Un amor inesperado.
Esqueletos al descubierto parte III seccion B.
Capitulo 33 parte III sección B.
Esta parte es solo un complemento del capítulo anterior así que no será muy largo pero sucederán cosas interesantes.
"los personajes de Candy Candy no me pertenecen son propiedad de Kyoko Mizuky e Igarashi, ahora que si fueran míos, Terry, Albert, Anthony, Stear, Archie, serian solo para mi y no los comparto, (jojojojo así o mas aborazada) escribo esto sin fines de lucro, es solo entretenimiento y desvaríos de una mente desquiciada. "
Lakewood, América.
En medio de una nube de polvo, rodeada solo por el silencio de la noche, mantiene la vista clavada en la figura que poco a poco es tragada por la oscuridad, conforme pasa los segundos puede sentir como se va esfumando el calor de su corazón y poco a poco va siendo reemplazado por una fría corriente que la estremece hasta los huesos, tratando de mantener el calor se envuelve con sus propios brazos mientras lentamente desde el fondo de su ser deja salir un suspiro, al tiempo que pide al cielo que Terry no tarde.
Camina por el sendero de manera pausada mientras mantiene la vista clavada en el césped que pisan sus pequeños pies, hace minutos que Terry se ha marchado pero ya lo echa de menos, como quisiera que en estos momentos la cobijaran sus brazos y que le brindara aquella sonrisa que le calienta la sangre, de solo pensarlo, un rubor cubre sus mejillas y la hace sonreír ampliamente mientras recuerda que debe preparar la sorpresa de Terry con energías renovadas sonríe para sus adentros y camina hacia al interior de la mansión.
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Ocultas detrás de un rosedal se encuentran Susana y su madre, las cuales llevan horas ocultas en las sombras esperando el regreso de Terry y Candy.
‒!no, no puede ser! Terry se ha ido y ahora que haremos mama?.- dice Susana al contemplar que Terry se aleja a todo galope de la mansión.
‒haremos lo que tenemos planeado.- dice su madre
‒pero no tiene caso si Terry no está, mama.- dice Susana.
‒mmmm tal vez sea mejor así, puede que incluso sea más fácil .- dice su madre mientras ve de reojo el caminar pausado de Candy por el jardín.
‒no, no lo creo, será mejor que lo dejemos para mañana, mama.- dice Susana mientras trata de salir de su escondite
‒!no! Susy esta es nuestra oportunidad, no podemos desaprovecharla, ven Susy hagámoslo de una vez.- dice su madre mientras retiene a Gusana por uno de los brazos
−¡buff! esta bien mama, pero no le veo el caso.-dice Susana
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Con la luz de luna como guía, camina lentamente por el sendero tapizado de adoquines color rojo, mantiene la vista clavada en el suelo mientras repasa mentalmente lo planeado para esta noche.
−mmmm la cena con los platillos favoritos de Terry, las velas, una botella de vino, dos copas, rosas y la rop….
En medio de sus cavilaciones escucha un susurro cerca del rosedal y aunque esta oscuro nunca ha temido a la oscuridad por lo que decide acercarse a inspeccionar de que se trata.
Con cada paso que da esta mas cerca del rosedal y puede oír mas claramente las voces de dos mujeres que parecen discutir.
‒!vamos Susy déjame ayudarte!
‒Nnnoo ….. Mamma … es mi trabajo… yo lo hare .. ..Sola.- dice Susana mientras trata de arrastrar por el camino una pesada cesta cargada de leña.
A pesar de que esta oscuro desde aquella distancia Candy puede observar que Susana se encuentra sumamente demacrada, luce una figura desgarbada y escuálida, bajo la luz de la luna puede observar el tono mortecino de su piel y como su cabello se encuentra hecho un estropajo, de no ser porque Susana se mueve daría por sentado que se trata de un cadáver, Candy se queda atónita ante la imagen fantasmal de Susana.
−¡Susy vamos no te fuerces mas! Déjame ayudarte hija mía!.- dice la madre de Susana al borde de las lagrimas.
Al escuchar la voz quebrada y el tono desesperado que emplea la madre de Susana, siente como en su interior su corazón se encoje, al igual que sus pulmones, no solo siente que le falta el aire sino que siente un profundo dolor y pena por aquella chica, viendo el esfuerzo que le supone a la pobre chica arrastrar aquella pesada carga de leña sumamente conmovida Candy sin dudarlo se acerca a ella.
Desde la distancia Gina Marlowe tuerce su boca en una sonrisa maliciosa al percatarse que Candy observa la escena sumamente preocupada, por lo que se acerca a Susana y le susurro al oído.
‒!la tenemos!, ha caído.
Escuchando a su madre, Susana empezó a respirar entrecortadamente, simulaba tirar con todas sus fuerzas de la cesta mientras empezaba a soltar pequeños jadeos por el esfuerzo.
‒!no! espera si sigues haciendo eso te lastimaras.-dijo Candy acercandose a Susana y a su madre.
Susana sonríe maliciosamente cuando escucha la voz de Candy a sus espaldas, como lo había dicho su madre, la tonta ha caído, ahora solo quedaba tomar el leño y darle un buen porrazo en la cabeza, sí, eso es lo que le gustaría hacer pero su madre tiene otros planes y a sabiendas que su madre no le dejaría hacerlo prosigue con su actuación.
Al estar de frente a Susana observa que no solo esta pálida sino que sus ojos están hundidos y están rodeados por un halo color malva, aun en la oscuridad puede ver la apariencia tan desmejorada de Susana, si antes creía que Susana era una chica frágil ahora parecía una varita de nardo apunto de quebrarse, sin lugar a dudas Susana se encontraba por lo menos enferma y siendo así no debería estar haciendo cosas tan pesadas, piensa Candy en sus adentros.
‒Susana permíteme ayudarte.- dice mientras trata de tomar la cesta por uno de los extremos.
Percibiendo la acción de Candy, su madre se adelanta y le dice.
‒!oh no! No hace falta señora, no podríamos abusar así de usted y de la generosidad de su esposo.- dice mientras toma uno de los extremos de la cesta, evitando así que Candy descubra que todo es una farsa y que la cesta está repleta de mantas y solo lleva leños en su superficie.
‒no… se …..Moleste señora…. Yo …. Puedo hacerlo… no se preocupe por mi.- dice Susana mientras finge hacer un esfuerzo aun mayor tratando de tirar de la cesta.
‒pero …
‒no queremos dar molestias señora ya es demasiado la generosidad de su esposo al permitirnos quedarnos aquí después del grave error que cometió mi Susy.- dice la madre de Susana mientras trata de ayudar a esta a llevar la leña al interior de la casa.
‒pero esto parecer ser demasiado duro para ustedes tal vez deba hablar con Terry….
‒oh no señora, no, nosotras no queremos dar mas molestias, no se preocupe yo me encargare de ayudar a mi pobre hija.- dice su madre mientras percibe en la distancia la presencia de Ruth por lo cual para que no eche a perder lo que han logrado se apresura a llevar la leña.
Candy esta por rebatir el comentario de la señora Marlowe cuando escucha desde la distancia que Ruth la llama.
‒!señora Candy!
‒!ahora voy Ruth!.- dice Candy.
Durante el instante en que quito los ojos de las Marlowe estas rápidamente se alejaron de su vista, por lo que cuando Candy se volvió para buscarlas estas ya han desaparecido entre los arboles del jardín.
Pensativa en la situación de las Marlowe Candy retoma el sendero que lleva a la mansión.
"Tal vez debería hablar con Terry, esas labores son muy pesadas para una chica como Susana, tal vez podríamos buscarle una labor mas fácil y llevadera en el interior de la mansión"
‒!oh señora Candy aquí esta!.
Ruth interrumpe sus cavilaciones en cuanto la ve entrar en el pórtico de la casa, la había visto caminar por el sendero pero de pronto había desaparecido de su vista por lo que había salido a buscarla.
‒¿Susana se encuentra enferma, Ruth?.- fue lo primero que pregunto Candy cuando se encontró con ella.
‒mmmm podría decirse que se encuentra un poco desmejorada pero nada de cuidado, solo debe comer bien y dormir lo suficiente.-(porque la gusana enferma esta desde que nació, opps sorry no me controlo, jojo.)
Después de unos momentos en los que observo como Candy se mantenía en silencio, preocupada por la actitud de su patrona, Ruth busco en los alrededores con la mirada a Susana y a su madre pero debido a la poca luz no pudo ver mas allá del rosedal, solo esperaba que Candy no hubiera tenido el disgusto de encontrarse con ellas, por lo que decidida a sacarla del ensimismamiento le dice.
‒ señora Candy ya está todo listo, he hecho lo que me pidió.-
‒¿si? ¡Que bueno! ven vamos ayúdame a prepararme que Terry no debe tardar en volver.- con energía renovada Candy tomo la mano de Ruth y la arrastro al interior de la mansión.
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Había corrido por los caminos a todo galope, pero aun así el tiempo se le hace eterno y la distancia kilométrica, ansioso por retornar a los brazos de Candy fustiga una vez más al caballo, el cual responde con un fuerte relincho mientras los cascos del caballo golpean con mayor fuerza y velocidad el camino de tierra.
Después de unos minutos por fin había llegado al pueblo, sin siquiera aminorar la marcha sigue su camino hasta la clínica del doctor Martin.
En cuanto estuvo frente a la clínica descendió del caballo de un salto y sin perder tiempo, se apresura a entrar a la clínica.
Sin detenerse a saludar a las enfermeras que estaban a su paso, camina hasta la oficina del doctor Martin donde espera encontrarlo, con un rápido movimiento llamo a la puerta.
‒toc, toc.
Pero no hay respuesta por lo que vuelve a llamar.
‒toc, toc, doctor Martin?
‒el doctor no esta, es noche de viernes y regularmente juega a las cartas con Peter, el hombre de la oficina de correos por lo que si lo busca seguramente se encuentra aun ahí.- dijo Mary Jane.
La intromisión de la anciana lo ha tomado por sorpresa pero estaba agradecido por la información que esta le ha brindado.
‒ ¡a ya veo! Pasare a buscarle pero solo quiero informarle que la señorita Flammy se quedo al cuidado de una paciente.-dijo Terry sin esperar que la anciana le respondiera salió de la clínica y se encamina a la oficina de correos, la cual se encontraba enfrente de la pequeña clínica.
Esta por llamar la puerta cuando la puerta de la oficina se abre de manera intempestiva dejando ver a dos hombres que ríen afablemente mientras se despiden amigablemente.
‒hasta la próxima semana, Peter?
‒si hasta la próxima semana, doctor Martin pero esta vez no olvides traer lo que te he ganado.
Cuando el doctor Martin mira hacia la puerta que ahora se encuentra abierta le sorprende encontrarse con Terry por lo que inmediatamente le dice.
‒señor Grandchester, que sorpresa verlo por aquí a estas horas, que lo trae por aquí?
Sin perder tiempo Terry comienza explicarle el motivo de su visita pues estaba seguro que cuanto mas rápido termine mas pronto regresaría con Candy.
Después de explicarle al doctor lo que ha sucedido, esta por despedirse cuando el señor Peter le dice.
‒espere señor Grandchester hace unas horas ha llegado un telegrama para usted.- dice el hombre de la oficina de correos mientras se ajusta sus lentillas para después buscar entre los papeles que tiene en el recibidor.
Después de unos momentos en los que Terry espero impacientemente por fin el señor Peter le entrego un telegrama.
Sosteniendo el papel entre sus manos, Terry lo mira incrédulo, no puede creer quien es el remitente, sin perder mas tiempo lo abre y lo lee a toda prisa, después de leerlo, lo guarda en su bolsillo y sin siquiera despedirse se da la vuelta y monta su caballo mientras se dice así mismo.
‒ "esto si que es una sorpresa, ya veremos que dices de esto Candy"
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En medio de una nube de vapor metida en la bañera se encuentra Candy, la habitación esta inundada de un olor a rosas, jazmín y lavanda, Ruth le ha preparado un baño con sales y aceites, disfrutando del aroma relajante y del silencio en el que se encuentra se sumerge completamente en sus pensamientos repasando todo cuanto ha preparado para esta noche.
‒"la habitación la ha llenado con velas que iluminan tenuemente la habitación, en la terraza ha arreglado una mesa para los dos con los platillos favoritos de Terry, ha puesto una botella de champagne en la cubitera, ha arreglado la cama con sabanas de satín blancas, todo lo ha hecho especial pero sin lugar a dudas la pieza mas importante de esta noche es su atuendo, el cual la tiene un poco nerviosa ya que usara la ropa interior negra y el vestido de encaje negro que Terry le regalo"
De solo pensar en el atrevido del vestido y en la ropa interior, la hacen sonrojar por lo que buscando apaciguar sus nervios se sumerge por completo en el agua caliente.
Postergo su estadía lo más que pudo pero al final fue imposible retrasar más su salida.
Envuelta en una toalla blanca, mira con gesto desconfiado aquella prendas, se muerde el labio inferior mientras se pregunta si sería capaz de usar ropa tan escandalosa, suspira una vez mas mientras cierra los ojos, toma las bragas y se las pone sin siquiera mirarlas y hace lo mismo con el corsett, cuando por fin logra anudar las cintas del corsett justo en medio de sus senos creando así un escote demasiado provocador, con sumo cuidado se coloca las medias negras y las sujeta a la parte inferior del corsett.*
soltando el aire que ha contenido en sus pulmones todo este tiempo, sonríe satisfecha pues ha logrado con éxito su labor, bueno al menos la mitad de ella ya que aun le falta ponerse el vestido, con la mirada busca en los alrededores pero simplemente no puede verlo, por lo que supone que se ha quedado sobre la cama, decidida a acabar con el tormento sale a la habitación a recoger su vestido, camina hacia la puerta sin siquiera detenerse a mirarse en el espejo porque si lo hace no se atreverá a salir nunca, decidida toma el pomo en su mano y gira el picaporte de la puerta.
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Había fustigado al caballo para volver lo mas pronto posible, había cabalgado a todo galope sin importar que fuera poca la luz que iluminara sus pasos y que el camino en algunas partes fuera peligroso, estaba deseoso de ver a Candy y tenerla de nuevo entre sus brazos, así que cuando visualizo el portal de las rosas suspiro aliviado mientras sentía como su corazón se aceleraba y su respiración se hacia mas entrecortada.
Al pie de la entrada, desciende del caballo y sin esperar al chico que se acercaba corriendo a recibirlo, se decide a entrar, con una mano en el picaporte le grita al chico.
‒!chico trátalo bien que se lo ha ganado!
Sin esperar respuesta del muchacho entra en la casa, deja en una mesa cercana sus guantes, esta por buscar a Candy cuando a escasos metros de distancia visualiza a Ruth descender por las escaleras por lo que con paso apresurado se dirige hacia ella y en cuanto la tuvo lo suficientemente cerca le pregunto.
‒Y Candy?.-
‒en la habitación señor.- dice sin dudar un minuto en darle el paradero de Candy.
En cuanto sus oídos registraron en donde se encontraba Candy corrió por las escaleras y subió a su habitación.
Sin perder tiempo giro el pomo de la puerta y esta por llamarla cuando noto la atmosfera de la habitación.
El lugar estaba tenuemente iluminado por velas, había una suave brisa la cual jugaba con las cortinas de la terraza al tiempo que llenaba la habitación de un suave olor a rosas, siguiendo aquel aroma que le recuerda tanto a Candy camina hacia la terraza y encuentra una mesa decorada con cientos de pétalos de rosas y dispuesta con dos copas, dos platos y en ellos sus platillos favoritos, cordero en salsa, sopa de queso y pastel de chocolate.
La cena se veía perfecta y sumamente apetitosa pero aquello le falta le plato principal, Candy.
Esta por servir dos copas de champagne cuando escucho el picaporte de la puerta abrirse.
ATENCION, LA CLASE ESTA POR COMENZAR TODAS DE PIE PARA RECIBIR AL MAESTRO TERRY GRANDCHESTER (JAJAJA, SORRY NO PUDE RESISTIRME)
Esta parte del capítulo contiene situaciones adultas que para algunos podrían resultarles ofensivas y si aceptan leerlas es bajo su propio riesgo porque pude despertar sentimientos como envidia y celos hacia Candy. (Yo me apunto ahí)
N.A. hola chicas una recomendación mas en este capitulo la escena de situaciones adultas va mas allá de lo que hasta ahora he escrito, así que si sientes que en mis trabajos anteriores te he ofendido de alguna manera es mejor que te abstengas de leer lo que sigue, sin mas por añadir que lo disfrutes.
Sus manos tiemblan y su respiración se agita en su pecho, mientras que su cuerpo se tensa inmediatamente en cuanto pone sus ojos, en lo que parece ser el ángel más bello que ha visto, pero este ser divino, que se pasea ante sus ojos incrédulos, carece de alas, por lo que no puede ser un ángel además de que porta ropa diminuta y sumamente seductora.
No puede creer lo que ve, sus ojos no parecen ser suficiente para captar tanta belleza, su piel no parece ser lo suficientemente gruesa y fuerte para poder contener el fuego que arde en su interior, el cual lo consume hasta los huesos, su lengua se revuelve ansiosa en su boca, la cual no puede esperar para poder saborear y perfilar aquella piel nacarada que resplandece bajo la luz de las velas, sus fosas nasales se amplían al máximo y aspiraran profundamente el aroma que despide el cuerpo de Candy llenando sus pulmones de un aroma que le resulta afrodisiaco, sus oídos mismos se agudizan y puede escuchar los latidos del corazón de Candy que en estos momentos late al mismo ritmo que el suyo, su mente no para de crear imágenes en las cuales toma el cuerpo de Candy de tantas maneras distintas, ¡dios esta por volverse loco de deseo! Su cuerpo no puede soportarlo mas por lo que sus pies aun mas ansiosos se mueven por vida propia y con pasos agiles y silenciosos lo llevan a escasos centímetros de ella y es ahí donde todas sus sensaciones se intensifican tanto que su garganta parece ahogarse con un susurro que por fin después de unos segundos logra liberar.
Parada al pie de la cama puede sentir un hormigueo que recorre su cuerpo como si de una caricia se tratara, es una corriente eléctrica que la recorre lentamente, desde el cuello y baja suavemente por sus hombros y se va deslizando mas y mas abajo hacia sus senos, donde la corriente se intensifica unos segundos para después seguir bajando por su abdomen y deslizarse por su todo su vientre hasta situarse en medio de muslos, donde la sensación se prolonga durante unos tormentosos segundos para seguir bajando por sus piernas hasta llegar a sus pies y emprender el camino de regreso, aquella sensación hace que su corazón se acelere, su piel se sensibilice, la temperatura de su cuerpo aumente y poco a poco puede sentir como su interior se humedece cada vez mas, sin saber porque se encuentra completamente excitada, trata de controlar las reacciones de su cuerpo cuando justo en la nuca, siente un cálido aliento que provoca que se le erice la piel al tiempo que sus pezones se endurecen.
−¡Candy!
Después de liberar su garganta con aquel susurro ronco y profundo, nota como la piel desnuda de los hombros de Candy se eriza, totalmente emocionado, sus manos suben hasta colocarse sobre sus hombros.
Su cuerpo tiembla de ganas con tan solo escuchar su voz, su respiración se ha vuelto tan agitada que parece que sus senos se desbordaran por el borde del corsett, paralizada por las sensaciones que revolotean en su vientre, no puede moverse, solo puede dejar escapar un gemido con su nombre.
−¡Terry!
Escucharla decir su nombre acompañado de lo que parece ser un gemido, lo pone frenético y desea tomarla en ese momento pero mas que eso, desea llenarse los ojos con la imagen de Candy, por lo que lentamente la hace girar en sus brazos para dejarla frente así y poder devorar con la mirada cada parte y cada forma del cuerpo de Candy.
En cuanto sintió las manos de Terry en su piel, cerro los ojos y se olvido del mundo, solo deseaba estar con el, podía sentir la mirada de Terry sobre su piel, de hecho podía saber exactamente que parte de su cuerpo recorría esos zafiros en estos momentos, porque las miradas de Terry para ella eran tan palpables que eran como caricias, por un momento se quedo así, solo disfrutando de la sensación por todo su cuerpo.
Sus ojos deseaban mas que ver, deseaban tocar, acariciar cada parte en la que se posaban, su labios se humedecían constantemente por los movimientos de su lengua, la cual se moría por probar aquellos labios rosados y bajar por aquel cuello en que se anudaba lo que parecía ser un listón rosado con motas rojas, ¡alto! espera, totalmente asombrado Terry reconoció aquel listón como el que había estrujado entre sus puños mientras golpeaba la corteza del árbol la noche anterior, completamente estupefacto llevo su mano lentamente al cuello de Candy.
Con los ojos cerrados y Totalmente perdida en las miradas de Terry, se sobresalta cuando siente que una de sus manos se cierra sobre su garganta, cosa la cual le roba el aliento, ansiosa espera que las manos de Terry sigan su camino por todo su cuerpo, pero simplemente las manos de Terry no se mueven un milímetro salvo aquel dedo que traza suave círculos sobre su piel.
-"que es lo que entretiene tanto a Terry, que sigue absorto en su cuello? ¿Qué será?.- se pregunta mentalmente Candy cuando la respuesta le llega de golpe.
"!la cinta!"
Al recordar que lleva la cinta atada en el cuello, suelta un pequeño jadeo al tiempo que abre los ojos como platos, su cuerpo y su mente están paralizados, teme la reacción de Terry.
Los ojos de Terry están fijos en su rostro, no sonríe, no expresa ninguna emoción, al igual que ella, no sabe cómo actuar.
Tiene miedo, su corazón late tan despacio pero tan fuerte al mismo tiempo que parece que fueran pequeñas explosiones, en silencio se lamenta de haber tomado la cinta de entre las prendas de Terry esta mañana, si hubiera sabido que eso la metería en problemas, jamás lo hubiera hecho, pero ya es muy tarde para lamentarse ahora debe pensar en cómo solucionar esto, pero no sabe qué hacer, le preocupa demasiado haber herido a Terry por lo que decide que lo mejor que puede hacer es quitarse la cinta.
Lentamente y con movimientos temblorosos lograr poner su mano sobre el nudo de la cinta, esta por tirar de ella, cuando Terry la detiene.
‒!No!.- la mano de Terry se cierra suavemente alrededor de su mano.
Sin saber qué hacer, se muerde nerviosamente el labio y clava la mirada en el piso mientras piensa que hacer.
Aun sostiene entre sus mano la mano de Candy, no sabe cómo es que Candy tiene esa cinta y aun menos porque la lleva atada en el cuello, tampoco entiende su propia reacción, ya que siente una mezcla de cosas que no puede definir, pero en medio del caos que era su mente, sabe que las respuestas que necesita solo las obtendrá de Candy.
‒¿Por qué?- le pregunta.
‒Hmmm- por un momento tartamudea sin saber que decir, solo puede soltar un pequeño suspiro al tiempo que mantiene clavada la vista en el piso.
Percibiendo que Candy está renuente a responderle, aun con las manos entrelazadas, la obliga a mirarlo a la cara al tiempo que la interroga.
‒¿Por qué?
En cuantos sus ojos se cruzaron, pudo observar en los ojos de Terry habia una genuina curiosidad acompañados del gran amor que le tiene, sin poder escapar del poder de su mirada dice lo primero que su corazón dicta.
‒es … … para ….. no olvidar… que … no debo hacerte daño.- al decir aquello recuerda que no solo debe cuidar y proteger el corazón de Terry sino también su cuerpo, recordando esto, dirige su mirada a los nudillos heridos de Terry y lentamente se los lleva a la boca para después besarlos suavemente.
Terry tiembla ante cada una de las palabras de Candy, su corazón se agita y su cuerpo entero se estremece de felicidad, sin poder contenerse toma a Candy entre sus brazos y la estrecha contra su cuerpo para después susurrarle al oído.
‒si por amarte y poder tener tu amor debo sufrir mil heridas hechas por ti que así sea pues, pues bienvenidas son.
‒!oh Terry!.
Candy no puede decir más ya que en ese momento cae sobre ella los labios de Terry al tiempo que la toma de la cintura y comienza a dar vueltas por la habitación mientras mantiene sus labios unidos.
Después de unos segundos la deposito suavemente en el piso nuevamente, no sin antes sonreírle con aquella sonrisa picara que tanto la altera y decirle.
‒en donde nos quedamos?.- dijo mientras volvía a mirarla con aquellas miradas cargadas de pasión.
En cuanto el aliento de Terry roso su piel, se estremeció de los pies a la cabeza mientras lo observaba como con una sonrisa ladina retrocedía lentamente.
‒Aaa donde vas?.- emocionada y sin saber que era lo que Terry tenía en mente había logrado articular aquellas palabras, a las que el solo responde con un leve encogimiento de hombros mientras le sonríe abiertamente y sus ojos brillaban traviesamente, solo puede contener el aliento mientras ve como Terry retrocede cada vez mas.
Cuando estuvo lo suficientemente lejos pero al mismo tiempo demasiado cerca, por si no podía resistir la tortura, se recargo sobre uno de los pilares de la cama, cruzo los brazos sobre el pecho al tiempo que le decía con voz profunda.
‒ ahora déjame verte.-
La voz de Terry la paralizo ahí en medio de la habitación, sus ojos se abren como platos al comprender lo que quiere decir, inmóvil solo puede sentir las miradas de Terry sobre su piel, su ser entero se agita pero no puede mover ni un solo musculo, si antes pensaba que las miradas de Terry le calentaban la piel, ahora sabia que era capaz de devorarla por completo con tan solo mirarla.
Con los ojos turbados por el amor y el deseo recorre lentamente el cuerpo de Candy, sus ojos vagan desde aquellas esmeraldas que brillan con excitación y nerviosismo al mismo tiempo, descienden lentamente por aquella naricilla respingada y salpicada de pequeñas pecas, cuando llega aquellos labios rosados que están ligeramente entreabiertos como si le invitaran a besarlos, sin saber como logra resistirlo hace que sus ojos desciendan por aquel cuello, en el cual nota la respiración alterada de Candy, sus ojos siguen bajando para encontrarse con el par de senos mas perfectos que ha visto en su vida, conteniendo el aliento percibe que aquellos senos redondos no solo están por desbordarse por aquel escote sino que se encuentran sumamente endurecidos como puede ver a través de la tela que los contienen pobremente, sus manos se mueren por tocar y pellizcar aquellos pezones, tratando de contener sus impulsos cruza de manera mas firme los brazos sobre su pecho, sin importarle que al hacer esto le comprime los pulmones, sin aliento y sumamente excitado logra que sus ojos sigan descendiendo por la estrecha cintura de Candy para después bajar y delinear aquellas caderas que enmarcan perfectamente la parte que mas desea del cuerpo de Candy, de solo pensar en aquellos sedosos y dulces pliegues hace que su miembro se inflame y se endurezca aun mas, si creía que no podía ponerse mas duro, ciertamente se equivoco pues con cada palmo de piel que devora con los ojos, se pone mas ansioso y excitado y es que mirar a Candy era una delicia y una tortura al mismo tiempo, pues no solo tenia un cuerpo de perdición sino que acompañado de aquella inocencia que brilla en su mirada, su efecto es arrebatador, pues aquella inocencia es el mejor el afrodisiaco y aquella sensualidad que ella misma desconoce que posee es el detonante perfecto.
Solo iluminada por la tenue luz de las velas permanece complemente inmóvil, no puede respirar, las miradas de Terry le constriñen los pulmones, la piel le arde por los miradas ardientes de Terry, siempre le ha gustado que Terry la mire porque la hace sentir la mujer mas bella del mundo, deseada pero mas que nada amada, pero en este momento las miradas de Terry la devoran por entero, le queman la piel, Terry aun no la había tocado aun pero ya sentía los labios hinchados por sus besos, sus pezones están tan endurecidos y doloridos como si llevara horas torturándolos con su dientes y manos, Terry pasea sus ojos por todo su cuerpo, pero aquellas miradas las sentía como fervorosas y candentes caricias, todo aquello es tan intenso que provoca que cada vez se humedezca mas.
Sentirse tan expuesta, tan abierta y exhibida de esa manera la hace sentirse tan excitada y ansiosa, esta al borde de los nervios tanto que puede sentir como el pánico sube por su garganta cortándole la respiración, congelándole las ideas, su corazón late desbocado mientras siente como poco a poco su cuerpo reacciona al miedo y logra moverse para después tratar de salir corriendo mientras con la voz entrecortada dice.
‒!Terry! perdóname no puedo, no puedo hacerlo.
En cuanto percibió que el cuerpo de Candy se movía nerviosamente buscando salir corriendo, debió de suponer que aquello debió de haber sido demasiado para ella, pero el estaba tan perdido en su fantasía que no pensó que esto representaba un enorme sacrificio para una chica que había sido criada bajo muchos preceptos y prejuicios arcaicos, que tonto había sido, la había llevado al limite y ahora debía remediar el asunto por lo que salió corriendo tratando de alcanzarla antes de que se refugiara detrás de la puerta.
‒!Candy! ¡No, espera!
Podía escuchar y sentir los pasos de Terry detrás de ella pero ella estaba demasiado apenada y decepcionada de si misma, estaba tan confundida, como era posible que se sintiera tan excitada y al borde de las lagrimas al mismo tiempo, no sabia como hacer frente a lo que sentía, por lo que buscaba huir y refugiarse en el baño, sin saber como ha llegado hasta ahí, ahora tiene el pomo de la puerta en la mano estaba por hacerlo girar cuando sintió como la mano de Terry envolvía su mano y le impedía abrir la puerta.
-perdóname pecosa.
Podía sentir el aliento de Terry en su cuello, sentir aquel vientecillo tibio rozando su piel, es demasiado y casi logra quebrar el ultimo vestigio de autocontrol que tiene sobre sus emociones.
Teniéndola a escasos centímetros puede sentir como su cuerpo se altera al percibir su proximidad, decidido aprovecharse de ello, coloca suavemente sus manos sobre su cintura mientras le susurra al oído.
-se que emociones tan intensas, son abrumadoras y pueden resultar atemorizantes, pero no temas pecosa porque yo te amo y jamás te haría daño... pecosa ten valor...que el amor que por mi sientes te de valor.- al ver como Candy se relaja ante sus palabras, el mismo sigue su consejo, se arma de valor y le dice.- además estas tan excitada como yo.
Para demostrarle que lo dice es verdad, Terry se pega completamente a ella, mostrándole que ella no es la única que esta excitada.
Sentirlo tan cerca y excitado le roba el aliento, cuando creía que no podía sorprenderse mas siente como una mano se desliza por su abdomen hasta colarse por su ropa interior para después introducirse en su carne mas sensible, lo cual provoca que ambos suelten un gemido al mismo tiempo.
Completamente fuera de si, no puede evitar que varios gemidos de placer se escapen de su garganta al tiempo que se arquea contra el cuerpo de Terry.
El mismo se sorprendió cuando de sus labios broto aquel gemido, pero no había podido evitarlo cuando sus dedos resbalaron mas allá de lo que pretendía y es que ella estaba tan mojada que fue inevitable, al sentirla tan excitada lo pone al borde de la locura, cansado de contenerse hace que su otra mano se deslice por su abdomen hasta tomar firme posesión de unos de sus senos, al tiempo que le permite a su boca saborear aquel cuello.
Que tonta había sido, como pudo sentir miedo de estar con Terry, aun con la visión nublada por el placer sabe con cada fibra de su cuerpo que Terry no le haría daño, cansada de contenerse se abandono por completo en las manos de Terry.
Cada movimiento que realizan sus dedos, provoca que gimiera mas cada vez, escuchar aquellos gemidos de placer en sus oídos solo logran atizar el hambre y deseo que siente por ella, decidido a saciarse de ella, en un rápido moviendo la hace girar para dejarla frente a el, sin perder tiempo se abalanza sobre aquellos labios, mientras que con sus manos la insta a rodearle las caderas con las piernas.
La mantiene fijada contra la puerta mientras sus labios se encuentran una y otra vez; ella se aferra a el echándole los brazos al cuello, el por su parte desliza sus manos sobre su costados una y otra vez hasta posicionarse sobre sus pechos, con un solo movimiento de sus dedos logro desatar los lazos del corsett, estaba por liberarla de el y dejarla desnuda de la cintura hacia arriba, pero el aun estaba completamente vestido por lo que se dijo que era justo que emparejaran las cosas, con una seguridad que ella misma desconocía llevo sus manos a la cintura de Terry y trato de tirar de la camisa, Terry al notar lo que Candy trataba de hacer, sonrió traviesamente para después decirle.
-pecosa si me vas quitar algo, desearía que fueran los patalon…. Ahh.-
No puede terminar aquella oración cuando fue sorprendido por los labios de Candy, ya que la pequeña tramposa no había perdido el tiempo, con movimientos rápidos había desabotonado su camisa para después besar cada palmo de piel que dejaba al descubierto.
Escucharlo gemir y saber que ella le provoco aquella reacción la hace reír traviesamente mientras prosigue con su labor hasta que finalmente logra despojarlo de la camisa y dejarle el torso desnudo.
Por esos momentos le permite tener el control, pero sentir sus labios sobre su piel, lo enloquece por lo que después de verse liberado de la camisa, esboza una sonrisa picara para después decirle.
− Ahora es mi turno pecosa
No tiene tiempo siquiera de articular palabra alguna cuando las manos de Terry se posicionan sobre sus senos, la mira a los ojos solo un momento antes de que sus pulgares masajeen sus pezones con movimientos circulares, lo que le arranca un ronco gemido de placer, no tiene siquiera tiempo de recuperar el aliento cuando Terry tira de los lazos de corsett lo suficiente para dejar al descubierto sus senos.
Sus ojos se clavan en sus senos y sin perder tiempo los hace victimas de su mirada devoradora, sin siquiera ser consciente de sus movimientos, sus manos como por vida propia acunan entre ellas uno de los senos de Candy, observarla gemir mientras sus dedos la acarician, lo pone al limite de sus resistencia, por lo que aferrándola a el, la toma de las caderas, da la vuelta para llevarla a la cama mientras le susurra al oído.
-¡no puedo resistirlo mas!, !te deseo!, !te necesito!
Aferrándolo con las piernas y con cada parte de su cuerpo puede sentir como Terry la aferra para llevarla a la cama, el hecho de estar piel con piel y que con cada paso que da terry sus pezones se froten contra su pecho desnudo le arranca un gemido de placer.
Ni siquiera había tocado la cama cuando la boca de Terry se cerró sobre unos de sus pechos, terry envuelve con su lengua unos de sus pezones solo para despues suciionarlo y darle pequeños tirones y mordiscos para despues hacer lo mismo con el otro mientras que sus manos se deslizan por sus piernas buscando despojarlas de toda prenda, ella aun nerviosa pero de manera audaz por medio de caricias logra despojarlo de toda prenda mientras no puede evitar llamarlo una y otra vez entre gemidos ahogados.
En poco tiempo logra tenerla completamente desnuda y excitada debajo de el, ambos están listos para que sus cuerpos se encuentren, pero el aun se resiste a ello, pretende explotar al máximo su resistencia, por lo que desliza su boca por todo su cuerpo, desde su cuello, pasando por sus senos, dedicandoles especial atencion a sus pezones para seguir bajando por sus abdomen, besar su ombligo y besar sus vientre, sus caderas, continua bajando hasta situarse justo en medio de sus piernas, por un momento duda, no sabe como reaccionara Candy ante tan atrevida caricia, esta por descartar la idea cuando la escucha la gemir de placer, cambia de idea, por lo que lentamente desciende su boca, el mismo cierra los ojos ante lo que va a hacer, aferrándola suave pero firmemente de las caderas para que mantenga las piernas abiertas, sin pensarlo mas desciende su boca sobre ella.
Terry esta por todo su cuerpo, sus manos, su boca recorren cada palmo de piel, la recorre de los pies a la cabeza, ante cada ataque de las manos y de su boca, esta indefensa, completamente perdida por tan fervientes y dulces caricias solo puede pedir al cielo que esto no termine, mientras que en medio de gemidos lo llama una y otra vez.
Tan perdida como esta no cree que pueda soportarlo mas, esta por estallar en mil fragmentos, cuando percibe que las manos de Terry la aferran de las caderas y el desciende lentamente hacia ella, si, desciende hacia su parte mas sensible, no sabe que es lo que pretende Terry, pero aquello la asusta, asustada y alarmada deja escapar un grito con su nombre con el fin de detenerlo, pero es muy tarde, Terry ha posado sus labios sobre ella, sentir aquel primer rose como si de un beso se tratara, le roba el aliento, no tiene siquiera tiempo de recuperarse cuando siente como la lengua de Terry se desliza hacia su interior, provocando que miles de corrientes eléctricas vibren en su interior, Terry no tiene piedad de ella, la punta de su lengua la recorre de cabo a punta, con su lengua suciona y da pequeños mordicos a su punto mas senssble, hacendo que retuerza de placer, aquello es tan intenso y abrumador pero al mismo tiempo terriblemente placentero, solo puede aferrarse de las sabanas mientras se muerde los labios tratando de resistir lo mas que pueda, lucha con todas sus energías pero finalmente Terry termina venciéndola cuando de su garganta se libera aquel grito con su nombre en el.
−¡Teerrrrrryyyy!
Completamente excitado y feliz regresa a la boca de Candy, pues escucharla decir su nombre mientras alcanza la cima del placer, lo llena y lo excita mas de la cuenta por lo que sin perder el tiempo se introduce en ella al mismo tiempo que la besa.
En cuanto se introduce en ella, sentirla tan cálida y lista para el, casi le hace perder el control, pero se obliga a si mismo a contenerse un poco mas, lleno de energía y poder, se mueve en su interior con feroces y rápidas embestidas, una tras otra, no descansa hasta finalmente ambos llegan a la cima del placer, cansado de contenerse se deja llevar por el placer hasta que estalla en su interior mientras la aferra entre sus brazos.
Con movimientos desesperados, Terry la toma una y otra vez, la ama con tan urgencia, con tanta necesidad que es inevitable que tenga otro orgasmo tan contundente o más que el anterior, ambos se unen en aquel orgasmo para después caer uno en brazos del otro.
Agitada y bañada en sudor, acuna entre sus brazos y piernas el cuerpo de Terry, el cual respira de manera entrecortada mientras descansa su rostro en su cuello, se siente tan feliz tan satisfecha, que con movimientos lentos le acaricia el cabello.
Siente las caricias de Candy, aquello movimientos pausados lo ayudan a recuperar el control de si mismo, exhausto pero lleno de gozo y paz sumerje la nariz entre los rizos de Candy, cuando logro recuperar el aliento, se percato que aun seguía adentro de su cuerpo, con un movimiento suave sale de ella para después acunarla contra su pecho al tiempo que la besa suavemente.
Esta parte del capítulo contiene situaciones adultas que para algunos podrían resultarles ofensivas y si aceptan leerlas es bajo su propio riesgo porque pude despertar sentimientos como envidia y celos hacia Candy. (Yo me apunto ahí)
Candy descansa sobre su pecho, sus brazos la envuelven, completamente agotados y felices permanencen en silencio, solo percibiendo su respiracion y el latir acompasado de sus corazones, en un momento asi no hay necesidad de que hablen, en estos momentos las palabras salen sobrando, y no es que a el le moleste oír aquella vocecilla decirle que lo ama, pero después de lo que han vivido minutos antes no hay nada que le pueda reafirmar mas que Candy lo ama, perdido en sus meditaciones, poco a poco siente como el cuerpo de Candy se relaja totalmente, Candy esta por quedarse dormida en sus brazos, lo cual lo llena de ternura, esta por unirse a ella al mundo de los sueños cuando recuerda que hay algo que debe decirle por lo que con suaves movimientos trata de llamar su atención.
−pecosa? – la llama con voz suave mientras sus manos se deslizan por su espalda.
−mmmm?- le contesta aun con los ojos cerrados
− ¡vamos, Candy no te duermas!
−Terry… estoy cansada…. Podemos repetir después si tu quieres…. pero ahora estoy cansada...- dijo Candy con voz somnolienta
No pudo evitar dejar escapar un risa ante lo dicho por Candy, claro que iban a repetir de eso se encargaba el, sino se dejaba de llamar Terrance Grandchester, pero aquello no era lo que quería en este momento.
−jajajaja ¡pecosa! Vamos abre los ojos tengo algo que decirte, vamos dormilona te tengo una sorpresa.
−una sorpresa?..- un poco curiosa por lo que Terry le dijo se obligo a abrir los ojos y enderezarse un poco para mirarlo a los ojos.
−si antes de que todo esto pasara tenia algo que decirte, pero tu me lo impediste.- Candy esta por rebatir su argumento cuando el sin darle tiempo se levanto de la cama y se dirigió al pequeño montón que era su ropa para sacar de uno de los bolsillos el telegrama que había recibido horas antes.-
−será mejor que lo veas por ti misma.-dijo Terry mientras le tendía un papel, acunando la sabana contra su pecho desnudo tomo lo que Terry le daba.
El volvió a su lado y la acuno entre sus brazos mientras que ella totalmente anonadada leía el telegrama.
Con ojos incrédulos, Candy se giro para mirarlo a los ojos, la notaba tan emocionada que podía sentirla temblar entre sus brazos mientras hablaba con la voz afectada por la emoción.
−¡nueva york!, !Terry tu madre nos invita a pasar unos días con ella para el estreno de su nueva obra! Dios que emoción, iremos Terry? Di que si?
Candy parecía una chiquilla emocionada entre sus brazos a lo cual el no pudo evitar sonreír mientras le decía.
−pensaba que seria una buena oportunidad para que conocieras a mi madre además de que podría ser nuestra luna de miel, ya que no tuvimos una.-
Apenas acaba de hablar cuando Candy hacia amago de salir de la cama, conteniendo la risa, la tomo entre sus brazos, impidiéndole salir de la cama.
−¡Terry! Que haces?, vamos hay que preparar las maletas, hay muchas cosas qu…
No pudo terminar de hablar cuando los labios de Terry cayeron sobre ella.
−en vista de que ya no estas cansada, será mejor que aprovechemos la noche en otra cosa que hacer maletas no crees, pecosa?.- dijo Terry mientras que una de sus manos ya se desliza hacia uno de sus senos.
Continuara.
Próximo capitulo
Esqueletos al descubierto, cuarta y última parte de este cap.
N.A.
*realmente no se si para la época ya existían las medias pero pues en mi loka imaginación el atuendo no esta completo sin las medias, ya saben quería darle a Candy un aspecto de femme fatal, solo espero haberlo logrado..
Capítulo dedicado a Nala (quien hizo petición de esta escena), y a todas aquellas que les gustan estas escenas.
Nathalie.-nena espero haber cumplido tus expectativas y ya sabes que estoy para lo que se te ofrezca.
Lizzie.- malograda te extraño mucho, tu yo tenemos un platica pendiente eehh no creas que se me ha olvidado, hay mucho que contar.
Lala.- gracias por leer, y por tus reviews y bienvenida a mi lokura, espero que te siga gustando.
Y gracias a todas las chicas que leen en el anonimato, saludos desde acá para todas ustedes.
Una disculpas a todas aquellas con las últimamente he roto contacto pues por ahora la escuela me mantiene muy ocupada, pero aquello no quiere decir que haya olvidado de vos, eso es imposible, aunque ande desaparecida pueden tener la certeza de que les deseo el éxito en cualquiera de las cosas que hagan, y que si están pasando momentos difíciles, lamento no poder estar allí, pero espero que con una sonrisa en el rostro y un corazón tranquilo puedan superar sus penalidades, deseándoles lo mejor de todo corazón que siempre tengan una sonrisa en los labios y que tengan siempre lo mejor, un saludo especial para mis amix Araceli, Isis y gizah, las extraño horrores, espero que estén bien y que no se olviden de mi, bueno me despido de ustedes hasta el próximo capítulo.
Una última despedida.
"la vida no se cuenta por las veces que respiras sino por los momentos que nos dejan sin aliento"