Ruth pero recordando que no tenía más tiempo que perder insto a Candy a apresurarse.
‒!vamos Candy no hay tiempo!
Ambos tomados de la mano salieron de la mansión y subieron a la carreta que Flammy llevaba, apenas estuvieron sobre la carreta Flammy había halado las riendas a los caballos y estos habían salido a todo galope.
−bien Flammy dime de qué se trata?.- pregunto Terry una vez que estuvieron en camino
−pues vera doctor se trata de ….
Flammy comenzó a hablar y a explicar la situación a Terry.
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Después de viajar por más de diez minutos a toda velocidad por fin se encontraban frente a una pequeña granja, en cuanto el carruaje se detuvo Flammy bajo de un salto y procedió a llamar a la Puerta con golpes frenéticos.
—¡Marianne! ¡Marianne! Soy Flammy traje al doctor
Como respuesta al llamado de Flammy salió un pequeño de seis años que lloraba profusamente mientras corría hacia Flammy y le decía
—¡Mi mami! A mi mami le duele mucho.
—lo sé pequeño pero traje al doctor y el ayudara a tu mami y a tu hermanito.- decía Flammy mientras trataba de hacer a un lado al pequeño para que pudieran pasar al interior de la pequeña casa.
Terry se acerco al pequeño y le dijo
—no te preocupes pequeño yo ayudare a tu madre.- le dijo mientras le acariciaba suavemente la cabeza
—tu… me … lo prometes?-pregunto el pequeño mientras con una manita se limpiaba las lagrimas que caían por sus mejillas
−si pero ahora vamos, llévame con tu madre..- dijo Terry mientras tomaba de la mano al pequeño y este lo conducía al interior de la casa.
El pequeño los había conducido a un pequeño cuarto que se encontraba al final de un pasillo, lentamente el pequeño abrió la puerta dejando al descubierto una cama donde reposaba una mujer que gemía lastimeramente mientras con una de sus manos sujetaba su enorme vientre mientras que con la otra se hacía con fuerzas de las sabanas, después de unos segundos la mujer hablo entrecortadamente.
−!Fla…mmy re…gresas…te!
− te dije que lo haría y que traería conmigo al doctor.
La mujer no pudo contestar ya que en ese momento tuvo una contracción y solo pudo soltar un grito de dolor.
Al escuchar a la mujer gritar de dolor Terry se acerco a la cama y observo cuidadosamente a la mujer, tenia mueca de dolor y algunos mechones de cabello húmedo que se le había pegado a la frente*
Con sumo cuidado Terry había puesto una mano sobre la mano de la mujer por lo cual esta abrió los ojos desmesuradamente mientras estrujaba fuertemente la mano que le tendía y gemía lastimeramente.
!aguanta, aguanta Marianne! el doctor te ayudara ahora mismo.
La mujer solo pudo asentir con la cabeza mientras trataba de soportar el dolor.
−!Candy ven aquí! Toma la mano de Marianne.- Terry le pidió a Candy que se acercara ya que se había quedado parada en la puerta.
Candy se acerco a la mujer y lentamente tomo su mano y la envolvió con las suyas.
−bien voy a revisarte Marianne.- le dijo Terry mientras procedía a descubrir su vientre y sus piernas.
Tranquila, tranquila, ….aguanta.-le dijo Terry mientras apoyaba cuidadosamente las manos sobre su piel estirada ardiente y seca.
Frunciendo el entrecejo siguió palpando el hinchado vientre por todos lados y de reojo observaba las reacciones de la paciente, de Flammy y de Candy, y esta última lo observaba cuidadosamente mientras en su rostro se leía claramente los deseos enormes que tenia por ser útil.
-bien- dijo Terry después de suspirar se levanto de la cama ya que por fuera no podía ver nada mas.- hagamos la exploración interna.
Tocándola suavemente comenzó a palpar el vientre hinchado, mientras la mujer gemía, se estiraba, crispaba los dedos, arrugaba las sabanas, Terry sabia que esto era sumamente doloroso para ella pero era necesario para saber en qué posición se encontraba la criatura.
Después de palpar el vientre de la mujer, Terry suspiro pesadamente pues sabía que el trabajo de parto no seria fácil para la criatura ni para la madre, el niño se encontraba en posición transversal, una de las posiciones más complicadas.
Durante sus viajes había atendido algunos partos pero ninguno en una situación y posición tan complicada como esta.
Suavemente se acerco a la mujer y le dijo
—no te mentiré, tu bebe esta en mala posición y no puede nacer, por lo que tendré que acomodarlo para que pueda nacer, pero el hacerlo es muy peligroso tanto para la criatura como para ti, pero hare todo lo posible para que tu y tu bebe estén bien.
—no ….. Importa lo que…. tengas que hacer….. Pero salva a mi bebe…. sálvalo.- decía Marianne mientras miraba a los ojos al doctor.
Terry volvió a suspirar mientras sujetaba las manos de Marianne le dijo a Flammy.
—Flammy prepara todo, haremos un viraje.-dijo Terry
Inmediatamente Flammy comenzó a traer a la habitación toallas y sabanas limpias así como una palangana con agua caliente, también había traído algunos cuantos instrumentos como tijeras, bisturí, agujas, gasas, alcohol, y un poco de anestesia.
Cuando todo estuvo listo, Terry se lavo y se coloco los guantes mientras que Flammy le decía los signos vitales de la paciente.
—pulso 85 por minuto, respiración 15 por minuto, tensión arterial 130/80 mm/hg.
−bien, ahora verifica la dilatación de la paciente.- pidió Terry.
−11cms doctor.
Mientras Terry y Flammy intercambiaban palabras de las cuales Candy no entendía, solo se quedo observando mientras se hacia la nota mental de pedirle a Terry que le explicara todas aquellas palabras raras.
Aunque Flammy estaba ocupada atendiendo a la paciente pudo ver la expresión confundida de Candy y por ella se daba cuenta que Candy seguía siendo una ignorante, cosa la cual la molestaba aun mas, por que ciertamente para ella, Candy solo era una niña rica que estaba encaprichada con ser enfermera y estaba segura que esto para ella era solo un juego y eso era algo que no podía tolerar por lo cual ella en cada oportunidad que tenia se encargaba de demostrarle y hacerle notar que no tenía las cualidades necesarias para ser una enfermera y esta ocasión no iba a ser la excepción por lo cual siguió hablando en términos médicos.
‒¡calma Marianne! Trata de respirar más lentamente o te hiperventilaras.- le dijo Flammy a la paciente mientras esta comenzaba a respirar agitadamente.
‒!no … puedo respirar!- Marianne hablaba entrecortadamente.
Acercándose a la paciente Flammy volvió a revisar los signos vitales de la paciente.
‒!doctor! la paciente presenta taquicardia, disnea y las contracciones cada vez son más seguidas.-llamo Flammy a Terry.
Terry se apresuro a lavarse y a decirle a Flammy que se alistara para la operación mientras que podía oír a Candy decirle a Marianne.
-¡Aguanta, Aguanta! –Candy balbuceaba tiernamente mientras quitaba un mecho de cabello de su rostro.- El doctor te ayudara ahora mismo.
-no tengo fuerzas…., no …. ¡Ya no tengo fuerzas!...!no lo soportare!.- decía Marianne mientras hacía con fuerzas las manos de Candy.
-no temas, no temas.- balbuceaba Candy.
-¡lo soportaras!.- dijo Flammy mientras se acercaba con una jeringuilla en las manos.-ahora te darte algo… No sentirás nada.
Con un fondo de gemidos y lamentos la decisión ya se adueñado de él y tenía en la cabeza un plan firme y determinado aun cuando nunca había realizado un viraje, estaba determinado a salvar a la mujer y a su hijo por lo que mentalmente repasa sus clases de medicina.
"debía introducir una mano y con la otra ayudarse desde afuera para ejecutar el viraje, cuidadosamente e insistentemente debía hacer bajar una piernecita y tirando de ella extraer al bebe"
-¡ah! ¡Ah!.- grito de pronto la mujer, durante unos segundos se agito tratando de apartarse de Flammy la cual en estos momentos la anestesiaba.
Con paso firme y determinado Terry se planto frente a la mujer que reposa en la cama y dijo.
-bien comencemos.
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En un charco de sangre, con los brazos ensangrentados hasta el codo trataba de quitar las sabanas con manchas sanguinolentas, coágulos rojos y bolas de gasa, se encontraba Terry mientras mantenía la vista clavada en Flammy.
Flammy tenía al recién nacido y le daba golpecitos, el bebe estaba callado, su cabeza parecía sujeta por un hilo colgaba sin vida y se balanceaba de un lado a otro… pero de pronto se escucho algo como un chirrido o un gemido y después se oyó el primer grito ronco y débil.
!está vivo! Esta vivo!- murmuro Candy exhalaba visiblemente aliviada.
Al escuchar la suave voz de Candy Terry se giro y la miro y lo que vio en su rostro lo maravillo.
Lo miraba fijamente con ojos brillosos y una sonrisa iluminada, su expresión era de tal asombro que era como si hubiera contemplado un milagro, un poco cohibido por la mirada de adoración que Candy le dedicaba, se acerco a Marianne que en estos momentos se encontraba despertando de los efectos de la anestesia, tomando sus signos vitales le dijo.
‒despierta mujer, abre los ojos y conoce a tu hijo.
En ese momento se acercaba Flammy con el recién nacido envuelto en una sabana, el cual haciendo usos de sus pulmones saludaba a su madre.
Flammy entrego al recién nacido a la madre y después se acerco al doctor para felicitarlo por la operación.
doctor, ha hecho usted muy bien el viraje con mucha seguridad.
Terry exhalo visiblemente exhausto pero plenamente satisfecho de su labor pues había puesto todo su esfuerzo en salvar a aquella mujer y a su hijo y se sentía vencedor de haberlo logrado.
‒aunque después de una operación tan complicada hay que esperar a ver qué ocurre después.- dijo Terry
‒si lo sé doctor, pero yo misma me quedare a cuidarla.- dijo Flammy
‒bien me parece bien, mandare a alguien de la mansión para que la ayude y puede llamarme en caso necesario, si algo sucede no dude en llamarme entendido?- dijo Terry mientras se lavaba.
‒si doctor así se hará.- dijo Flammy mientras asentía con la cabeza.
Después de lavarse Terry salió de la habitación y busco al pequeño que los había recibido cuando llegaron, sabía que debía estar asustado y preocupado por su madre por lo que empezó a llamarlo.
‒¿pequeño?, ¿donde estas?.-
Terry deambulaba por la pequeña estancia buscando al niño ya que tenia algunos minutos buscándolo, estaba por buscar en otra habitación cuando lo encontró acurrucado detrás de un gran sofá, el niño estaba hecho un ovillo sobre el suelo de madera, el niño tenía el rostro oculto entre sus manos mientras con voz suave y entrecortaba llamaba a su padre.
‒!papa! regresa pronto, ven rápido que mami te necesita.
Terry conmovido se acerco al pequeño y le acaricio la cabeza mientras le decía.
‒no temas pequeño, tu madre está bien.
En cuanto el niño lo escucho se descubrió el rostro dejando ver que por sus mejillas corrían sendas lágrimas, con ojos llenos de esperanza el niño le pregunto.
‒Deveras?
‒si, por que no vienes conmigo y conoces a tu hermanito.- dijo Terry mientras tomaba entre sus brazos al pequeño y lo conducía a la habitación.
Iba a la mitad del pasillo cuando Terry le pregunto al niño.
‒y tu padre pequeño?
‒papa fue a vender la cosecha y regresa mañana. Dijo el pequeño.
En cuanto entraron en la habitación el pequeño salto de los brazos de Terry y corrió hacia su madre a la cual abrazo fuertemente.
Sin decir palabra alguna Candy se había acercado a Terry y delicadamente poso su cabeza en el hombro de Terry mientras con ojos atentos observaban la reunión entre madre e hijo.
Después de examinar por última vez a la madre y al pequeño Terry salió de la pequeña casa en compañía de Candy que desde hace un rato se mantenía callada aunque en su rostro había un sonrisa, Terry se preguntaba en que estaba pensando.
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Terry y Candy habían recorrido el camino a casa en completo silencio y a paso apresurado pues cuando salieron de casa de Marianne había anochecido.
En cuanto llegaron a la reja de la mansión, Terry se detuvo y le dijo a Candy.
‒vamos pecosa baja.-
‒pero….. Por qué?.- pregunto Candy visiblemente confundida.
‒no te preocupes pecosa, pero ya es tarde y debo ir al pueblo a avisar al doctor Martin lo que ha ocurrido esta tarde.- dijo Terry mientras ayudaba a Candy a desmontar del caballo.
Candy estaba por decir que lo acompañaría sin importar lo tarde que fuera pero de pronto recordó el favor que le había pedido a Ruth, por lo que bajo del caballo y le dijo.
‒está bien me quedare, pero regresa pronto…
‒que acaso me extrañaras?.- pregunto Terry enarcando una ceja
‒naa.- dijo Candy mientras hacia un mohín pero cuando en realidad ya empezaba a extrañarlo.
Antes de que Terry le respondiera le dijo.
‒cuando vuelvas te tendré preparada una sorpresa.- dijo Candy mientras lo empujaba suavemente y lo instaba a marcharse.
‒está bien, me voy, solo espero que no cocines.- dijo Terry para después soltar una pequeña risa.
‒!Terry!.- dijo Candy pero su voz quedo ahogada por el galopar apresurado del caballo que en estos momentos se alejaba de ella.
Continuara…..
Próximo capítulo 33 parte III sección B.
*fragmentos tomados del libro morfina de Mijaíl Burgákov.
Nota del autor:
Antes que nada una disculpa a todas aquellas que me leen, y más aun aquellas que me pisan los talones siempre pidiéndome que actualice pronto, gracias a todas ustedes que me leen y me dejan un review al menos para decirme que me apure y actualice, gracias a todas.
También gracias a todas las chicas que me han añadido como favorito y que siguen esta loka historia y gracias a las chicas que se han dado una vuelta por mi otra loka historia "un amor atraves de las lunas", gracias por sus reviews.
Nathalie: una disculpa del tamaño del mundo pues en este cap. te prometí una de esas escenas que tanto te gustan, y no creas que se me olvide solo que este cap. Me quedo kilométrico y lo dividí en dos partes y bueno en la sección "b" ahí estará esa escena que te prometí, así que aun estoy en deuda contigo.
Me van a matar si ya lo sé, claro la mayoría de ustedes ya quiere ponerme la soga al cuello por andar desaparecida tanto tiempo, y no es para menos, pero pues bueno tuve una que otra zancadilla que después de mucho esfuerzo por fin salte, aquí estoy para lo que sigue.
Bueno con respecto al capítulo les digo pues este es uno de lo que más trabajo me ha costado y bueno la escena de la cocina se me hizo eterna aunque eso si la disfrute palabra por palabra, y bueno como notaron tome y adapte unos fragmentos de otro libro muy bueno lo recomiendo mucho, se que la escena del parto fue para muy compleja y complicada porque pues en ese sentido mi experiencia es nula así que espero que aquellas que ya son madre puedan llenar con su imaginación y vivencias los huecos que con palabras no pude llenar.
Bueno sin más por el momento me despido y nos leemos pronto.
Atte. Kika White.

Capitulo 33 parte III sección B.

Un amor inesperado.

Esqueletos al descubierto parte III seccion B.

Capitulo 33 parte III sección B.

Esta parte es solo un complemento del capítulo anterior así que no será muy largo pero sucederán cosas interesantes.

"los personajes de Candy Candy no me pertenecen son propiedad de Kyoko Mizuky e Igarashi, ahora que si fueran míos, Terry, Albert, Anthony, Stear, Archie, serian solo para mi y no los comparto, (jojojojo así o mas aborazada) escribo esto sin fines de lucro, es solo entretenimiento y desvaríos de una mente desquiciada. "

Lakewood, América.

En medio de una nube de polvo, rodeada solo por el silencio de la noche, mantiene la vista clavada en la figura que poco a poco es tragada por la oscuridad, conforme pasa los segundos puede sentir como se va esfumando el calor de su corazón y poco a poco va siendo reemplazado por una fría corriente que la estremece hasta los huesos, tratando de mantener el calor se envuelve con sus propios brazos mientras lentamente desde el fondo de su ser deja salir un suspiro, al tiempo que pide al cielo que Terry no tarde.

Camina por el sendero de manera pausada mientras mantiene la vista clavada en el césped que pisan sus pequeños pies, hace minutos que Terry se ha marchado pero ya lo echa de menos, como quisiera que en estos momentos la cobijaran sus brazos y que le brindara aquella sonrisa que le calienta la sangre, de solo pensarlo, un rubor cubre sus mejillas y la hace sonreír ampliamente mientras recuerda que debe preparar la sorpresa de Terry con energías renovadas sonríe para sus adentros y camina hacia al interior de la mansión.

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Ocultas detrás de un rosedal se encuentran Susana y su madre, las cuales llevan horas ocultas en las sombras esperando el regreso de Terry y Candy.

‒!no, no puede ser! Terry se ha ido y ahora que haremos mama?.- dice Susana al contemplar que Terry se aleja a todo galope de la mansión.

‒haremos lo que tenemos planeado.- dice su madre

‒pero no tiene caso si Terry no está, mama.- dice Susana.

‒mmmm tal vez sea mejor así, puede que incluso sea más fácil .- dice su madre mientras ve de reojo el caminar pausado de Candy por el jardín.

‒no, no lo creo, será mejor que lo dejemos para mañana, mama.- dice Susana mientras trata de salir de su escondite

‒!no! Susy esta es nuestra oportunidad, no podemos desaprovecharla, ven Susy hagámoslo de una vez.- dice su madre mientras retiene a Gusana por uno de los brazos

−¡buff! esta bien mama, pero no le veo el caso.-dice Susana

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Con la luz de luna como guía, camina lentamente por el sendero tapizado de adoquines color rojo, mantiene la vista clavada en el suelo mientras repasa mentalmente lo planeado para esta noche.

−mmmm la cena con los platillos favoritos de Terry, las velas, una botella de vino, dos copas, rosas y la rop….

En medio de sus cavilaciones escucha un susurro cerca del rosedal y aunque esta oscuro nunca ha temido a la oscuridad por lo que decide acercarse a inspeccionar de que se trata.

Con cada paso que da esta mas cerca del rosedal y puede oír mas claramente las voces de dos mujeres que parecen discutir.

‒!vamos Susy déjame ayudarte!

‒Nnnoo ….. Mamma … es mi trabajo… yo lo hare .. ..Sola.- dice Susana mientras trata de arrastrar por el camino una pesada cesta cargada de leña.

A pesar de que esta oscuro desde aquella distancia Candy puede observar que Susana se encuentra sumamente demacrada, luce una figura desgarbada y escuálida, bajo la luz de la luna puede observar el tono mortecino de su piel y como su cabello se encuentra hecho un estropajo, de no ser porque Susana se mueve daría por sentado que se trata de un cadáver, Candy se queda atónita ante la imagen fantasmal de Susana.

−¡Susy vamos no te fuerces mas! Déjame ayudarte hija mía!.- dice la madre de Susana al borde de las lagrimas.

Al escuchar la voz quebrada y el tono desesperado que emplea la madre de Susana, siente como en su interior su corazón se encoje, al igual que sus pulmones, no solo siente que le falta el aire sino que siente un profundo dolor y pena por aquella chica, viendo el esfuerzo que le supone a la pobre chica arrastrar aquella pesada carga de leña sumamente conmovida Candy sin dudarlo se acerca a ella.

Desde la distancia Gina Marlowe tuerce su boca en una sonrisa maliciosa al percatarse que Candy observa la escena sumamente preocupada, por lo que se acerca a Susana y le susurro al oído.

‒!la tenemos!, ha caído.

Escuchando a su madre, Susana empezó a respirar entrecortadamente, simulaba tirar con todas sus fuerzas de la cesta mientras empezaba a soltar pequeños jadeos por el esfuerzo.

‒!no! espera si sigues haciendo eso te lastimaras.-dijo Candy acercandose a Susana y a su madre.

Susana sonríe maliciosamente cuando escucha la voz de Candy a sus espaldas, como lo había dicho su madre, la tonta ha caído, ahora solo quedaba tomar el leño y darle un buen porrazo en la cabeza, sí, eso es lo que le gustaría hacer pero su madre tiene otros planes y a sabiendas que su madre no le dejaría hacerlo prosigue con su actuación.

Al estar de frente a Susana observa que no solo esta pálida sino que sus ojos están hundidos y están rodeados por un halo color malva, aun en la oscuridad puede ver la apariencia tan desmejorada de Susana, si antes creía que Susana era una chica frágil ahora parecía una varita de nardo apunto de quebrarse, sin lugar a dudas Susana se encontraba por lo menos enferma y siendo así no debería estar haciendo cosas tan pesadas, piensa Candy en sus adentros.

‒Susana permíteme ayudarte.- dice mientras trata de tomar la cesta por uno de los extremos.

Percibiendo la acción de Candy, su madre se adelanta y le dice.

‒!oh no! No hace falta señora, no podríamos abusar así de usted y de la generosidad de su esposo.- dice mientras toma uno de los extremos de la cesta, evitando así que Candy descubra que todo es una farsa y que la cesta está repleta de mantas y solo lleva leños en su superficie.

‒no… se …..Moleste señora…. Yo …. Puedo hacerlo… no se preocupe por mi.- dice Susana mientras finge hacer un esfuerzo aun mayor tratando de tirar de la cesta.

‒pero …

‒no queremos dar molestias señora ya es demasiado la generosidad de su esposo al permitirnos quedarnos aquí después del grave error que cometió mi Susy.- dice la madre de Susana mientras trata de ayudar a esta a llevar la leña al interior de la casa.

‒pero esto parecer ser demasiado duro para ustedes tal vez deba hablar con Terry….

‒oh no señora, no, nosotras no queremos dar mas molestias, no se preocupe yo me encargare de ayudar a mi pobre hija.- dice su madre mientras percibe en la distancia la presencia de Ruth por lo cual para que no eche a perder lo que han logrado se apresura a llevar la leña.

Candy esta por rebatir el comentario de la señora Marlowe cuando escucha desde la distancia que Ruth la llama.

‒!señora Candy!

‒!ahora voy Ruth!.- dice Candy.

Durante el instante en que quito los ojos de las Marlowe estas rápidamente se alejaron de su vista, por lo que cuando Candy se volvió para buscarlas estas ya han desaparecido entre los arboles del jardín.

Pensativa en la situación de las Marlowe Candy retoma el sendero que lleva a la mansión.

"Tal vez debería hablar con Terry, esas labores son muy pesadas para una chica como Susana, tal vez podríamos buscarle una labor mas fácil y llevadera en el interior de la mansión"

‒!oh señora Candy aquí esta!.

Ruth interrumpe sus cavilaciones en cuanto la ve entrar en el pórtico de la casa, la había visto caminar por el sendero pero de pronto había desaparecido de su vista por lo que había salido a buscarla.

‒¿Susana se encuentra enferma, Ruth?.- fue lo primero que pregunto Candy cuando se encontró con ella.

‒mmmm podría decirse que se encuentra un poco desmejorada pero nada de cuidado, solo debe comer bien y dormir lo suficiente.-(porque la gusana enferma esta desde que nació, opps sorry no me controlo, jojo.)

Después de unos momentos en los que observo como Candy se mantenía en silencio, preocupada por la actitud de su patrona, Ruth busco en los alrededores con la mirada a Susana y a su madre pero debido a la poca luz no pudo ver mas allá del rosedal, solo esperaba que Candy no hubiera tenido el disgusto de encontrarse con ellas, por lo que decidida a sacarla del ensimismamiento le dice.

‒ señora Candy ya está todo listo, he hecho lo que me pidió.-

‒¿si? ¡Que bueno! ven vamos ayúdame a prepararme que Terry no debe tardar en volver.- con energía renovada Candy tomo la mano de Ruth y la arrastro al interior de la mansión.

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Había corrido por los caminos a todo galope, pero aun así el tiempo se le hace eterno y la distancia kilométrica, ansioso por retornar a los brazos de Candy fustiga una vez más al caballo, el cual responde con un fuerte relincho mientras los cascos del caballo golpean con mayor fuerza y velocidad el camino de tierra.

Después de unos minutos por fin había llegado al pueblo, sin siquiera aminorar la marcha sigue su camino hasta la clínica del doctor Martin.

En cuanto estuvo frente a la clínica descendió del caballo de un salto y sin perder tiempo, se apresura a entrar a la clínica.

Sin detenerse a saludar a las enfermeras que estaban a su paso, camina hasta la oficina del doctor Martin donde espera encontrarlo, con un rápido movimiento llamo a la puerta.

‒toc, toc.

Pero no hay respuesta por lo que vuelve a llamar.

‒toc, toc, doctor Martin?

‒el doctor no esta, es noche de viernes y regularmente juega a las cartas con Peter, el hombre de la oficina de correos por lo que si lo busca seguramente se encuentra aun ahí.- dijo Mary Jane.

La intromisión de la anciana lo ha tomado por sorpresa pero estaba agradecido por la información que esta le ha brindado.

‒ ¡a ya veo! Pasare a buscarle pero solo quiero informarle que la señorita Flammy se quedo al cuidado de una paciente.-dijo Terry sin esperar que la anciana le respondiera salió de la clínica y se encamina a la oficina de correos, la cual se encontraba enfrente de la pequeña clínica.

Esta por llamar la puerta cuando la puerta de la oficina se abre de manera intempestiva dejando ver a dos hombres que ríen afablemente mientras se despiden amigablemente.

‒hasta la próxima semana, Peter?

‒si hasta la próxima semana, doctor Martin pero esta vez no olvides traer lo que te he ganado.

Cuando el doctor Martin mira hacia la puerta que ahora se encuentra abierta le sorprende encontrarse con Terry por lo que inmediatamente le dice.

‒señor Grandchester, que sorpresa verlo por aquí a estas horas, que lo trae por aquí?

Sin perder tiempo Terry comienza explicarle el motivo de su visita pues estaba seguro que cuanto mas rápido termine mas pronto regresaría con Candy.

Después de explicarle al doctor lo que ha sucedido, esta por despedirse cuando el señor Peter le dice.

‒espere señor Grandchester hace unas horas ha llegado un telegrama para usted.- dice el hombre de la oficina de correos mientras se ajusta sus lentillas para después buscar entre los papeles que tiene en el recibidor.

Después de unos momentos en los que Terry espero impacientemente por fin el señor Peter le entrego un telegrama.

Sosteniendo el papel entre sus manos, Terry lo mira incrédulo, no puede creer quien es el remitente, sin perder mas tiempo lo abre y lo lee a toda prisa, después de leerlo, lo guarda en su bolsillo y sin siquiera despedirse se da la vuelta y monta su caballo mientras se dice así mismo.

‒ "esto si que es una sorpresa, ya veremos que dices de esto Candy"

**********************TTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTT*********************

En medio de una nube de vapor metida en la bañera se encuentra Candy, la habitación esta inundada de un olor a rosas, jazmín y lavanda, Ruth le ha preparado un baño con sales y aceites, disfrutando del aroma relajante y del silencio en el que se encuentra se sumerge completamente en sus pensamientos repasando todo cuanto ha preparado para esta noche.

‒"la habitación la ha llenado con velas que iluminan tenuemente la habitación, en la terraza ha arreglado una mesa para los dos con los platillos favoritos de Terry, ha puesto una botella de champagne en la cubitera, ha arreglado la cama con sabanas de satín blancas, todo lo ha hecho especial pero sin lugar a dudas la pieza mas importante de esta noche es su atuendo, el cual la tiene un poco nerviosa ya que usara la ropa interior negra y el vestido de encaje negro que Terry le regalo"

De solo pensar en el atrevido del vestido y en la ropa interior, la hacen sonrojar por lo que buscando apaciguar sus nervios se sumerge por completo en el agua caliente.

Postergo su estadía lo más que pudo pero al final fue imposible retrasar más su salida.

Envuelta en una toalla blanca, mira con gesto desconfiado aquella prendas, se muerde el labio inferior mientras se pregunta si sería capaz de usar ropa tan escandalosa, suspira una vez mas mientras cierra los ojos, toma las bragas y se las pone sin siquiera mirarlas y hace lo mismo con el corsett, cuando por fin logra anudar las cintas del corsett justo en medio de sus senos creando así un escote demasiado provocador, con sumo cuidado se coloca las medias negras y las sujeta a la parte inferior del corsett.*

soltando el aire que ha contenido en sus pulmones todo este tiempo, sonríe satisfecha pues ha logrado con éxito su labor, bueno al menos la mitad de ella ya que aun le falta ponerse el vestido, con la mirada busca en los alrededores pero simplemente no puede verlo, por lo que supone que se ha quedado sobre la cama, decidida a acabar con el tormento sale a la habitación a recoger su vestido, camina hacia la puerta sin siquiera detenerse a mirarse en el espejo porque si lo hace no se atreverá a salir nunca, decidida toma el pomo en su mano y gira el picaporte de la puerta.

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Había fustigado al caballo para volver lo mas pronto posible, había cabalgado a todo galope sin importar que fuera poca la luz que iluminara sus pasos y que el camino en algunas partes fuera peligroso, estaba deseoso de ver a Candy y tenerla de nuevo entre sus brazos, así que cuando visualizo el portal de las rosas suspiro aliviado mientras sentía como su corazón se aceleraba y su respiración se hacia mas entrecortada.

Al pie de la entrada, desciende del caballo y sin esperar al chico que se acercaba corriendo a recibirlo, se decide a entrar, con una mano en el picaporte le grita al chico.

‒!chico trátalo bien que se lo ha ganado!

Sin esperar respuesta del muchacho entra en la casa, deja en una mesa cercana sus guantes, esta por buscar a Candy cuando a escasos metros de distancia visualiza a Ruth descender por las escaleras por lo que con paso apresurado se dirige hacia ella y en cuanto la tuvo lo suficientemente cerca le pregunto.

‒Y Candy?.-

‒en la habitación señor.- dice sin dudar un minuto en darle el paradero de Candy.

En cuanto sus oídos registraron en donde se encontraba Candy corrió por las escaleras y subió a su habitación.

Sin perder tiempo giro el pomo de la puerta y esta por llamarla cuando noto la atmosfera de la habitación.

El lugar estaba tenuemente iluminado por velas, había una suave brisa la cual jugaba con las cortinas de la terraza al tiempo que llenaba la habitación de un suave olor a rosas, siguiendo aquel aroma que le recuerda tanto a Candy camina hacia la terraza y encuentra una mesa decorada con cientos de pétalos de rosas y dispuesta con dos copas, dos platos y en ellos sus platillos favoritos, cordero en salsa, sopa de queso y pastel de chocolate.

La cena se veía perfecta y sumamente apetitosa pero aquello le falta le plato principal, Candy.

Esta por servir dos copas de champagne cuando escucho el picaporte de la puerta abrirse.

ATENCION, LA CLASE ESTA POR COMENZAR TODAS DE PIE PARA RECIBIR AL MAESTRO TERRY GRANDCHESTER (JAJAJA, SORRY NO PUDE RESISTIRME)

Esta parte del capítulo contiene situaciones adultas que para algunos podrían resultarles ofensivas y si aceptan leerlas es bajo su propio riesgo porque pude despertar sentimientos como envidia y celos hacia Candy. (Yo me apunto ahí)

N.A. hola chicas una recomendación mas en este capitulo la escena de situaciones adultas va mas allá de lo que hasta ahora he escrito, así que si sientes que en mis trabajos anteriores te he ofendido de alguna manera es mejor que te abstengas de leer lo que sigue, sin mas por añadir que lo disfrutes.

Sus manos tiemblan y su respiración se agita en su pecho, mientras que su cuerpo se tensa inmediatamente en cuanto pone sus ojos, en lo que parece ser el ángel más bello que ha visto, pero este ser divino, que se pasea ante sus ojos incrédulos, carece de alas, por lo que no puede ser un ángel además de que porta ropa diminuta y sumamente seductora.

No puede creer lo que ve, sus ojos no parecen ser suficiente para captar tanta belleza, su piel no parece ser lo suficientemente gruesa y fuerte para poder contener el fuego que arde en su interior, el cual lo consume hasta los huesos, su lengua se revuelve ansiosa en su boca, la cual no puede esperar para poder saborear y perfilar aquella piel nacarada que resplandece bajo la luz de las velas, sus fosas nasales se amplían al máximo y aspiraran profundamente el aroma que despide el cuerpo de Candy llenando sus pulmones de un aroma que le resulta afrodisiaco, sus oídos mismos se agudizan y puede escuchar los latidos del corazón de Candy que en estos momentos late al mismo ritmo que el suyo, su mente no para de crear imágenes en las cuales toma el cuerpo de Candy de tantas maneras distintas, ¡dios esta por volverse loco de deseo! Su cuerpo no puede soportarlo mas por lo que sus pies aun mas ansiosos se mueven por vida propia y con pasos agiles y silenciosos lo llevan a escasos centímetros de ella y es ahí donde todas sus sensaciones se intensifican tanto que su garganta parece ahogarse con un susurro que por fin después de unos segundos logra liberar.

Parada al pie de la cama puede sentir un hormigueo que recorre su cuerpo como si de una caricia se tratara, es una corriente eléctrica que la recorre lentamente, desde el cuello y baja suavemente por sus hombros y se va deslizando mas y mas abajo hacia sus senos, donde la corriente se intensifica unos segundos para después seguir bajando por su abdomen y deslizarse por su todo su vientre hasta situarse en medio de muslos, donde la sensación se prolonga durante unos tormentosos segundos para seguir bajando por sus piernas hasta llegar a sus pies y emprender el camino de regreso, aquella sensación hace que su corazón se acelere, su piel se sensibilice, la temperatura de su cuerpo aumente y poco a poco puede sentir como su interior se humedece cada vez mas, sin saber porque se encuentra completamente excitada, trata de controlar las reacciones de su cuerpo cuando justo en la nuca, siente un cálido aliento que provoca que se le erice la piel al tiempo que sus pezones se endurecen.

−¡Candy!

Después de liberar su garganta con aquel susurro ronco y profundo, nota como la piel desnuda de los hombros de Candy se eriza, totalmente emocionado, sus manos suben hasta colocarse sobre sus hombros.

Su cuerpo tiembla de ganas con tan solo escuchar su voz, su respiración se ha vuelto tan agitada que parece que sus senos se desbordaran por el borde del corsett, paralizada por las sensaciones que revolotean en su vientre, no puede moverse, solo puede dejar escapar un gemido con su nombre.

−¡Terry!

Escucharla decir su nombre acompañado de lo que parece ser un gemido, lo pone frenético y desea tomarla en ese momento pero mas que eso, desea llenarse los ojos con la imagen de Candy, por lo que lentamente la hace girar en sus brazos para dejarla frente así y poder devorar con la mirada cada parte y cada forma del cuerpo de Candy.

En cuanto sintió las manos de Terry en su piel, cerro los ojos y se olvido del mundo, solo deseaba estar con el, podía sentir la mirada de Terry sobre su piel, de hecho podía saber exactamente que parte de su cuerpo recorría esos zafiros en estos momentos, porque las miradas de Terry para ella eran tan palpables que eran como caricias, por un momento se quedo así, solo disfrutando de la sensación por todo su cuerpo.

Sus ojos deseaban mas que ver, deseaban tocar, acariciar cada parte en la que se posaban, su labios se humedecían constantemente por los movimientos de su lengua, la cual se moría por probar aquellos labios rosados y bajar por aquel cuello en que se anudaba lo que parecía ser un listón rosado con motas rojas, ¡alto! espera, totalmente asombrado Terry reconoció aquel listón como el que había estrujado entre sus puños mientras golpeaba la corteza del árbol la noche anterior, completamente estupefacto llevo su mano lentamente al cuello de Candy.

Con los ojos cerrados y Totalmente perdida en las miradas de Terry, se sobresalta cuando siente que una de sus manos se cierra sobre su garganta, cosa la cual le roba el aliento, ansiosa espera que las manos de Terry sigan su camino por todo su cuerpo, pero simplemente las manos de Terry no se mueven un milímetro salvo aquel dedo que traza suave círculos sobre su piel.

-"que es lo que entretiene tanto a Terry, que sigue absorto en su cuello? ¿Qué será?.- se pregunta mentalmente Candy cuando la respuesta le llega de golpe.

"!la cinta!"

Al recordar que lleva la cinta atada en el cuello, suelta un pequeño jadeo al tiempo que abre los ojos como platos, su cuerpo y su mente están paralizados, teme la reacción de Terry.

Los ojos de Terry están fijos en su rostro, no sonríe, no expresa ninguna emoción, al igual que ella, no sabe cómo actuar.

Tiene miedo, su corazón late tan despacio pero tan fuerte al mismo tiempo que parece que fueran pequeñas explosiones, en silencio se lamenta de haber tomado la cinta de entre las prendas de Terry esta mañana, si hubiera sabido que eso la metería en problemas, jamás lo hubiera hecho, pero ya es muy tarde para lamentarse ahora debe pensar en cómo solucionar esto, pero no sabe qué hacer, le preocupa demasiado haber herido a Terry por lo que decide que lo mejor que puede hacer es quitarse la cinta.

Lentamente y con movimientos temblorosos lograr poner su mano sobre el nudo de la cinta, esta por tirar de ella, cuando Terry la detiene.

‒!No!.- la mano de Terry se cierra suavemente alrededor de su mano.

Sin saber qué hacer, se muerde nerviosamente el labio y clava la mirada en el piso mientras piensa que hacer.

Aun sostiene entre sus mano la mano de Candy, no sabe cómo es que Candy tiene esa cinta y aun menos porque la lleva atada en el cuello, tampoco entiende su propia reacción, ya que siente una mezcla de cosas que no puede definir, pero en medio del caos que era su mente, sabe que las respuestas que necesita solo las obtendrá de Candy.

‒¿Por qué?- le pregunta.

‒Hmmm- por un momento tartamudea sin saber que decir, solo puede soltar un pequeño suspiro al tiempo que mantiene clavada la vista en el piso.

Percibiendo que Candy está renuente a responderle, aun con las manos entrelazadas, la obliga a mirarlo a la cara al tiempo que la interroga.

‒¿Por qué?

En cuantos sus ojos se cruzaron, pudo observar en los ojos de Terry habia una genuina curiosidad acompañados del gran amor que le tiene, sin poder escapar del poder de su mirada dice lo primero que su corazón dicta.

‒es … … para ….. no olvidar… que … no debo hacerte daño.- al decir aquello recuerda que no solo debe cuidar y proteger el corazón de Terry sino también su cuerpo, recordando esto, dirige su mirada a los nudillos heridos de Terry y lentamente se los lleva a la boca para después besarlos suavemente.

Terry tiembla ante cada una de las palabras de Candy, su corazón se agita y su cuerpo entero se estremece de felicidad, sin poder contenerse toma a Candy entre sus brazos y la estrecha contra su cuerpo para después susurrarle al oído.

‒si por amarte y poder tener tu amor debo sufrir mil heridas hechas por ti que así sea pues, pues bienvenidas son.

‒!oh Terry!.

Candy no puede decir más ya que en ese momento cae sobre ella los labios de Terry al tiempo que la toma de la cintura y comienza a dar vueltas por la habitación mientras mantiene sus labios unidos.

Después de unos segundos la deposito suavemente en el piso nuevamente, no sin antes sonreírle con aquella sonrisa picara que tanto la altera y decirle.

‒en donde nos quedamos?.- dijo mientras volvía a mirarla con aquellas miradas cargadas de pasión.

En cuanto el aliento de Terry roso su piel, se estremeció de los pies a la cabeza mientras lo observaba como con una sonrisa ladina retrocedía lentamente.

‒Aaa donde vas?.- emocionada y sin saber que era lo que Terry tenía en mente había logrado articular aquellas palabras, a las que el solo responde con un leve encogimiento de hombros mientras le sonríe abiertamente y sus ojos brillaban traviesamente, solo puede contener el aliento mientras ve como Terry retrocede cada vez mas.

Cuando estuvo lo suficientemente lejos pero al mismo tiempo demasiado cerca, por si no podía resistir la tortura, se recargo sobre uno de los pilares de la cama, cruzo los brazos sobre el pecho al tiempo que le decía con voz profunda.

‒ ahora déjame verte.-

La voz de Terry la paralizo ahí en medio de la habitación, sus ojos se abren como platos al comprender lo que quiere decir, inmóvil solo puede sentir las miradas de Terry sobre su piel, su ser entero se agita pero no puede mover ni un solo musculo, si antes pensaba que las miradas de Terry le calentaban la piel, ahora sabia que era capaz de devorarla por completo con tan solo mirarla.

Con los ojos turbados por el amor y el deseo recorre lentamente el cuerpo de Candy, sus ojos vagan desde aquellas esmeraldas que brillan con excitación y nerviosismo al mismo tiempo, descienden lentamente por aquella naricilla respingada y salpicada de pequeñas pecas, cuando llega aquellos labios rosados que están ligeramente entreabiertos como si le invitaran a besarlos, sin saber como logra resistirlo hace que sus ojos desciendan por aquel cuello, en el cual nota la respiración alterada de Candy, sus ojos siguen bajando para encontrarse con el par de senos mas perfectos que ha visto en su vida, conteniendo el aliento percibe que aquellos senos redondos no solo están por desbordarse por aquel escote sino que se encuentran sumamente endurecidos como puede ver a través de la tela que los contienen pobremente, sus manos se mueren por tocar y pellizcar aquellos pezones, tratando de contener sus impulsos cruza de manera mas firme los brazos sobre su pecho, sin importarle que al hacer esto le comprime los pulmones, sin aliento y sumamente excitado logra que sus ojos sigan descendiendo por la estrecha cintura de Candy para después bajar y delinear aquellas caderas que enmarcan perfectamente la parte que mas desea del cuerpo de Candy, de solo pensar en aquellos sedosos y dulces pliegues hace que su miembro se inflame y se endurezca aun mas, si creía que no podía ponerse mas duro, ciertamente se equivoco pues con cada palmo de piel que devora con los ojos, se pone mas ansioso y excitado y es que mirar a Candy era una delicia y una tortura al mismo tiempo, pues no solo tenia un cuerpo de perdición sino que acompañado de aquella inocencia que brilla en su mirada, su efecto es arrebatador, pues aquella inocencia es el mejor el afrodisiaco y aquella sensualidad que ella misma desconoce que posee es el detonante perfecto.

Solo iluminada por la tenue luz de las velas permanece complemente inmóvil, no puede respirar, las miradas de Terry le constriñen los pulmones, la piel le arde por los miradas ardientes de Terry, siempre le ha gustado que Terry la mire porque la hace sentir la mujer mas bella del mundo, deseada pero mas que nada amada, pero en este momento las miradas de Terry la devoran por entero, le queman la piel, Terry aun no la había tocado aun pero ya sentía los labios hinchados por sus besos, sus pezones están tan endurecidos y doloridos como si llevara horas torturándolos con su dientes y manos, Terry pasea sus ojos por todo su cuerpo, pero aquellas miradas las sentía como fervorosas y candentes caricias, todo aquello es tan intenso que provoca que cada vez se humedezca mas.

Sentirse tan expuesta, tan abierta y exhibida de esa manera la hace sentirse tan excitada y ansiosa, esta al borde de los nervios tanto que puede sentir como el pánico sube por su garganta cortándole la respiración, congelándole las ideas, su corazón late desbocado mientras siente como poco a poco su cuerpo reacciona al miedo y logra moverse para después tratar de salir corriendo mientras con la voz entrecortada dice.

‒!Terry! perdóname no puedo, no puedo hacerlo.

En cuanto percibió que el cuerpo de Candy se movía nerviosamente buscando salir corriendo, debió de suponer que aquello debió de haber sido demasiado para ella, pero el estaba tan perdido en su fantasía que no pensó que esto representaba un enorme sacrificio para una chica que había sido criada bajo muchos preceptos y prejuicios arcaicos, que tonto había sido, la había llevado al limite y ahora debía remediar el asunto por lo que salió corriendo tratando de alcanzarla antes de que se refugiara detrás de la puerta.

‒!Candy! ¡No, espera!

Podía escuchar y sentir los pasos de Terry detrás de ella pero ella estaba demasiado apenada y decepcionada de si misma, estaba tan confundida, como era posible que se sintiera tan excitada y al borde de las lagrimas al mismo tiempo, no sabia como hacer frente a lo que sentía, por lo que buscaba huir y refugiarse en el baño, sin saber como ha llegado hasta ahí, ahora tiene el pomo de la puerta en la mano estaba por hacerlo girar cuando sintió como la mano de Terry envolvía su mano y le impedía abrir la puerta.

-perdóname pecosa.

Podía sentir el aliento de Terry en su cuello, sentir aquel vientecillo tibio rozando su piel, es demasiado y casi logra quebrar el ultimo vestigio de autocontrol que tiene sobre sus emociones.

Teniéndola a escasos centímetros puede sentir como su cuerpo se altera al percibir su proximidad, decidido aprovecharse de ello, coloca suavemente sus manos sobre su cintura mientras le susurra al oído.

-se que emociones tan intensas, son abrumadoras y pueden resultar atemorizantes, pero no temas pecosa porque yo te amo y jamás te haría daño... pecosa ten valor...que el amor que por mi sientes te de valor.- al ver como Candy se relaja ante sus palabras, el mismo sigue su consejo, se arma de valor y le dice.- además estas tan excitada como yo.

Para demostrarle que lo dice es verdad, Terry se pega completamente a ella, mostrándole que ella no es la única que esta excitada.

Sentirlo tan cerca y excitado le roba el aliento, cuando creía que no podía sorprenderse mas siente como una mano se desliza por su abdomen hasta colarse por su ropa interior para después introducirse en su carne mas sensible, lo cual provoca que ambos suelten un gemido al mismo tiempo.

Completamente fuera de si, no puede evitar que varios gemidos de placer se escapen de su garganta al tiempo que se arquea contra el cuerpo de Terry.

El mismo se sorprendió cuando de sus labios broto aquel gemido, pero no había podido evitarlo cuando sus dedos resbalaron mas allá de lo que pretendía y es que ella estaba tan mojada que fue inevitable, al sentirla tan excitada lo pone al borde de la locura, cansado de contenerse hace que su otra mano se deslice por su abdomen hasta tomar firme posesión de unos de sus senos, al tiempo que le permite a su boca saborear aquel cuello.

Que tonta había sido, como pudo sentir miedo de estar con Terry, aun con la visión nublada por el placer sabe con cada fibra de su cuerpo que Terry no le haría daño, cansada de contenerse se abandono por completo en las manos de Terry.

Cada movimiento que realizan sus dedos, provoca que gimiera mas cada vez, escuchar aquellos gemidos de placer en sus oídos solo logran atizar el hambre y deseo que siente por ella, decidido a saciarse de ella, en un rápido moviendo la hace girar para dejarla frente a el, sin perder tiempo se abalanza sobre aquellos labios, mientras que con sus manos la insta a rodearle las caderas con las piernas.

La mantiene fijada contra la puerta mientras sus labios se encuentran una y otra vez; ella se aferra a el echándole los brazos al cuello, el por su parte desliza sus manos sobre su costados una y otra vez hasta posicionarse sobre sus pechos, con un solo movimiento de sus dedos logro desatar los lazos del corsett, estaba por liberarla de el y dejarla desnuda de la cintura hacia arriba, pero el aun estaba completamente vestido por lo que se dijo que era justo que emparejaran las cosas, con una seguridad que ella misma desconocía llevo sus manos a la cintura de Terry y trato de tirar de la camisa, Terry al notar lo que Candy trataba de hacer, sonrió traviesamente para después decirle.

-pecosa si me vas quitar algo, desearía que fueran los patalon…. Ahh.-

No puede terminar aquella oración cuando fue sorprendido por los labios de Candy, ya que la pequeña tramposa no había perdido el tiempo, con movimientos rápidos había desabotonado su camisa para después besar cada palmo de piel que dejaba al descubierto.

Escucharlo gemir y saber que ella le provoco aquella reacción la hace reír traviesamente mientras prosigue con su labor hasta que finalmente logra despojarlo de la camisa y dejarle el torso desnudo.

Por esos momentos le permite tener el control, pero sentir sus labios sobre su piel, lo enloquece por lo que después de verse liberado de la camisa, esboza una sonrisa picara para después decirle.

− Ahora es mi turno pecosa

No tiene tiempo siquiera de articular palabra alguna cuando las manos de Terry se posicionan sobre sus senos, la mira a los ojos solo un momento antes de que sus pulgares masajeen sus pezones con movimientos circulares, lo que le arranca un ronco gemido de placer, no tiene siquiera tiempo de recuperar el aliento cuando Terry tira de los lazos de corsett lo suficiente para dejar al descubierto sus senos.

Sus ojos se clavan en sus senos y sin perder tiempo los hace victimas de su mirada devoradora, sin siquiera ser consciente de sus movimientos, sus manos como por vida propia acunan entre ellas uno de los senos de Candy, observarla gemir mientras sus dedos la acarician, lo pone al limite de sus resistencia, por lo que aferrándola a el, la toma de las caderas, da la vuelta para llevarla a la cama mientras le susurra al oído.

-¡no puedo resistirlo mas!, !te deseo!, !te necesito!

Aferrándolo con las piernas y con cada parte de su cuerpo puede sentir como Terry la aferra para llevarla a la cama, el hecho de estar piel con piel y que con cada paso que da terry sus pezones se froten contra su pecho desnudo le arranca un gemido de placer.

Ni siquiera había tocado la cama cuando la boca de Terry se cerró sobre unos de sus pechos, terry envuelve con su lengua unos de sus pezones solo para despues suciionarlo y darle pequeños tirones y mordiscos para despues hacer lo mismo con el otro mientras que sus manos se deslizan por sus piernas buscando despojarlas de toda prenda, ella aun nerviosa pero de manera audaz por medio de caricias logra despojarlo de toda prenda mientras no puede evitar llamarlo una y otra vez entre gemidos ahogados.

En poco tiempo logra tenerla completamente desnuda y excitada debajo de el, ambos están listos para que sus cuerpos se encuentren, pero el aun se resiste a ello, pretende explotar al máximo su resistencia, por lo que desliza su boca por todo su cuerpo, desde su cuello, pasando por sus senos, dedicandoles especial atencion a sus pezones para seguir bajando por sus abdomen, besar su ombligo y besar sus vientre, sus caderas, continua bajando hasta situarse justo en medio de sus piernas, por un momento duda, no sabe como reaccionara Candy ante tan atrevida caricia, esta por descartar la idea cuando la escucha la gemir de placer, cambia de idea, por lo que lentamente desciende su boca, el mismo cierra los ojos ante lo que va a hacer, aferrándola suave pero firmemente de las caderas para que mantenga las piernas abiertas, sin pensarlo mas desciende su boca sobre ella.

Terry esta por todo su cuerpo, sus manos, su boca recorren cada palmo de piel, la recorre de los pies a la cabeza, ante cada ataque de las manos y de su boca, esta indefensa, completamente perdida por tan fervientes y dulces caricias solo puede pedir al cielo que esto no termine, mientras que en medio de gemidos lo llama una y otra vez.

Tan perdida como esta no cree que pueda soportarlo mas, esta por estallar en mil fragmentos, cuando percibe que las manos de Terry la aferran de las caderas y el desciende lentamente hacia ella, si, desciende hacia su parte mas sensible, no sabe que es lo que pretende Terry, pero aquello la asusta, asustada y alarmada deja escapar un grito con su nombre con el fin de detenerlo, pero es muy tarde, Terry ha posado sus labios sobre ella, sentir aquel primer rose como si de un beso se tratara, le roba el aliento, no tiene siquiera tiempo de recuperarse cuando siente como la lengua de Terry se desliza hacia su interior, provocando que miles de corrientes eléctricas vibren en su interior, Terry no tiene piedad de ella, la punta de su lengua la recorre de cabo a punta, con su lengua suciona y da pequeños mordicos a su punto mas senssble, hacendo que retuerza de placer, aquello es tan intenso y abrumador pero al mismo tiempo terriblemente placentero, solo puede aferrarse de las sabanas mientras se muerde los labios tratando de resistir lo mas que pueda, lucha con todas sus energías pero finalmente Terry termina venciéndola cuando de su garganta se libera aquel grito con su nombre en el.

−¡Teerrrrrryyyy!

Completamente excitado y feliz regresa a la boca de Candy, pues escucharla decir su nombre mientras alcanza la cima del placer, lo llena y lo excita mas de la cuenta por lo que sin perder el tiempo se introduce en ella al mismo tiempo que la besa.

En cuanto se introduce en ella, sentirla tan cálida y lista para el, casi le hace perder el control, pero se obliga a si mismo a contenerse un poco mas, lleno de energía y poder, se mueve en su interior con feroces y rápidas embestidas, una tras otra, no descansa hasta finalmente ambos llegan a la cima del placer, cansado de contenerse se deja llevar por el placer hasta que estalla en su interior mientras la aferra entre sus brazos.

Con movimientos desesperados, Terry la toma una y otra vez, la ama con tan urgencia, con tanta necesidad que es inevitable que tenga otro orgasmo tan contundente o más que el anterior, ambos se unen en aquel orgasmo para después caer uno en brazos del otro.

Agitada y bañada en sudor, acuna entre sus brazos y piernas el cuerpo de Terry, el cual respira de manera entrecortada mientras descansa su rostro en su cuello, se siente tan feliz tan satisfecha, que con movimientos lentos le acaricia el cabello.

Siente las caricias de Candy, aquello movimientos pausados lo ayudan a recuperar el control de si mismo, exhausto pero lleno de gozo y paz sumerje la nariz entre los rizos de Candy, cuando logro recuperar el aliento, se percato que aun seguía adentro de su cuerpo, con un movimiento suave sale de ella para después acunarla contra su pecho al tiempo que la besa suavemente.

Esta parte del capítulo contiene situaciones adultas que para algunos podrían resultarles ofensivas y si aceptan leerlas es bajo su propio riesgo porque pude despertar sentimientos como envidia y celos hacia Candy. (Yo me apunto ahí)

Candy descansa sobre su pecho, sus brazos la envuelven, completamente agotados y felices permanencen en silencio, solo percibiendo su respiracion y el latir acompasado de sus corazones, en un momento asi no hay necesidad de que hablen, en estos momentos las palabras salen sobrando, y no es que a el le moleste oír aquella vocecilla decirle que lo ama, pero después de lo que han vivido minutos antes no hay nada que le pueda reafirmar mas que Candy lo ama, perdido en sus meditaciones, poco a poco siente como el cuerpo de Candy se relaja totalmente, Candy esta por quedarse dormida en sus brazos, lo cual lo llena de ternura, esta por unirse a ella al mundo de los sueños cuando recuerda que hay algo que debe decirle por lo que con suaves movimientos trata de llamar su atención.

−pecosa? – la llama con voz suave mientras sus manos se deslizan por su espalda.

−mmmm?- le contesta aun con los ojos cerrados

− ¡vamos, Candy no te duermas!

−Terry… estoy cansada…. Podemos repetir después si tu quieres…. pero ahora estoy cansada...- dijo Candy con voz somnolienta

No pudo evitar dejar escapar un risa ante lo dicho por Candy, claro que iban a repetir de eso se encargaba el, sino se dejaba de llamar Terrance Grandchester, pero aquello no era lo que quería en este momento.

−jajajaja ¡pecosa! Vamos abre los ojos tengo algo que decirte, vamos dormilona te tengo una sorpresa.

−una sorpresa?..- un poco curiosa por lo que Terry le dijo se obligo a abrir los ojos y enderezarse un poco para mirarlo a los ojos.

−si antes de que todo esto pasara tenia algo que decirte, pero tu me lo impediste.- Candy esta por rebatir su argumento cuando el sin darle tiempo se levanto de la cama y se dirigió al pequeño montón que era su ropa para sacar de uno de los bolsillos el telegrama que había recibido horas antes.-

−será mejor que lo veas por ti misma.-dijo Terry mientras le tendía un papel, acunando la sabana contra su pecho desnudo tomo lo que Terry le daba.

El volvió a su lado y la acuno entre sus brazos mientras que ella totalmente anonadada leía el telegrama.

Con ojos incrédulos, Candy se giro para mirarlo a los ojos, la notaba tan emocionada que podía sentirla temblar entre sus brazos mientras hablaba con la voz afectada por la emoción.

−¡nueva york!, !Terry tu madre nos invita a pasar unos días con ella para el estreno de su nueva obra! Dios que emoción, iremos Terry? Di que si?

Candy parecía una chiquilla emocionada entre sus brazos a lo cual el no pudo evitar sonreír mientras le decía.

−pensaba que seria una buena oportunidad para que conocieras a mi madre además de que podría ser nuestra luna de miel, ya que no tuvimos una.-

Apenas acaba de hablar cuando Candy hacia amago de salir de la cama, conteniendo la risa, la tomo entre sus brazos, impidiéndole salir de la cama.

−¡Terry! Que haces?, vamos hay que preparar las maletas, hay muchas cosas qu…

No pudo terminar de hablar cuando los labios de Terry cayeron sobre ella.

−en vista de que ya no estas cansada, será mejor que aprovechemos la noche en otra cosa que hacer maletas no crees, pecosa?.- dijo Terry mientras que una de sus manos ya se desliza hacia uno de sus senos.

Continuara.

Próximo capitulo

Esqueletos al descubierto, cuarta y última parte de este cap.

N.A.

*realmente no se si para la época ya existían las medias pero pues en mi loka imaginación el atuendo no esta completo sin las medias, ya saben quería darle a Candy un aspecto de femme fatal, solo espero haberlo logrado..

Capítulo dedicado a Nala (quien hizo petición de esta escena), y a todas aquellas que les gustan estas escenas.

Nathalie.-nena espero haber cumplido tus expectativas y ya sabes que estoy para lo que se te ofrezca.

Lizzie.- malograda te extraño mucho, tu yo tenemos un platica pendiente eehh no creas que se me ha olvidado, hay mucho que contar.

Lala.- gracias por leer, y por tus reviews y bienvenida a mi lokura, espero que te siga gustando.

Y gracias a todas las chicas que leen en el anonimato, saludos desde acá para todas ustedes.

Una disculpas a todas aquellas con las últimamente he roto contacto pues por ahora la escuela me mantiene muy ocupada, pero aquello no quiere decir que haya olvidado de vos, eso es imposible, aunque ande desaparecida pueden tener la certeza de que les deseo el éxito en cualquiera de las cosas que hagan, y que si están pasando momentos difíciles, lamento no poder estar allí, pero espero que con una sonrisa en el rostro y un corazón tranquilo puedan superar sus penalidades, deseándoles lo mejor de todo corazón que siempre tengan una sonrisa en los labios y que tengan siempre lo mejor, un saludo especial para mis amix Araceli, Isis y gizah, las extraño horrores, espero que estén bien y que no se olviden de mi, bueno me despido de ustedes hasta el próximo capítulo.

Una última despedida.

"la vida no se cuenta por las veces que respiras sino por los momentos que nos dejan sin aliento"